Odebrecht salpica a PPK, por Alfredo Torres
Odebrecht salpica a PPK, por Alfredo Torres
Alfredo Torres

El presidente Pedro Pablo Kuczynski pierde este mes otros 5 puntos de aprobación y pasa a la condición de apoyo minoritario: 43% aprueba su gestión y 45% la desaprueba. Solo en los niveles socioeconómicos A y B, así como entre los jóvenes, su aprobación sigue siendo mayor a 50%.

Es posible que esta caída esté relacionada con el Caso Odebrecht. La gran mayoría piensa que la corrupción en la que incurrió esta empresa afectó a todos los gobiernos de los últimos 30 años. En el caso del gobierno de Alejandro Toledo, del cual PPK fue ministro de Economía y luego primer ministro, 94% de la población informada cree que hubo corrupción. En ese contexto, el comentario inicial del presidente en el sentido de que “no todo lo que ha hecho Odebrecht en el Perú es corrupto” fue probablemente mal recibido por la ciudadanía y aprovechado por sus opositores. 

Si bien el Gobierno ha demostrado luego mayor firmeza, solo 27% cree que este tiene la voluntad de impulsar la investigación y un preocupante 48% cree, más bien, que tiene interés en ocultar información. La imagen sobre la actitud del Congreso no es mejor. Solo 23% piensa que tiene real voluntad de luchar contra la corrupción y 37% piensa que hay voluntad de encubrimiento. La prensa tampoco se libra de esta desconfianza generalizada. 25% percibe voluntad de impulsar la investigación y 34% de ocultarla. En última instancia, sin embargo, la prensa sí cuenta con la confianza mayoritaria de la población en que cumplirá cabalmente con su trabajo informativo en el Caso Odebrecht, mientras que la mayoría desconfía de la labor que desempeñarán el Gobierno, la fiscalía y, sobre todo, el Congreso y el Poder Judicial. 

La sombra de la corrupción también salpica a la presidenta del Congreso, Luz Salgado. Al igual que PPK, su aprobación cae también 5 puntos. Ella baja de 37% a 32%. Lo más grave en su caso es que entre los informados de las compras de computadoras con sobreprecio por parte del Congreso, 68% piensa que Salgado debió renunciar, como había ofrecido. Como se recordará, el ex ministro de Educación Jaime Saavedra fue censurado con los votos de Fuerza Popular y el Apra por un caso similar el mes pasado.

El hecho político de mayor importancia de las últimas semanas, la promulgación del paquete de 112 decretos legislativos en el marco de las facultades delegadas, ha tenido un efecto limitado en la opinión pública por su complejidad y porque su impacto es difícil de percibir por el ciudadano común. Como consecuencia, solo 26% declara estar informado de los decretos, aunque, entre los informados, la aprobación es mayoritaria.

En el campo de la seguridad ciudadana, el que más preocupa a la población, la gran mayoría está de acuerdo con el programa de recompensas, las megaoperaciones para capturar grandes bandas de criminales, el aumento de penas para sicarios menores de edad y la pena de cárcel para quienes corrompan policías, pero este apoyo a las medidas no se refleja en un incremento en el apoyo al Gobierno, probablemente porque la población no percibe aún una reducción en la delincuencia común.

 Algunos analistas atribuyen la pérdida de popularidad del presidente a la debilidad de su gobierno y a su estilo de comunicación. La debilidad gubernamental es estructural desde el momento en que PPK fue elegido con una bancada muy minoritaria. No depende del estilo presidencial, es un dato de la realidad. En todo caso, el estilo de PPK no cae necesariamente mal. En la actualidad, la gran mayoría prefiere a un gobernante concertador y dialogante (75%) sobre uno autoritario, que imponga sus ideas (23%) y PPK es percibido como concertador y dialogante (67%), no autoritario. Más controvertida es su locuacidad. 56% cree que es muy franco y que “a veces habla de más”. Sin embargo, la opinión pública está dividida sobre si prefiere un presidente muy franco (48%) o uno muy prudente (50%). Lo ideal es seguramente una sabia combinación de prudencia y sinceridad.

Como ha ocurrido con gobernantes anteriores, es probable que la aprobación a la gestión presidencial siga declinando en el futuro, sin embargo, la pendiente de esa caída puede ser muy diferente según cómo actúe el presidente políticamente. En el corto plazo, lo que parece evidente es que la opinión pública espera actitudes más claras y enérgicas en la lucha contra la corrupción, especialmente en el Caso Odebrecht. Mientras no caigan grandes corruptos –algún ex presidente, por ejemplo– la opinión pública seguirá viendo con suspicacia la conducta de la clase política en general, incluido el presidente Kuczynski.