Donald Trump vs. el mundo, por Ian Bremmer
Donald Trump vs. el mundo, por Ian Bremmer
Ian Bremmer

La decisión de Donald Trump de prohibir el ingreso de inmigrantes de siete países de mayoría musulmana ha gatillado una disputa en las cortes estadounidenses y provocado protestas en varias ciudades del país. Pero los argumentos legales y morales no cambiarán el pensar de muchos. Tanto los seguidores del nuevo presidente como sus críticos ya se encuentran motivados y movilizados. Pocos son neutrales ante Trump o ante esta medida.

Sin embargo, los impactos más importantes de esta historia se vislumbran fuera de los Estados Unidos. Las políticas de inmigración de Trump han comenzado a crear problemas y también oportunidades afuera.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, vio en la medida de Trump una oportunidad. Poco tiempo después de que Trump anunciara la prohibición migratoria, Trudeau dejó en claro a través de Twitter que su país seguirá abierto a recibir refugiados. Este no fue un gesto impulsivo. Desde noviembre del 2015, Canadá ha recibido a 40.000 refugiados sirios. Esta cifra es mucho menor a las de Alemania, Turquía o Jordania, pero significativa con respecto a los 15 mil refugiados que recibió la administración de Obama durante ese tiempo. Lastimosamente, la generosidad viene acompañada de un costo; solo horas después del anuncio de Trudeau, un canadiense fanático asesinó a seis personas e hirió a otras 17 en una mezquita en Quebec.

En cuanto a la reacción del Medio Oriente, Israel y las monarquías del golfo, estos se encuentran aliviados de que Trump se muestre duro con Irán, actitud que mantendrá aun si decide no terminar con el acuerdo nuclear con dicho país. El Gobierno Egipcio aprecia el plan de Trump de designar a la Hermandad Musulmana como una organización terrorista. Sin embargo, los países del golfo han exacerbado su molestia porque los líderes de la región no fueron consultados o al menos notificados anticipadamente sobre la medida. 

Resulta natural que los países de la región se pregunten cuál será el próximo en la lista. Trump ha sido cuestionado por solo incluir en su medida a países en los que no posee hoteles, pero un ataque a estadounidenses por parte de un ciudadano de otro país de mayoría musulmán lo presionaría a extender su prohibición migratoria. Arabia Saudí, Líbano, Túnez y Jordania tienen mucho de qué preocuparse. Las hostilidades de Trump hacen cada vez más probable un ataque. 

Pero es en Europa en donde la animosidad hacia Trump se eleva más rápidamente. Este año habrá elecciones en Holanda, Francia y Alemania. Probablemente Italia y Grecia también realicen elecciones anticipadas. Existe el fundado temor entre políticos y funcionarios de la Unión Europea (UE) de que en todos estos países el presidente norteamericano continúe su apoyo al ‘brexit’, estimulando activamente a políticos populistas anti-UE. Ataques terroristas u otra oleada de crisis migratoria en Europa solo dejarán al continente más vulnerable a estas fuerzas políticas que separan a la UE. 

Hablando del ‘brexit’, los lazos entre Estados Unidos y el Reino Unido, su aliado tradicional, también han sido afectados. La visita a Washington de la primera ministra Theresa May ayudó a los dos líderes a construir una relación de trabajo, pero la medida migratoria de Trump, anunciada casi inmediatamente después de su partida, dejó a May en una posición difícil. Más de 1,8 millones de británicos han firmado desde entonces una petición pidiendo que Trump no visite su país. La invitación ya hecha a Trump no será revocada, pero la multitud que lo recibirá será grande y poco amistosa. 

Por último, en el corazón de lo que queda de la alianza transatlántica está la relación entre Trump y la canciller alemana, Angela Merkel. Los dos líderes discrepan en su visión de la economía, el futuro de la OTAN y sobre Rusia. Pero es el intento de Trump de cerrar las puertas a los refugiados lo que subraya lo agudas que son sus diferencias. La mayor vulnerabilidad de Merkel, que este año enfrentará la reelección, es haber dado la bienvenida a refugiados musulmanes y su firme negativa a poner un límite a su número. 

Los líderes de Alemania y Estados Unidos no han estado tan en desacuerdo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Está claro que Trump establecerá muchos más precedentes en los meses y años venideros.

Traducido del inglés por El Comercio.