"Podemos adivinar que Castillo hará especial énfasis en las mejores perspectivas para la economía en este año, pero dejará de lado que las proyecciones para el 2022 respecto del avance del PBI y de la inversión privada son bastante lúgubres" (Foto: Flickr Presidencia Perú)
"Podemos adivinar que Castillo hará especial énfasis en las mejores perspectivas para la economía en este año, pero dejará de lado que las proyecciones para el 2022 respecto del avance del PBI y de la inversión privada son bastante lúgubres" (Foto: Flickr Presidencia Perú)
Alejandra Costa

El martes de la próxima semana, el presidente se presentará en la edición 59 de Ejecutivos. Este encuentro virtual será su primer punto de contacto directo con el empresariado peruano en estos poco más de 100 días de gobierno en los que, más bien, ha primado el silencio.

El mutismo del mandatario solo ha sido roto en dos tipos de ocasiones en las que Castillo fluctúa entre dos discursos y actitudes respecto de la inversión privada que son abiertamente contradictorios entre sí y que son elegidos, al parecer, dependiendo de qué cree que quiere oír cada audiencia.

Así, durante sus presentaciones virtuales y presenciales ante miembros de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y de la Cámara de Comercio Americana en el Perú, el presidente ha invitado con entusiasmo a los empresarios a invertir “con confianza, sin dudas y sin temores”, prometiendo que su gobierno respetará la propiedad privada y la estabilidad jurídica.

En cambio, durante sus viajes por el país, Castillo se muda a las antípodas de ese discurso. En Bagua Grande, le pidió al Congreso aprobar una ley para “estatizar o nacionalizar el gas natural”, y esta semana, en su proclama por los primeros 100 días de gobierno en Ayacucho, insistió en la convocatoria a una asamblea constituyente y criticó que “cada vez que hablo de renegociar un contrato, al día siguiente algunos sectores se escandalizan y me dicen radical, sube el dólar, suben los precios y dicen que es por culpa de Castillo”.

¿Cuál de esas dos versiones del mandatario veremos en CADE? Es difícil predecirlo con exactitud. Seguramente, mirando a su audiencia, el mandatario optará por su versión más ‘amistosa’ con la inversión privada. También es posible que, para evitar las críticas del sector cerronista de Perú Libre, opte por una actitud más confrontacional.

Lo que sí es fácil de prever es que hará un llamado a los ejecutivos presentes en CADE a invertir en el Perú con “rentabilidad social”, pero que su discurso mostrará, nuevamente, que no reconoce que él mismo es la fuente de la incertidumbre que afecta las expectativas y la confianza de los inversionistas y, por lo tanto, impulsa el dólar al alza y golpea a la inversión privada.

También podemos adivinar que Castillo hará especial énfasis en las mejores perspectivas para la economía en este año, pero dejará de lado que las proyecciones para el 2022 respecto del avance del PBI y de la inversión privada son bastante lúgubres.

Y ese es el problema: que en el peor de los escenarios, Castillo evidencia su preferencia por medidas que golpean la confianza empresarial y, en el mejor, su prédica a favor de las inversiones se queda en simples palabras infladas por un vacío optimismo.

Ojalá el presidente vea CADE como una oportunidad para anunciar medidas para impulsar con hechos, y no palabras, las inversiones y que se comprometa a trabajar de la mano con los distintos sectores, incluyendo al empresariado, por el objetivo común de generar bienestar para los peruanos y el desarrollo del país.


*La autora fue miembro del comité organizador del evento en el 2020 y conducirá una sesión en la edición de este año.