Cuál es la hora perfecta para irse a dormir en las noches, según la ciencia | Descubre en esta nota las conclusiones de esta investigación científica, además de otros datos que debes conocer en torno a este tema importante para tu bienestar general.  (Foto: cottonbro studio / Pexels)
Cuál es la hora perfecta para irse a dormir en las noches, según la ciencia | Descubre en esta nota las conclusiones de esta investigación científica, además de otros datos que debes conocer en torno a este tema importante para tu bienestar general. (Foto: cottonbro studio / Pexels)
Redacción EC

En busca de una vida más saludable y un descanso óptimo, la ciencia ha llevado a cabo investigaciones para descubrir cuál es la hora perfecta para irse a en las noches. Descubre en esta nota las conclusiones de esta investigación científica, además de otros datos que debes conocer en torno a este tema importante para tu bienestar general.

CUÁL ES LA HORA PERFECTA PARA IRSE A DORMIR EN LAS NOCHES, SEGÚN LA CIENCIA

Varios estudios han investigado las consecuencias negativas para la salud cuando no se tiene un tiempo de descanso adecuado. Algunos de estos estudios incluso han determinado la hora específica a la que se debe ir a dormir para obtener un descanso óptimo.

Con el objetivo de investigar este tema, la Sociedad Europea de Cardiología llevó a cabo un estudio con más de 500,000 voluntarios. El estudio tuvo una duración de al menos siete años, durante los cuales los científicos analizaron los datos para determinar la mejor hora para irse a dormir y llevar una vida más saludable, reduciendo el riesgo de enfermedades y la sensación de falta de energía al día siguiente.

Los resultados concluyeron que la franja horaria ideal para acostarse se encuentra entre las 10:00 y las 11:00 de la noche. Según los hallazgos, las personas que se duermen en ese período de tiempo tienen un menor riesgo de padecer enfermedades en el futuro y disfrutan de una vida más saludable en general, en comparación con aquellos que se acuestan cerca de la medianoche. La ciencia respalda la importancia de mantener una rutina de sueño adecuada para promover una buena salud y bienestar.

QUÉ ES UNA SIESTA

Una siesta es una breve pausa o descanso que se toma durante el día, generalmente después del almuerzo o en la tarde. Esta tradición cultural está presente en varios países, especialmente en aquellos con climas cálidos, y ha sido parte de la rutina diaria de muchas culturas a lo largo de la historia. La siesta tiene como objetivo principal recuperar energías y descansar para enfrentar la segunda mitad del día con mayor vitalidad y productividad.

Durante una siesta típica, las personas se retiran a un lugar tranquilo, como una cama, una hamaca o un sofá, y cierran los ojos para descansar durante un período que puede variar desde unos minutos hasta una hora. Se cree que este corto sueño ayuda a mejorar la concentración, la memoria y el estado de ánimo. Además, estudios científicos han demostrado que una siesta adecuada puede tener beneficios para la salud, como reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar el rendimiento cognitivo.

En algunas culturas, la siesta es parte integral de la vida cotidiana y se considera una tradición saludable. Sin embargo, en otras partes del mundo, especialmente en sociedades más occidentalizadas y con horarios de trabajo más rigurosos, la siesta no es tan común. A pesar de ello, cada vez más empresas y organizaciones están reconociendo los beneficios de una breve siesta y han comenzado a implementar espacios de descanso en el lugar de trabajo para permitir a los empleados tomar una pausa y recargar energías durante el día.

CÓMO LOGRAR SIESTAS MÁS PLACENTERAS

Numerosos estudios respaldan estrategias para lograr siestas más placenteras y beneficiosas. Según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, una siesta corta de 20 a 30 minutos mejora la función cognitiva, el estado de alerta y la memoria sin causar somnolencia excesiva. Durante este tiempo, el cerebro se beneficia de un descanso y se recupera sin entrar en etapas de sueño más profundo, lo que podría generar sensación de aturdimiento al despertar.

Además, investigaciones de la Universidad de California sugieren que el timing adecuado es esencial. Tomar la siesta aproximadamente 7 horas después de despertar en la mañana, cuando el cuerpo ha experimentado un descenso natural en la temperatura y la vigilia, puede mejorar la calidad del sueño durante la siesta y evitar interrupciones innecesarias.

Asimismo, un estudio publicado en la revista “Sleep” encontró que un ambiente adecuado favorece un sueño más reparador durante la siesta. Mantener el lugar oscuro y tranquilo, y a una temperatura cómoda, ayuda a conciliar el sueño más rápido y disfrutar de una siesta más placentera. Estos hallazgos respaldados por investigaciones científicas nos ofrecen pautas valiosas para aprovechar al máximo el poder rejuvenecedor de una siesta.

CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE DORMIR BIEN

Dormir bien tiene una amplia gama de beneficios para la salud física y mental. En primer lugar, el sueño de calidad es esencial para la recuperación y el fortalecimiento del cuerpo. Durante el sueño profundo, el cuerpo lleva a cabo procesos de reparación celular y liberación de hormonas que favorecen el crecimiento y la recuperación muscular. Esto es especialmente importante para deportistas y personas activas, ya que un buen descanso contribuye a un mejor rendimiento físico y una menor probabilidad de lesiones.

En segundo lugar, el sueño adecuado juega un papel vital en la regulación del sistema inmunológico. Durante el sueño, el cuerpo produce proteínas específicas que ayudan a combatir infecciones y enfermedades, fortaleciendo así la capacidad del organismo para defenderse contra virus y bacterias. De hecho, la falta crónica de sueño puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermarse y retrasando la recuperación de enfermedades.

Por último, pero no menos importante, dormir bien está estrechamente relacionado con el bienestar emocional y mental. El sueño adecuado contribuye a una mejora del estado de ánimo, la regulación del estrés y la reducción de la ansiedad. Durante el sueño REM (movimiento rápido de los ojos), el cerebro procesa y asimila emociones y experiencias del día anterior, lo que puede ayudar a lidiar con situaciones emocionales y enfrentar desafíos con mayor equilibrio emocional.