Ya en 2012, el gigante alemán Haribo emprendió acciones legales contra la empresa suiza Lindt, por considerar que sus ositos de chocolate, huecos por dentro y envueltos en papel dorado, eran una imitación de su producto. Ahora piensan hacer lo mismo con el emprendimiento español. (Foto: AFP)
Ya en 2012, el gigante alemán Haribo emprendió acciones legales contra la empresa suiza Lindt, por considerar que sus ositos de chocolate, huecos por dentro y envueltos en papel dorado, eran una imitación de su producto. Ahora piensan hacer lo mismo con el emprendimiento español. (Foto: AFP)
Agencia AFP

Ander Méndez se las prometía muy felices con el negocio que montó con dos amigos: vender en forma de ositos y rellenas de alcohol. Hasta que el gigante Haribo se cruzó en el camino de esta start-up .

Afirma que están “asustados” ante una gran empresa que “si quiere nos hunde”, aunque asegura que continuará la producción y comercialización de sus “ositos borrachos”, porque “vemos que a la gente le gustan”.

El conflicto se ha originado por el presunto parecido entre las golosinas de esta empresa -creada hace un año por tres estudiantes de Bilbao, en el País Vasco-, y las conocidas gominolas de Haribo, ambas con forma de oso.

Las del grupo alemán no tienen alcohol y pueden encontrarse en multitud de comercios de varios países europeos, así como de , , , o .

“Como es habitual en estos casos, Haribo ha lanzado el procedimiento jurídico para proteger las marcas registradas”, se limitó a decir una portavoz de la empresa, contactada por AFP.

En términos más dramáticos, Ander Méndez, CEO de “Ositos con alcohol”, cuenta el susto que se llevó cuando hace dos semanas recibió en casa el burofax de un bufete de abogados contratado por Haribo.

“Se me cayó el cielo en ese momento”, cuenta a AFP este muchacho de 24 años, licenciado en Ingeniería.

El documento, redactado en inglés y consultado por la AFP, sostiene que hay una “gran similitud” entre ambos productos, lo que a juicio de Haribo constituiría una vulneración de sus derechos de propiedad intelectual.

Y propone a los tres jóvenes empresarios vascos solucionar “amistosamente” el diferendo con medidas drásticas.

Entre ellas, la carta enumera en tono expeditivo: dejar de producir y vender “cualquier producto bajo el símbolo en disputa”, “destruir y dejar de enviar cualquier tipo de catálogo en papel u online”, abandonar su marca registrada en España, “retirar los productos de su web”, y sobre todo, aceptar firmar los documentos que presenten sus abogados para “transferir la gestión y propiedad del dominio a Haribo.

“Ni le estamos haciendo daño a su marca ni se parecen” los ositos, por cierto más grandes que los de Haribo, replica indignado Ander Méndez, quien acusa al grupo alemán de querer “apropiarse” de su creación.

Ya en 2012, Haribo emprendió acciones legales contra la empresa suiza Lindt, por considerar que sus ositos de chocolate, huecos por dentro y envueltos en papel dorado, eran una imitación de su producto.

Sin embargo, al término de una larga batalla legal, un alto tribunal alemán falló en 2015 a favor de Lindt, y dictaminó que sus osos de chocolate no podían ser confundidos con las gominolas de Haribo.

15 ositos = una copa

La start-up “Ositos con alcohol” -que vende su producto por Internet y en locales de ocio en , sobre todo en el País Vasco, pero también en Valencia- arrancó en enero de 2019, impulsada por Ander y dos amigos suyos universitarios, Julen Justa y Tamar Gigolashvili.

Pronto recibieron una subvención a empresas innovadoras del ayuntamiento de Getxo, una elegante localidad costera cercana a Bilbao. Lo que en su momento generó polémica, porque los concejales de la oposición criticaron que con ello se fomentaba el consumo de alcohol entre los jóvenes.

Los ositos, producidos en fábrica y no aptos para veganos, son gominolas de cinco colores distintos, con 15 grados de alcohol dentro (ron-piña, ginebra-fresa, vodka-naranja, whisky-cola o tequila-limón).

Una copa de vino equivale a entre 7 y 9 ositos, y un gin-tonic a entre 15 y 17, detalla Ander Méndez.

Según explica, están ahora mismo estudiando la respuesta con un abogado, “con mucho cuidado” y sin saber aún qué hacer.

Aunque en cualquier caso, “no tenemos muchos recursos como para meternos en un juicio” con una gran empresa que en su carta dice reservarse “todo tipo de acciones legales” si los tres jóvenes no siguen sus indicaciones.

Por el momento, asegura que seguirán comercializando su producto, “como hemos hecho hasta ahora”.

“Vamos a intentar que ese espíritu festivo que llevamos en la sangre llegue a bares, discotecas y coctelerías”, apostilla. (Con información de AFP)

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