Renzo Díaz

Toda democracia posee una como su norma de más alto rango. En ese sentido, su relevancia para la sociedad es insoslayable, pues consagra derechos, valores y principios, además de establecer los límites al poder y trazar la organización del Estado.

En el Perú, nuestra Constitución cumple, este 2023, treinta años de vigencia. Sin embargo, no todos los ciudadanos conocen los derechos que garantiza ni el resto de su contenido. Esta situación refleja la imperante necesidad de la difusión de cultura constitucional entre la sociedad peruana.

Sin duda, el Estado tiene la tarea pendiente de intensificar sus esfuerzos para que todos los ciudadanos reciban una formación constitucional. Más aún, considerando que ellos no pueden ejercer adecuadamente todos sus derechos si es que no los conocen, o la forma en la que pueden defenderlos.

Al ser el pilar del sistema normativo, no se puede contravenir ni contradecir la Constitución. Por consiguiente, contrario a lo que piensan quienes pretenden reescribir la historia, una Constitución no se puede dejar sin efecto unilateralmente. A su vez, tampoco se pueden inaplicar sus disposiciones para pretender que el gobernante de turno ostente un poder sin límites.

Asimismo, como en toda sociedad, la desinformación representa un peligro para la democracia, más aún si esta consta de la divulgación de interpretaciones antojadizas y distorsionadas de la Constitución realizadas por personajes sombríos e inescrupulosos.

Cabe destacar que la Constitución no les pertenece a unos cuántos, sino que es de todos nosotros. Por ende, un camino importante a seguir para consolidar nuestra república es que todos conozcan su articulado. Informar con objetividad, imparcialidad y transparencia sobre la Constitución es un deber cívico de cada ciudadano.

En suma, la construcción de un mejor país se encuentra en nuestras manos y un primer paso es iluminar con cultura constitucional a cada uno de los peruanos. Seamos luz entre tanta oscuridad, ayudemos a ver al que aún no puede.






*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.





Renzo Díaz es estudiante de Derecho en la Universidad de Lima