Editorial: Caradurismo
Editorial: Caradurismo
Redacción EC

El Partido Nacionalista, según declaraciones de sus mismos miembros, se encuentra desorganizado y falto de militantes. A raíz de ello, el oficialismo parece haber diseñado una ingeniosa estrategia para mantenerlo operativo: utilizar como operadores políticos a los gobernadores, un ejército de funcionarios públicos pagados por involuntaria cortesía del contribuyente. Así, el gobierno, generosamente, le estaría prestando al partido dirigido por Nadine Heredia los militantes que le faltan. Concretamente, 26 gobernadores regionales, 160 provinciales, 1.643 distritales y múltiples tenientes gobernadores en decenas de centros poblados. ¿No es una tremenda suerte la de la organización de la también primera dama? 

Los gobernadores, según denuncias de algunos de estos mismos funcionarios, vienen siendo utilizados de diversas maneras como agentes de Gana Perú. Entre otras, a algunos de ellos se les ha encargado ejercer las funciones de secretarios del Partido Nacionalista. A otros se les ordena repartir donaciones del Ministerio de la Mujer y los premios no reclamados en los sorteos públicos con los que se queda la Oficina Nacional de Gobierno Interior (Onagi). Convenientemente, para ello se los viste con chalecos que llevan inscrito el mensaje “La Gran Transformación ya empezó”. Asimismo, a un grupo se le habría ordenado en distintas oportunidades abandonar sus funciones oficiales para viajar a participar de eventos proselitistas. Por ejemplo, sirviendo de portátil del presidente en la celebración del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en el festejo de su cumpleaños o en la conmemoración de la fundación del Partido Nacionalista.

Aparentemente, este controversial uso de recursos públicos fue muy premeditado. Los gobernadores están subordinados a la Onagi, una entidad creada en el 2012 con autonomía administrativa, funcional y económica. En el diseño de esta nueva estructura habría participado activamente la hoy presidenta del Partido Nacionalista. Además, se puso en su cabeza a la señora Dacia Nena Escalante, una de las fundadoras del partido. Y, posteriormente, a la Onagi se le dotó de importantes recursos: para este año el presupuesto para los gobernadores se triplicó, alcanzando más de S/.84 millones.

Cuando la prensa ha exigido explicaciones sobre el tema, ha encontrado las respuestas a las que este gobierno la tiene acostumbrada: o los funcionarios no se hacen responsables de lo ocurrido o aceptan lo sucedido sin reconocer el error, sin vergüenza y sin propósito de enmienda.

La señora Dacia Nena Escalante, en un comienzo, optó por negar cualquier uso proselitista de los gobernadores, a pesar de la enorme cantidad de testimonios en su contra y de que todos habíamos visto las fotos y videos que respaldan aquellos testimonios. Asimismo, como legitimando su actuación, indicó que ella le reporta constantemente al ministro Albán. Posteriormente, prefirió no responder las preguntas de este Diario bajo la insólita excusa de que “soy muy creyente y estamos en Semana Santa”.

El ministro Albán, por su parte, prefirió no coger la papa caliente. Él declaró: “Yo no diría que me reúno permanentemente con ella”. Luego indicó que la Onagi es autónoma en sus decisiones y que él no nombra a los gobernadores. Según Albán, solo presta su rúbrica para “las resoluciones supremas con las que el presidente, a propuesta de la jefa de la Onagi, nombra a los gobernadores regionales”. En buena cuenta, dijo algo así como que la Onagi forma parte de su ministerio, pero él no manda sobre ella ni es responsable por lo que haga.

Finalmente, el presidente Humala, muy a su estilo, optó por recordarle al Perú que aquí él hace lo que quiere. Cuando se le preguntó por qué los gobernadores habían participado de actividades proselitistas, él respondió: “Si yo los he invitado, ¿cuál es el problema? […] Y la próxima vez que haya una actividad de este tipo también los invito”. En pocas palabras, que no ve inconveniente en destinar recursos públicos para su partido. ¿Qué sigue? ¿Mañana veremos a Gana Perú usando a efectivos de la policía para barrer sus locales o a funcionarios de la Sunat llevándole la contabilidad?

La figura de los gobernadores debe ser eliminada. No solo porque no cumplen ninguna función relevante sino porque, como hemos visto, este gobierno la ha usado para recordarnos una de las principales características de la burocracia peruana: el caradurismo.