"La gente quiere un sistema de justicia confiable y honesto"
"La gente quiere un sistema de justicia confiable y honesto"
Mario Mejía Huaraca

Jueza suprema titular desde comienzos del 2012, Elvia Barrios Alvarado aspira a ser la primera mujer que presida el . La elección y en el plan de gobierno de esta magistrada que integra la Sala Penal Transitoria se busca brindar un servicio de justicia predecible, eficiente y oportuno bajo el lema "Transparencia, conectividad y compromiso".

–¿Por qué quiere ser presidenta de un Poder Judicial que está tan desprestigiado y cómo piensa revertir esa percepción de la ciudadanía?
Pretendo asumir la presidencia del Poder Judicial con el compromiso de conseguir que el servicio de justicia satisfaga las necesidades del país, para ello es necesario la participación de todos los jueces. Estamos cerca al Bicentenario y la ciudadanía demanda un sistema de justicia confiable, predecible y honesto.

–Concretamente, ¿qué ofrece en su plan de gobierno?
Mi plan está basado en tres ejes estratégicos: transparencia, conectividad y compromiso. Los jueces tenemos que reafirmar nuestro compromiso institucional y trabajar por mejorar el servicio de justicia. Tenemos que comunicar que somos un poder transparente y que toma sus decisiones dentro del marco y apego a la verdad. En esa línea tenemos que reforzar el tema de transparencia judicial, lo cual significa que la ciudadanía tenga acceso a toda la información que maneja el Poder Judicial. La conectividad va a coadyuvar a que nosotros hagamos un servicio mucho más célere. La tecnología va a contribuir a ello. Tenemos una deuda histórica con la comunidad.

–Respecto a la justicia célere, ¿cómo piensa implementar ese plan?
Queremos un Poder Judicial eficiente, que haga una justicia pronta. ¿Cómo? Con transparencia, con tecnología, que la población tenga acceso no solo a los procesos judiciales. Además, ninguna reforma en el Poder Judicial va a solucionar los problemas si no tenemos compromiso real de los jueces.

–Uno de los principales problemas de su institución es la corrupción ¿cómo atacarla?
El primer nivel de trabajo tiene que ser en el área de la transparencia, transparentar inmediatamente las decisiones judiciales. Reconocemos que tenemos un conjunto de normas procesales que hacen que el proceso sea ritual, alargado. Los  jueces le rendimos culto a las formas. Tenemos que erradicar eso, tenemos que implementar buenas practicas. Tenemos que sociabilizar aquellos trabajos positivos. Si con tecnología y conectividad logramos que la comunidad tenga acceso directo a todo su expediente, a todo el camino que sigue el proceso y puede ver cómo va su proceso, creo que estaremos ganando bastante. Pero también debe haber prevención, eso significa que la OCMA [Oficina de Control de la Magistratura] debe anticiparse. Cuando haya actos concretos de corrupción tiene que haber sanción severa para que eso sirva como mensaje a la sociedad.

–Otro problema que parece no tener solución es la enorme sobrecarga procesal.
Esa es una realidad: tenemos aproximadamente dos millones de expedientes en trámite para 2,980 jueces. Este año judicial han ingresado un millón y medio de expedientes y los jueces han emitido 1’400.000 resoluciones. Queda un remanente y también el del año anterior. Hay que tomar medidas efectivas para erradicar, en primer lugar, la litigiocidad y, en segundo lugar, dar sanciones para quienes recurran de manera abusiva al Poder Judicial y usen el sistema de justicia para sobrecargarlo. En el tema laboral, previsional, por ejemplo, tenemos una reforma laboral que es óptima, pero es tanta la demanda que no tenemos capacidad de resolverlos de inmediata por el poco número de jueces. Ahora un proceso laboral termina en un año, pero en los procesos antiguos por culpa de los procuradores y la ONP se llega innecesariamente a la Corte Suprema. A pesar de que hay una línea jurisprudencial consolidada, a pesar de que la Corte Suprema se ha pronunciado en un sentido, todo el mundo llega a la Corte Suprema.

–¿Y qué se puede hacer?
Hay que implementar la casación para que no todo llegue a la [Corte] Suprema. Hay un proyecto del doble conforme que hemos presentado al Congreso para que si hay un fallo en el mismo sentido en primera y segunda instancia, ese caso ya no se vea en la Corte Suprema. Hay que reducir y establecer procesos especiales. Hay avances, pero no se reconocen los miles y miles de procesos que hemos resuelto de manera adecuada

–¿Cómo planea abordar el tema del presupuesto?
El presupuesto es fundamental: sin plata no se hace nada. Y si el presupuesto es insuficiente no podemos conformarnos, tenemos que usar otras fórmulas para responder a las expectativas sociales. Hay mecanismos que pueden ayudar. Me parece que el eje de conectividad es fundamental. Los jueces tienen que estar conectados con las nuevas tecnologías, la tecnología va a significar un ahorro fundamental el expediente: cero papel, todo digitalizado.

–¿Está de acuerdo en que debe cambiarse el sistema de elección del presidente del Poder Judicial; es decir, que se haga en una elección universal en la que votgen todos los jueces titulares y no solo los supremos?
Sobre la participación de todos los jueces en la elección habría que evaluar lo positivo o negativo que puede ser esa medida. Significaría que el juez que quiere ser presidente tendría que recorrer todo el país y hacer campaña de juzgado en juzgado y de sala en sala. No sé si eso sea posible. Además, nosotros los supremos resolvemos los casos de todos los jueces que se han pronunciado en primera instancia. ¿En qué medida eso será un inconveniente? No lo sé. Hay que medir y mesurar el impacto de esa medida. ¿Se debe hacer la elección más democrática? Creo que sí, pero se deben ver otras  fórmulas, podría ser por representación.

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