Editorial: El manual del dictador
Editorial: El manual del dictador
Redacción EC

Aunque no esté escrito, no resultaría un ejercicio tan complicado recrear un manual del dictador ideal. Los regímenes autoritarios de cualquier facción política comparten una relación de actividades y tareas pendientes que, más temprano que tarde, terminan por revelar su naturaleza y confirmar las sospechas de la comunidad internacional. 

La lista incluye cambios normativos para concentrar el poder por largos períodos –a veces al más alto nivel con modificaciones a la constitución vigente–, debilitamiento del balance de poder o de los contrapesos institucionales, persecución y captación de opositores, ensalzamiento a la figura del líder, y, por supuesto, hostigamiento de la prensa independiente y de cualquiera que se desvíe de la línea de pensamiento oficial.

La Venezuela chavista ha probado ser un alumno disciplinado cuando de esta lista de tareas se trata. Esta semana, el gobierno de Nicolás Maduro redobló sus ataques a la prensa que considera opositora y resolvió sacar del aire a la cadena de noticias CNN, expulsándola del país, por emitir información que según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela “constituye agresión directa contra la patria”. 

La sanción del gobierno fue motivada por un especial de la cadena internacional titulado “Pasaportes en la sombra”. En este, CNN daba cuenta de una supuesta de venta de pasaporte venezolanos a ciudadanos del Medio Oriente con vínculos con Hezbollah en la embajada de Venezuela en Bagdad, Iraq. Los hallazgos de la investigación, además, comprometen al vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, con el negociado.

No es, obviamente, la primera vez que el gobierno chavista usa su poder para silenciar a la prensa. Ya en el 2007, con Hugo Chávez al frente, Radio Caracas Televisión (RCTV) –uno de los canales más populares– perdió su licencia de trasmisión por “haber apoyado” el breve golpe de estado que puso al gobierno contra las cuerdas en el 2002. El canal de noticias NTN24 fue retirado de las parrillas de programación de cable en 2014 y su portal web bloqueado por cubrir protestas en contra del régimen. Más de 20 periódicos habrían dejado de circular desde el 2013 debido al control en la importación de papel. 

Según el Sindicato Nacional de Trabajadores de Prensa (SNTP) de Venezuela, son aproximadamente 60 medios los que habrían desaparecido durante el período chavista. En tanto, de acuerdo con el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), en los últimos dos años hubo más de 700 ataques contra periodistas en el país. No es de extrañar, pues, que Reporteros Sin Fronteras volviera a darle a Nicolás Maduro el título de Depredador de la Prensa Internacional en el 2016. 

En su capítulo de libertad de prensa y expresión, el manual del autócrata debe incluir pasos similares a lo que ya se ha visto en Venezuela. Los venezolanos y la comunidad internacional debieran estar atentos a un recrudecimiento de las sanciones a los medios independientes conforme la situación económica y política se deteriora, y a eventuales intromisiones y controles en redes sociales como Twitter y Facebook. A la censura de medios e instituciones sigue la censura de ciudadanos de a pie. 

El gobierno de Venezuela continúa por el tránsito propio de una dictadura. Y por si quedaran dudas, esta misma semana el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela declaró inadmisible el recurso de casación de Leopoldo López, opositor del régimen condenado a casi 14 años de prisión. En definitiva, alumnos aplicados de todas las secciones del manual.