Ricardo Pinedo, exsecretario personal del fallecido Alan García, afirmó que Luis Nava, exsecretario de la Presidencia durante el segundo gobierno aprista, no ha presentado pruebas que corroboren su confesión sobre las entregas de dinero del exrepresentante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata.
“Después de seis meses no encuentran mejor argumento que echarle la culpa a un fallecido que ya no se puede defender, cuyos abogados ya no tienen acceso al expediente [fiscal] […] Nava dice ‘tengo conocimiento’, no dice ‘yo he visto’”, afirmó en Canal N.
Luis Nava reveló- en una declaración que ofreció el 25 de setiembre último ante los fiscales José Domingo Pérez y Meryl Huamán Altamirano- que el exrepresentante de Odebrecht en el Perú Jorge Barata le hizo varias entregas de dinero al fallecido exmandatario Alan García.
Nava, quien fue ministro de la Producción durante el segundo gobierno aprista (2006-2011), contó que entre abril y mayo de 2006, Barata se reunió con García Pérez “entre cinco a seis veces en el local de campaña del Partido Aprista” de la avenida Paseo de la República, en el distrito de Miraflores.
El exsecretario general de la Presidencia de la República mencionó, por ejemplo, que las siguientes entregas que Barata hizo al fallecido líder del Partido Aprista se hicieron cuando este ya ejercía el cargo de jefe de Estado. Según informó IDL-Reporteros, el exrepresentante de Odebrecht le dio al exmandatario US$60.000 (el 31 de diciembre de 2006), US$600.000 (el 6 de abril de 2007) y US$20.000 (el 27 de setiembre de 2007). Todo este monto suma US$680.000.
“Las frases del señor Nava son: ‘tengo conocimiento’, no dice ‘a mí el señor Barata, delante de mí le ha entregado a Alan García’, dice ‘tengo conocimiento’ […] Este señor, sindicado por su propio hijo como un delincuente por recibir dinero del señor Barata, tendrá que demostrar su decir”, dijo Ricardo Pinedo.
Además, cuestionó que la confesión de Nava llegue seis meses después del fallecimiento del exmandatario.
“Después de medio año, hoy día, 17 [de octubre], recordar cosas que nunca las dijo y que las tendrá que sostener. Felizmente la verdad al final se va a imponer”, señaló.
Según indicó, esta confesión es “un golpe publicitario más ante la incapacidad de la fiscalía de presentar pruebas”.
“Decir y hablar puede hacerlo cualquiera, sin sostener ninguna prueba, ningún elemento de convicción. Esperaremos con fe y que este delincuente corrobore su dicho que ha realizado ante la fiscalía”, insistió Pinedo.