Existen numerosos estudios que indican que el sector alimentario es el responsable de un considerable impacto en el medio ambiente debido a que algunos alimentos producen mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero y consumo de agua. Además, generan una reducción de la tierra cultivable y otros impactos ambientales. Es por eso que está en nuestras manos poder hacer un cambio a través de nuestros hábitos alimenticios. En esta nota te contamos qué podemos hacer para no contribuir con el cambio climático.
Los alimentos que más contaminan
Uno de los alimentos que más recursos necesita para su producción es la carne. El agua y la tierra son dos recursos clave que se utilizan en grandes cantidades para su producción. La huella hídrica es mayor que la de alimentos de origen vegetal, los cuales también podrían ser considerados una fuente de nutrientes y proteínas.
Para la producción de carne se debe suministrar gran cantidad de agua para el riego de cultivos con los que se alimentarán los animales que luego serán sacrificados para el consumo humano, así como el suministro de agua que ellos necesitan para vivir. Además, se necesita agua para la limpieza de las instalaciones, el cultivo de piensos y forrajes. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se requieren alrededor de 15,000 litros de agua para producir un kilogramo de carne de res.
La producción de carne también involucra mayor uso de tierra que el de alimentos de origen vegetal. Esto debido a que la cría de animales para carne también demanda una gran cantidad de espacio. Los animales, en condiciones normales y sin ser encerrados, necesitan espacio para pastar. Además, su alimentación también requiere gran cantidad de áreas extensas, y para lograrlo se realiza deforestación, y así crear pastizales y cultivar piensos. Algunos estudios indican que la tierra utilizada para cultivar alimentos para animales es ocho veces más que para la nutrición humana.
Según el informe de la FAO ‘Livestock’s Long Shadow’ , las cadenas mundiales de producción de carne y lácteos son responsables de aproximadamente el 18% del efecto invernadero y el 8% de todo el consumo de agua. Esta realidad podría cambiar si decidimos hacer una reducción de nuestro consumo.
Según un estudio, “la sustitución de proteínas animales por proteínas vegetales reduce el efecto invernadero de consumo y el tamaño de la reducción depende de la elección de alternativas vegetales”. “Se estimó que si toda la población holandesa come solo proteínas vegetales, se puede lograr una reducción de 6 megatoneladas de CO2-eq/año”, se lee en el paper.
Otro de los alimentos que tiene un impacto negativo en el medio ambiente es la leche, y sus derivados. Un estudio, compara la huella ecológica de distintos tipos de leche (animal y vegetal). Y mostró que la leche de vaca es la menos sostenible en cuanto a las emisiones de dióxido de carbono y al consumo de agua, sin embargo, la sostenibilidad de las leches vegetales también varía según donde han sido producidas y su composición. Según revela el informe, cada litro de leche de vaca que se produce consume 628 litros de agua y genera 3,2 kg de CO₂.
Un alimentación más sostenible
Los alimentos de origen vegetal tienen un impacto menor en el medio ambiente, debido a que a la cantidad de tierra, su huella hídrica y cuánto generan de gases de efecto invernadero es mucho menor. Se puede escoger entre alimentos naturales, es decir que no hayan pasado por procesos o fabricación tales como las legumbres, los granos integrales, cereales, frutas, verduras, entre otros; o se puede elegir sustitutos a la carne o lácteos que incluso pasando por un proceso contaminan menos.
Según Boston Consulting Group (BCG), reemplazar la carne y los productos lácteos tradicionales con proteínas alternativas es una de las mejores herramientas disponibles para combatir la crisis climática. Además, afirman que “aumentar la cuota de mercado global de proteínas alternativas desde el actual 2% a un 8% para 2030, podría producir una reducción de emisiones equivalente a descarbonizar el 95% de la industria de la aviación”
Actualmente, hay una gran oferta de marcas que han sacado productos alternativos a la leche y a la carne, tanto a nivel mundial como en el Perú. Estas proteínas alternativas se obtienen de fuentes vegetales, como legumbres, granos, algas, hongos, así como de fuentes celulares y microbianas.
Andrés Giraldo, managing director y partner de BCG, indica a Provecho que ellos estudiaron para entender cuáles eran las distintas razones por las que algunas personas decidían por alternativas más sostenibles. “Encontramos que había tres grandes grupos. El primer grupo que es más o menos el 20% de la población es el grupo que ya está mentalizado que quiere consumir este tipo de productos, entonces es gente que ya hoy en día está tomando decisiones de compra a partir de elementos de sostenibilidad y que consideran la sostenibilidad como uno de los factores fundamentales para la toma de decisión final de compra; luego existe un segundo grupo, llamémoslo como la gran mayoría, donde lo que encontramos es que la gente claramente está mucho más consciente que efectivamente hay una necesidad de toma de decisiones alrededor de ser más sostenible, pero tienen otras necesidades también. Esas otras necesidades son de diversos tipos, pueden ser el poder adquisitivo, el sabor, tradiciones que al final entran a jugar en la toma de decisión. Finalmente, está el tercer grupo que está más o menos en otro 20% que para ellos simplemente no está en su consideración este tipo de productos”, comenta.
Giraldo indica que si bien podría existir una intención de compra, las compañías de proteínas alternativas deben encontrar nuevas formas de atraer a los consumidores convencionales y evaluar el tema de precios, porque para algunos es una gran barrera. “Si el consumidor ve una marca y en esa marca no hace esa asociación directa con un consumo más responsable, no va a tener una predilección, entonces tiene que ser parte activa de la comunicación. Es un tema de comunicación”, agrega.
Si bien existen tanto sustitutos para la carne y lácteos, dos alimentos que tienen un impacto negativo en el medio ambiente, no significa que para hacer un cambio en el medio ambiente debemos comprarlas o consumirlas. Siempre se puede optar por alimentos completos o integrales, que nos ayudarán a mantenernos saludables y nutridos.
Por ejemplo, podemos optar por una hamburguesa que sustituya a la carne hecha a base de proteína de alverjas o soya; o podemos comer directamente las alverjas, frejoles, garbanzos, tofu y entre otras proteínas vegetales. Podemos comprar bebidas vegetales fortificadas en calcio o vitamina D pero también podemos comprar alimentos de origen vegetal fuente de calcio como el brócoli, coliflor, tofu, frejoles blancos, hojas verdes, entre otros.
Si hablamos del cuidado del medio ambiente, podemos hacerlo desde nuestros distintos espacios, según nuestro presupuesto, tiempo y recursos. Pero lo que queda claro es que hacer una reducción de insumos de origen animal y reemplazarlos por insumos de origen vegetal ricos en nutrientes nos traerán beneficios tanto a la salud como al medio ambiente.
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