A lo largo de los siglos los pimientos, en la gran variedad con que se cultivan y se comen en todo el mundo, se han ganado fama por sus presuntas cualidades terapéuticas, atribuida a la presencia en todos ellos de una sustancia conocida como capsaicina. (Foto: Pixabay/Referencial)
A lo largo de los siglos los pimientos, en la gran variedad con que se cultivan y se comen en todo el mundo, se han ganado fama por sus presuntas cualidades terapéuticas, atribuida a la presencia en todos ellos de una sustancia conocida como capsaicina. (Foto: Pixabay/Referencial)
Agencia EFE

La dieta condimentada regularmente con picantes, también llamados chiles, reduce el riesgo de muerte por ataque cardiaco o infarto cerebral, según un estudio efectuado en y que publica este lunes la revista Journal of the American College of Cardiology.

“Un hecho interesante es que la protección contra el riesgo de enfermedad resultó independiente del tipo de dieta que siga la gente”, comentó Marialaura Bonaccio, epidemióloga y autora principal del estudio.

“En otras palabras, una persona puede seguir la dieta mediterránea saludable, o alguien puede comer de manera menos saludable, pero para todos, los pimientos picantes tienen un efecto protector”, añadió.

A lo largo de los siglos los pimientos, en la gran variedad con que se cultivan y se comen en todo el mundo, se han ganado fama por sus presuntas cualidades terapéuticas, atribuida a la presencia en todos ellos de una sustancia conocida como capsaicina.

Los pimientos son oriundos de México, de ahí que se les conozca por su nombre en lengua nahuátl “chili” (chile), y han estado presentes en la dieta humana desde unos 7.500 años antes de Cristo, siendo uno de los cultivos más antiguos de América.

Los pimientos, que se pueden catalogar desde los más dulces, como el morrón o el piquillo, a los más picantes, como los jalapeños, serranos, poblanos, tabasco o habaneros, son un elemento fundamental en las principales cocinas mundiales, como la mexicana, la peruana, la tailandesa o la india.

Esta variedad de hortaliza pasó a ser parte del comercio global desde el siglo XV y actualmente la producción mundial supera los 35 millones de toneladas de chiles verdes y los 4 millones de pimientos desecados.

En el estudio encabezado por Bonaccio para el Departamento de Epidemiología y Prevención en Italia, los investigadores examinaron durante ocho años a 22.811 residentes, con una edad promedio de 35 años, de la región de Molise, al sureste de Roma y con costas sobre el mar Adriático.

Durante ese período hubo un total de 1.236 muertes en el grupo.

Comparando sus hábitos dietéticos, los investigadores observaron que en las personas que consumen regularmente pimientos, es decir, al menos cuatro veces o más a la semana, el riesgo de morir por un ataque cardiaco caía en un 40 %, y la reducción del riesgo de muerte por un incidente cerebrovascular era de casi la mitad del resto de las personas estudiadas.

“El pimiento picante es un componente fundamental de nuestra cultura culinaria”, señaló Licia Iacoviello, directora del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Varese. “A lo largo de los siglos se han atribuido todo tipo de propiedades benéficas a su consumo, principalmente sobre la base de anécdotas o tradiciones, cuando no la magia”, agregó.

Pero aplicando el rigor científico sobre la base de evidencias, “tal como ya se ha observado en China y Estados Unidos, sabemos que las varias plantas de la especie capsicum, aunque se consumen de manera diferente en todo el mundo, pueden ejercer una acción protectora para nuestra salud”, aseguró Bonaccio. (Con información de EFE)

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