Del Solar refirió que popularidad de Vizcarra no aumentó por enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso. (Foto: GEC / Video: TV Perú)
Del Solar refirió que popularidad de Vizcarra no aumentó por enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso. (Foto: GEC / Video: TV Perú)
Juan Paredes Castro

a misma encuesta (Pulso Perú) que da cuenta del alza de 13 puntos en la popularidad del presidente subraya que el 60% desaprueba al Gabinete Ministerial encabezado por .

Es obvio que la popularidad de Vizcarra proviene de su confrontación con el Congreso (ganancia a río revuelto a costa de una institución desprestigiada) y la descalificación del Gobierno de la ineptitud de sus gestores sectoriales (pérdida creciente de resultados a costa de expectativas populares en educación, salud, seguridad, empleo y transporte).

Vizcarra recupera olímpicamente 13 puntos de popularidad en un mes en que precisamente el Gobierno que él representa, a través del Gabinete Ministerial, exhibe las cifras más alarmantes de desaceleración y de riesgo de la economía y las evidencias de un grave deterioro estructural en su crecimiento.

Para el propio primer ministro Del Solar esto debe resultar desconcertante, pues él es tan protagonista del alza de los 13 puntos del presidente, a raíz de la cuestión de confianza planteada al Congreso, como protagonista también del 60% de desaprobación del Gabinete Ministerial, a cuya cabeza ha sido puesto supuestamente para secundar una acción más gubernamental que legislativa, y no al revés.

Un primer ministro labrando el triunfo de Vizcarra en el Congreso, y al mismo tiempo el fracaso en el terreno propio que ambos comparten: el Gobierno.

En efecto, Del Solar parece haber sido llamado por Vizcarra para dedicarse enteramente a sacar adelante, por las buenas o las malas, las reformas políticas puestas en la agenda del Congreso bajo el inconstitucional mandato imperativo de aprobarlas o de dar lugar a la disolución de este poder del Estado.

La figura de Del Solar es lo más parecido a un protectorado legislativo ad hoc sobre el Congreso, en un estado de supervigilancia pocas veces visto en nuestro sistema político.

El problema es que Vizcarra ha ganado un gestor de intereses legislativos a exclusividad en el Congreso, a cambio de perder a quien tendría que estar haciendo las veces de un gerente general en el Gobierno. Es más, Vizcarra parece darse el lujo de pensar solo en la lucha anticorrupción y en las reformas políticas, iniciativas y preocupaciones presidenciales sin duda nobles, legítimas y necesarias, pero totalmente desconectadas del rumbo central e integral del país, como si ellas se gestaran en otro planeta.

Lo que justamente tenemos desatendido es el rumbo central e integral del país. A dónde vamos como Gobierno y Estado, con qué prioridades, reformas y políticas públicas. Con qué resultados queremos llegar al 2019, al 2020 y al crucial 2021. Con qué diálogo, acuerdos y consensos.

Del Solar no puede limitarse a ser el protector de reformas constitucionales que le competen al Congreso y que es responsabilidad de este estudiarlas, debatirlas y aprobarlas.

Más bien haría bien en emplear su tiempo y energía en un Gabinete Ministerial que ha perdido rumbo, visión y dinámica de trabajo y resultados, al punto de que hay ministros empeñados en retroceder a las recetas estatistas de Velasco Alvarado.