Editorial El Comercio

La presidencia de acabó el 7 de diciembre pasado, pero los avances en las investigaciones por presuntos casos de corrupción y crimen organizado durante su gestión continúan revelando la naturaleza del régimen que llevó las riendas del país durante casi 17 meses.

El último fin de semana, por ejemplo, la Unidad de Investigación de este Diario reportó que, de acuerdo con un informe del grupo policial que viene apoyando al Ministerio Público en las investigaciones que atañen al exmandatario, la alianza entre el actual inquilino del penal de Barbadillo y los congresistas de Acción Popular apodados como ‘Los Niños’ incluso antes de que el primero jurara como presidente y los segundos, como congresistas. Originalmente, el interés de Castillo en jalarse a estos legisladores habría sido que , la entonces bancada oficialista, ganara la elección a la Mesa Directiva, pero, fracasada esta empresa, la alianza habría pasado a afianzarse en torno de asegurar la supervivencia de la administración anterior.

Así, los legisladores habrían garantizado protección para los ministros y el presidente frente a cualquier proceso de control político en el Congreso y, a cambio, habrían pedido colocar a sus allegados en el Ejecutivo. No se habría tratado, pues, de una mera negociación política, sino de un uso indebido de los cargos públicos para canjearlos por votos en el Parlamento. Y lo más lógico es suponer que mientras más vulnerable se percibiera el gobierno anterior, más congresistas buscaría enrolar para su causa…

Precisamente, ayer nuestra Unidad de Investigación publicó que da más luces sobre lo que parece haber sido una práctica sistemática de la administración castillista. Esta vez los legisladores implicados pertenecen al : Pasión Dávila, Katy Ugarte y Francis Paredes. Ellos, según un colaborador eficaz del Ministerio Público, habrían buscado colocar a 59 allegados en el Estado, cuyos currículums fueron entregados en dispositivos USB (hoy en manos del Ministerio Público) al entonces asesor del gabinete técnico del Despacho Presidencial, .

Este pacto se habría fraguado tras una visita de un grupo de ocho legisladores (entre los que se encontraban Dávila, Ugarte y Paredes), todos en ese entonces pertenecientes a Perú Libre, a Palacio de Gobierno el 29 de diciembre del 2021. Recordemos que, para ese momento, si bien la primera moción de vacancia contra Castillo había naufragado, ya se habían hecho públicas las fricciones entre el secretario general de Perú Libre, , y el mandatario, al que el primero acusaba de liderar un tras la salida de Guido Bellido de la Presidencia del Consejo de Ministros.

No es descabellado suponer entonces que, ante la posibilidad de que el partido del lápiz le terminara dando la espalda, Castillo decidiera asegurarse la lealtad de algunos de sus integrantes (no olvidemos que cinco meses después de este encuentro, siete de esos legisladores desertaron de Perú Libre para ). Así, según el mencionado colaborador eficaz, tras el cónclave en Palacio, Castillo le pidió a Vitón que coordinara con Ugarte, quien le dijo que le mandaría sus “propuestas” que llegaron en la forma de currículums con el nombre de sus recomendados y el cargo que debían ocupar en el Estado.

Este Diario ha podido verificar que, de los 33 nombres entregados por Ugarte al asesor presidencial, cinco obtuvieron cargos públicos u órdenes de servicio durante la administración anterior. Algo similar ocurrió con la legisladora Francis Paredes. De los 25 recomendados que le hizo llegar a Vitón, tres ocuparon cargos públicos (incluyendo nada menos que a , exministro de Defensa y de Transportes y Comunicaciones) y uno más, órdenes de servicio. Mientras que, en el caso de Dávila, no se conoce el número exacto de ‘recomendados’ que patrocinó, pero sí que consiguió colocar a Wilfredo Osorio Leano como prefecto de Pasco en abril del 2022.

Solo el avance de las investigaciones le permitirá al país saber la verdad, y esta incluye la lista de todos los congresistas que transaron con Pedro Castillo y que muy probablemente aún no hemos terminado de conocer por completo.

Editorial de El Comercio