Y todos los días..., por Mariella Balbi
Y todos los días..., por Mariella Balbi
Mariella Balbi

No diremos –como en la ‘archirretro’ canción de Piero, un trovador que a los jóvenes de hoy les debe parecer igual de antiguo que el Señor de Sipán– que: “Y todos los días los diarios publicaban porquerías… Y todos los días…”. Pero repasar la información cotidiana es bastante desalentador.
 
por el presidente Humala, está inoperativo en muchas de sus áreas causa preocupación. La doctora Virginia Baffigo ha aclarado con rapidez que por motivos de mudanza hay un 20% aún por concluir. No es lo que dicen los médicos.
 
Habría que indagar si el gobierno apuró a Essalud por razones cosméticas y de imagen. L, que presentó el hospital como si fuera un proyecto y una preocupación concebidos en su gobierno, hasta el déficit de médicos y personal señalado por la información periodística.
 
Trae esto a la memoria que se viene la huelga médica de Essalud y del Ministerio de Salud y que será un episodio conflictivo largo porque sobre todo en la cartera de Salud es difícil el diálogo y encontrar puntos de acercamiento. Pobres pacientes.
 
Leemos que juró el nuevo fiscal de la Nación, quien se ha impuesto a troche y moche pese a múltiples cuestionamientos a su labor y a su inacción cuando estuvo en la oficina de control de la fiscalía. Ha ofrecido el oro y el moro, no obstante su credibilidad está mellada y la desconfianza instalada.

Y si el ciudadano le suma a esto la desazón que dejan las discrepancias entre el Tribunal Constitucional y el Consejo Nacional de la Magistratura pues nada tiene buena pinta. Al fondo de todo, lo primero que pensamos los peruanos es a qué partido se debe cada cargo. La sensación de politización de las instituciones es cada vez más aguda.

Las regiones son un territorio ignoto, poco fiscalizable por las instituciones involucradas y por los peruanos que ahí habitan. El Gobierno Regional de Tumbes emerge con notoriedad, ¡su presidente tiene simpatía por Sendero!, y fue elegido por el voto ciudadano. En Puno cayó una avioneta con 400 kilos de cocaína. En Áncash sigue el barullo, Cajamarca se empobrece, en La Libertad la extorsión se enseñorea, lo avanzado se pierde. Mejor lo dejamos ahí.
 
Las cifras de reducción de la pobreza no son auspiciosas y también se busca politizar el tema. Lo que vemos es que los departamentos pobres tienen casi el mismo índice que tres años atrás. Nadie pensó cómo afinar las acciones en estas regiones para que dieran resultados.

El programa Qali Warma no llega a Huancavelica y a otros lugares altoandinos, no hay ‘cátering’ por ahí. La entrega de chispitas nutricionales se ha normalizado pero no del todo y uno se pregunta el porqué de la dificultad. Los niños de 0 a 3 años no tienen una asistencia directa. Se supone que Cuna Más (otrora Wawa Wasi) los debe acoger, pero es aún un programa de poco alcance. Y honestamente, a muy pocos les importa.