La Vinocracia, el bar chileno con vinos hechos por mujeres que resalta el trabajo de las enólogas

“La Vinocracia” tiene una barra, mesas y sillas, como cualquier bar de Santiago de Chile y el mundo, pero cuenta con una carta de 1.111 vinos, que fue mérito del récord World Guinnes 2016. Además, presenta una novedad: la sección de vinos hechos por mujeres. Sean de varias o una sola cepa, las etiquetas son creación de enólogas chilenas. En esta oportunidad, la casa aprovecha en recomendar a Provecho otra categoría de vino y un maridaje del ensamblaje Forestal Wines acompañado de un filete de vacuno con papas y champiñones.

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Un año antes de ganar el premio por tener la línea de botellas de vino más larga del mundo, el sommelier y dueño del local, Hugo Córdova, empezaba el concepto de “La Vinocracia” como un lugar para pasar el rato con amigos o familia, y aprender de vinos en las catas. Como algunos bares de la avenida Irarrázaval, una de las más populares para vida nocturna en la capital chilena, el bar cuenta con una tienda de vinos, que pueden ser ensamblajes o propios de una cepa.

El ensamblaje es la unión de variedades de uvas que se complementan en estructura y así forman un solo vino, una etiqueta. Por ejemplo, el proceso de mezcla puede estar compuesto por 50% de la cepa cabernet sauvignon, 10% de pinot noir y 30% de cabernet franc, a las que se puede definir con tres adjetivos: potencia, elegancia y rusticidad. Aunque el gusto de las uvas puede variar dependiendo del enólogo que las crea, la apuesta por la mezcla es interesante en países como Italia y Chile, donde hay una cultura consolidada del vino.

“En mi bar, siempre trabajamos con el concepto de darle valor a las cosas que siempre se han ocultado. Y una de estas es el trabajo de la mujer, que nunca ha tenido el lugar que corresponde. Queremos rescatar el talento de las enólogas”, dice Hugo Córdova a Provecho de El Comercio.

Por su parte, la enóloga y dueña de la Viña Encierra, María Ignacia Eyzaguirre, quien viene de una familia de fabricadores de esta bebida y tuvo sus primeros pasos en los plantíos de parras, resalta la sensibilidad de los sentidos femeninos para reconocer los aromas, las cualidades, las posibilidades y las capacidades de las cepas en el campo, de modo que eso desemboque en la preparación de un buen vino.

“Las mujeres son un aporte a la vitivinicultura y enología nacional en Chile y el mundo”, asegura Eyzaguirre. “Como mujer, una tiene muchos desafíos, de enfrentarse a la gente que trabaja, imponer la visión, pero, a la vez, las mujeres hemos ido ganando terreno. (…) Una mujer preparada puede hacer un vino, pero lo más importante es la calidad de la uva, algo que mi historia me enseñó. El terruño en el vino es demasiado importante. Entonces, una debe tener la percepción y saber degustar la uva, coger el momento óptimo de madurez, pero con una buena uva siempre vas a ganar. Tiene que estar plantada en un lugar adecuado”, agrega.

RECOMENDACIÓN DE LA CASA:

“La Vinocracia” recomienda para una primera visita un vino ensamblaje de cabernet sauvignon y petit verdot en mayores porcentajes, Forestal Wines. La etiqueta nace de un proceso de elaboración de uvas que vienen del Valle de Colchagua en la región de O’Higgins. La base de este vino llama a la carne, por lo que la casa lo sugiere con un filete de res del sur de Chile acompañado de papas naturales del país y champiñones con una salsa verde especial como complemento.

Precios:

- Forestal Wines: 17 dólares

- Filete de res con papas: 12 dólares

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