Octubre es el mes de los turrones y actualmente existen tantas opciones y variedades que es inevitable no querer comerlos. Mientras las decenas de marcas de turrón nos llenan de publicidad, en redes sociales encontramos contenidos sobre cuántas calorías tiene este postre y equivalencias con panes con mantequilla y mermelada. ¿Es realmente malo para salud?, ¿quiénes pueden o no comerlo? En esta nota intentamos explicar cómo comerlo sin que te genere preocupaciones.
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Es importante mencionar que este artículo no reemplaza la evaluación de un médico o nutricionista, y en caso de tener una enfermedad pre-existente es recomendable continuar con las indicaciones del profesional de salud tratante.
Ningún alimento o postre es capaz de hacer que una persona suba o pierda peso, se enferme o su salud mejore mágicamente. La realidad es que una enfermedad es la consecuencia de varios factores, tanto internos como externos. Y educar a través del miedo no es la mejor alternativa. En algunos casos, puede funcionar; pero en otros paraliza o peor aun genera culpa. En esta nota te daremos claves para que puedas disfrutar del tradicional turrón sin sentir culpa, ya que la comida no debería generarnos una.
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No cuentes calorías
En redes sociales se han viralizado –como cada año– a cuántas calorías equivale un turrón. No es necesario repetir cuántos panes se supone que equivale este postre. Existen muchos profesionales de la salud, entre ellos nutricionistas, que prefieren educar a través de la compasión y hábitos saludables, en lugar de hacerlo desde el miedo.
Si tienes trastorno de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia, ortorexia, trastorno por atracón), te recomendamos ignorar este tipo de publicaciones y buscar ayuda con un profesional tanto en psicología como en nutrición (con enfoque no pesocentrista y especialista en TCAs). No normalicemos tener una mala relación con la comida.
Comer por ansiedad
Muchas personas consideran que comen por ansiedad, sobre todo cuando de postres hablamos. En este caso, se recomienda que se escuchen con compasión, que observen desde dónde viene el impulso de querer comer. Es importante no juzgarse y que coman de forma paciente y atenta. Pero sobre todo, decidan buscar ayuda para conocer cuál es lo que está detonando esa ansiedad y por qué el refugio es la comida. Muchas veces la comida es la única manera de lidiar con las emociones, al ir a terapia aprenderás a encontrar otras formas de poder atravesar sentimientos difíciles.
Si tienes algunas enfermedad pre-existente
Si has sido diagnosticado con diabetes, hígado graso, síndrome metabólico, cáncer u otra enfermedad, nuestra recomendación será que consultes con tu médico o nutricionista. Ellos podrán darte una indicación acertada porque ellos son los únicos que conocen tu estado de salud, tu diagnóstico, tus exámenes bioquímicos y cómo está yendo tu tratamiento contra dichas patologías.
Recomendaciones generales
Si eres una persona sin comorbilidades, comer turrón no cambiará tu estado de salud. Primero, porque es probable que lo comas solo en octubre y porque es casi imposible que te comas muchos kilos de este postre. Lo empalagoso de la miel será una alerta para detenerte.
A continuación algunas recomendaciones para disfrutarlo sin generar una mala relación con la comida:
1. Disfruta del turrón. Solo en octubre tenemos una gran cantidad de variedades y podemos decidir comer el que queremos y ¡frescos!. Escoge el que más te guste, los hay frutados, con grageas, veganos, ketos, sin gluten, con maíz morado y muchos más.
Estas son algunas alternativas libres de gluten:
y Keto:
2. No es tu última comida: Muchas veces comemos hasta sentirnos mal, hasta no poder movernos. Si te serviste un pedazo de turrón o compraste mucho, no es tu obligación terminarlo. No es tu última comida del año. Recuerda que siempre puedes guardarlo en un taper y disfrutarlo otro día, o compartirlo con compañeros de trabajo, amigos o familiares.
3. Compártelo: el turrón es una genial excusa para compartir en familia o amigos. Es ese postre suave y generoso que invita a tomar un lonche en familia con café o té. Puedes acompañarlo también con agua para evitar empalagarte con el dulce.
4. No comas turrón si este está vencido o si eres alérgico a alguno de sus ingredientes. Tampoco lo consumas si consideras que viene de un lugar no tan seguro o higiénico.
5. Mejora tu relación con la comida: el no sentir culpa después de comer algo que te gusta es un sensación inexplicable. Es muy importante comer saludable para evitar deficiencias nutricionales o ser un detonador de alguna enfermedad, pero también lo es tener un balance que no te genere culpa y mejorar tu relación con la comida.
6. Si vas hacer ejercicio que sea porque disfrutas de tu actividad favorita. En general, el ejercicio es una magnífica manera de ayudar a tu cerebro a generar neurotransmisores como la serotonina (importante para el procesamiento emocional), anandamida (regula el balance emocional) y dopamina (la hormona de la felicidad, importante para la memoria de trabajo y la flexibilidad mental). Que el ejercicio sea nuestro aliado, no un castigo por comer algo.
Más información:
Compartimos datos de nutricionistas que tienen un enfoque no pesocentrista:
- Alejandra Izquierdo Saona. Instagram: @ale.integrale
- Melissa Paz. Instagram: @melipaznutricion
Compartimos datos de psicólogas con enfoque no pesocentrista:
- Daniela Alvarez. Instagram: @vivirenbalance
- Mafer Ravello: @psicobalance.pe
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