La propuesta de unir comida y entretenimiento no estaba en los planes del equipo de Vale Todo Downtown hasta que la pandemia de Covid-19 cambió las reglas de juego. Con la discoteca sin poder funcionar por las normas de la nueva normalidad, en enero del 2020 presentaron un minimarket que les permitió continuar operando hasta poder volver a su negocio principal. Pero incluso cuando los establecimientos nocturnos tuvieron la posibilidad de reabrir, debieron hacerlo manteniendo un distanciamiento que obligó al lugar a seguir transformándose: pusieron mesas y sillas e instalaron una pequeña cocina para ofrecer piqueos y comidas para acompañar los tragos. Un servicio añadido había llegado para quedarse.
“Cuando volvimos como discoteca, decidimos dejar este servicio por sus buenos resultados. No era que la gente fuese a la discoteca para comer, pero todo el mundo recibía bien tener un piqueíto”, comenta Claudia Achuy, gerente general de la discoteca, quien no tardó en darse cuenta de un detalle: la gente prefería guardar el piqueo para el final, como para el ‘bajón’. “Ese gesto nos hizo empezar a preguntarnos qué le gustaría comer a la gente cuando se va de la discoteca. Y así salió la idea de ofrecer sopitas”, explica la empresaria sobre los inicios de un espacio que hoy presentan bajo el nombre de Food Town.
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Una experiencia diferente
En la zona de ingreso a la discoteca, donde usualmente las personas recibían un bocadito y un trago de cortesía, ahora se encuentra este espacio de comida rápida en el que se destacan dos platos: caldo de gallina y aguadito; estandartes de la comida ‘levanta muertos’.
A partir de las 2 de la mañana, se venden las sopas que se pueden comer en una barra dispuesta en este espacio o se sirven listas para llevar. Los precios van de los 9.90 soles (la porción mediana) y 14.90 (la más grande). Y aunque es cierto que las sopas no son difíciles de encontrar en las madrugadas miraflorinas, no hay un lugar que las presente como el Vale Todo.
“Nuestras formas son divertidas. Las drag queens están allí a la hora de entrega, te invitan, bromean. No es como tomar una sopa en cualquier otro lugar, tiene la identidad de Vale Todo Downton”, comenta Achuy.
Y para quienes no quieran esperar hasta la madrugada, Food Town también tiene opciones como hamburguesas y unos waffles con diseños eróticos que se han vuelto la sensación de las redes sociales: la real v (con forma de pene) y la queen v (con forma de vulva). Ambos productos tienen un precio de 12 soles.
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Veintitrés años de cambios
Para Claudia Achuy renovar la propuesta de Vale Todo es una motivación constante. “Mantenerse en tendencia durante 23 años con el mismo nombre y en el mismo lugar es un trabajo del día a día”, explica la gerente que es parte activa del negocio desde hace 13 años, aunque su familia empezó esta historia hace 23 años: en el 2000.
“Mi familia tenía una licorería y mi papá distribuía a muchos locales y discotecas de todo tipo y a toda hora, trabajaba las 24 horas. Si te quedabas sin mercadería, él iba y te llevaba”, cuenta Achuy sobre el negocio que conectó a su padre con el mundo nocturno. “Cuando mi papá abrió la discoteca me dijo que iba ser un lugar para la comunidad LGBTQ y yo me pregunté por qué, porque dentro de mi núcleo familiar no teníamos tanta cercanía con esta comunidad. Pero él se dio cuenta que era un nicho que no tenía tantos servicios. Así comenzamos: con una sala, que es hoy la sala de música electrónica, y hemos ido creciendo a punta de esfuerzo y año tras año. Ahora tenemos 5 salas con 5 músicas diferentes y un aforo mucho más grande”, explica la empresaria.
Pero el vínculo de los Achuy con la comunidad LGBTQ+ trasciende al negocio. “Mi familia es parte de la comunidad china y japonesa. Entonces, este tema de luchar por visibilizar a las minorías viene de ese lado. Mi papá es de familia inmigrante china, mi abuelo era chino. Cuando mi papá era chico sintió mucha discriminación y eso lo hizo sentirse identificado con la comunidad, no por ser gay, pero sí por ser una minoría”, destaca Claudia, quien estudió Economía y, tras trabajar en “casi todos los bancos del Perú”, se sumó al negocio familiar con muchas ganas de aportar desde sus diferentes experiencias profesionales.
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“Lo bonito en Vale Todo es que no solo trabajamos como un lugar de entretenimiento nocturno. Somos una marca que entrelaza el arte y la cultura. Tenemos artistas (drag queens, bailarines, coreógrafos, escenógrafos, etc) que muestran su arte todos los días, y hacemos un trabajo constante de y para la comunidad. No solo hacemos cosas para el ‘pride’ y listo. Ahora también tenemos alianzas con instituciones y empresas con la finalidad de visibilizar a la comunidad. Y vamos a la marcha del orgullo desde que comenzó en Lima, pues tiene casi el mismo tiempo que nosotros”, recuerda Achuy, quien sentencia: “Esto no es solo una discoteca, es un lugar con corazón”.