Parece haber poca coordinación entre lo que la economía requiere y lo que la política exige. (Foto: Presidencia)
Parece haber poca coordinación entre lo que la economía requiere y lo que la política exige. (Foto: Presidencia)
José Carlos Requena

Un fantasma recorre el Perú: es el fantasma del estancamiento económico. Contrasta con las positivas cifras de recuperación del único capital político del que parece disponer el presidente : la aprobación popular, que tuvo un importante rebote de ocho puntos según la encuesta de El Comercio-Ipsos (16/6/2019).

Las desalentadoras cifras oficiales de crecimiento para abril (INEI: 0,02%) grafican el marasmo en que parece encontrarse la economía peruana. Sin embargo, no tendrían que haber causado sorpresa.

A finales de abril, el MEF actualizó su Marco Macroeconómico Multianual (MMM) correspondiente al 2019-2022. En un contexto “de menor dinamismo de la actividad económica global, se ha revisado a la baja el crecimiento de los socios comerciales y de los precios de las materias primas para el presente año”.

Mirando el incierto frente externo, el MEF planteaba medidas que tuvieran como eje la demanda interna y la promoción de la competitividad. Aunque sea algo poco tangible, el MEF indicaba que “hay un mayor impulso a la competitividad y productividad, que permitirá desarrollar nuevos motores de crecimiento que incrementen la frontera de posibilidades de producción de la economía peruana”.

Pero sobre lo que pasa dentro de las fronteras, el MEF presentaba una mirada sorprendentemente optimista. “Entre los factores internos que impulsarán el crecimiento económico destaca la inversión privada, que crecería 7,4% en promedio entre el 2020-2022, debido a la construcción de grandes proyectos de infraestructura”. Como se sabe, varios de estos proyectos enfrentan serios tropiezos, que escapan del manejo del MEF y muchas veces quedan en las movedizas arenas de los gobiernos subnacionales.

El MEF también era optimista sobre el quehacer minero, aunque con algo de moderación, debido a la “culminación de la fase de construcción de grandes proyectos mineros”. La actualización del MMM resalta que el Perú “tiene una cartera de 41 proyectos mineros por US$49 mil millones que podrían iniciar su desarrollo en los próximos años”, pero no dice nada de los riesgos sociales y políticos que enfrentan, por ejemplo, Las Bambas o Tía María.

El ministro Carlos Oliva dijo que una parte importante del esfuerzo del Ejecutivo se centrará en políticas de competitividad (RPP, 17/6/2019). En abril, el MEF informaba que “la administración actual viene trabajando en una estrategia integral para impulsar la competitividad y productividad del Perú”. Parte de dicha estrategia es el Plan Nacional de Infraestructura, una herramienta vital considerando lo golpeado que está el sector, tras los estropicios de corrupción de los últimos años que opacan una necesidad urgente para el país.

Pero parece haber poca coordinación entre lo que la economía requiere y lo que la política exige. Minutos antes de que Oliva entrara al aire en RPP, Vizcarra brindaba una larga entrevista radial a Exitosa, en la que se abundó en temas ajenos a lo económico. Como queriendo despejar el ruido económico.