Por qué las SUV eléctricas en China cuestan casi la mitad en comparación al resto del mundo

Europa apuesta a una pronta movilidad electrificada dentro de su territorio. Pero en el proceso se está topando con todo tipo de barreras, y una de las más importantes es el precio. Los vehículos eléctricos siguen teniendo un costo muy elevado, en comparación a los de combustión interna, en concreto en el sector de los SUV. Sin embargo, la realidad es diferente en China.

Según la consultora especializada Jato Dynamics, el precio medio de un SUV eléctrico en Europa es de 57.500 euros; mientras en China es de 35.500 euros. El importante margen pudo ser incluso mayor, pues desde 2016, el continente europeo experimentó una reducción del costo medio en un 47% gracias al aumento de la oferta, la bajada de costes de producción y las baterías.

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Estados Unidos también es un mercado importante para los SUV eléctricos. También vio una reducción de su coste medio. Pero el precio promedio es de 54.000 euros, aún muy por encima del coste chino, como sucede en el caso europeo. Y esto obedece en parte a la estrategia de electrificación centrada del país asiático y la popularidad de estos vehículos en su población.

Tendencia marcada como cuestión de Estado

La tendencia de los fabricantes por enfocarse en modelos SUV por encima de los sedanes es cada vez más creciente. En 2021, el 37% de los vehículos eléctricos vendidos fueron ‘todocaminos’. A esto hay que sumarle también la oferta china, con automóviles con precios de hasta 20.000 euros. De hecho, el 31% de su mercado se ofrece por esta cifra. En Europa solo lo hace el 1%; y Estados Unidos, el 4%, con modelos de entre 20.000 y 30.000 euros.

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Incluso, un SUV eléctrico en China es hasta más económico que uno a gasolina. Según estudios de la consultara antes citada, un SUV de cero emisiones es hasta 5% más barata que su versión de combustión interna. Completamente lo opuesto a lo que sucede en otras partes del mundo.

Esto es gracias a que se puede considerar que la movilidad electrificada es cuestión de Estado. La industria es asistida por el Gobierno en control de materias primas, fabricación y ensamblaje de baterías y de la tecnología de almacenamiento; según especulaciones. A la vez, se puede hablar que los fabricantes extranjeros pagarían por las mismas baterías y otros componentes a precios más elevados, en comparación a las compras de marcas chinas.

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A la vez, el promedio de coste puede obedecer a que tanto las marcas de Europa como Estados Unidos han centrado su oferta en modelos de gran tamaño. Estas demandan mayor nivel de acabados y, por lo tanto, precios. Con un enfoque a consumidores de estratos elevados. En China, la oferta está pensada para el consumidor popular, con precios asequibles.