¿Cumbre en la mira?, por Hugo Guerra
¿Cumbre en la mira?, por Hugo Guerra
Redacción EC

Recientemente expresé mi preocupación por la poca atención en torno a la captura en Lima, el 28 de octubre, de un libanés vinculado al fundamentalismo musulmán. Hoy retomo el caso porque nuevos indicios sugieren que el asunto podría ser muy grave.

Según la Policía Nacional, al detenido –– se le encontró adherencias de explosivos de uso militar. Él mismo aceptó ser miembro de Hezbolá, grupo terrorista libanés financiado por Irán, y sería un ‘lobo solitario’ a la espera de organizar atentados cruciales en nuestra capital, como sugiere el hecho de que la Dircote le encontrara sospechosas fotografías del aeropuerto Jorge Chávez.

La hipótesis más inquietante es que, aparte de eventuales ataques contra intereses judíos, el objetivo criminal podría ser la , que se realizará aquí del 1 al 12 de diciembre. 

Coincidentemente, el analista en temas de seguridad Jorge Serrano acaba de publicar el extenso estudio “Las organizaciones del terrorismo fundamentalista islamista Hezbolá y Al Qaeda enlazadas con los cárteles del narcotráfico y otros grupos terroristas son una amenaza real para el Perú y el continente americano”. Allí recuerda que en junio del 2012, el peruano Carlos Alberto Arteaga Tapia fue condenado a 11 años de cárcel en Estados Unidos, luego de aceptar su vinculación con Al Qaeda. También describe diversas actividades en el 2011 de fundamentalistas islámicos encabezados por el sheij (‘líder espiritual islámico’) Suhail Assad en convenio con el ALBA, los etnocaceristas, la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru y grupos sanmarquinos para promover intereses iraníes en regiones como Cusco y Apurímac.

Además, en “La Guardia Revolucionaria iraní hace presencia en Perú”, el portal Análisis24.com (abril del 2013) advierte: “Desde hace dos o tres años elementos de la Guardia Revolucionaria iraní efectúan tareas de captación, reclutamiento, capacitación, adoctrinamiento y viajes a la ciudad de Qom, donde culminan el entrenamiento político, religioso y militar para regresar al Perú y establecer las denominadas ‘Misiones Culturales Peruano-Iraníes’ [...]. El público objetivo son civiles y militares de tendencia socialista identificados con la ‘Revolución Bolivariana’, a quienes se los capta bajo la cobertura de actividades culturales o de apoyo a comunidades indígenas [...]. Uno de los rostros visibles de la estructura militar chiita en Perú es Edwar Quiroga Vargas, uno de los primeros en ser reclutados”. Asimismo, el investigador Ely Karmon, del Instituto Internacional contra el Terrorismo, advierte que durante los últimos dos años hubo un incremento de la actividad de Hezbolá en México y el Perú (Infobae, 6 de junio del 2013). 

El referido Serrano concluye: “Es posible afirmar que esta manera sui géneris de actuar que relaciona al proyecto continental bolivariano con la expansión de Irán en América Latina, mediante la inoculación de la ideología islamista radical, forma parte del sustento ideológico y doctrinario de la estrategia de ‘guerra asimétrica’ [...] tendiente a forjar una ‘doble exportación revolucionaria’: la islamista desde Teherán y la bolivariana desde Caracas”.

Por tanto, la Inteligencia peruana, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional deben reforzar la prevención para impedir que se atente en nuestra capital contra la cumbre sobre el cambio climático (COP 20).