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Mercedes-AMG A45 Test

La nueva generación del Clase A ya se encuentra en nuestro país y ello significa que pronto también veremos la nueva generación del AMG A45, que promete más de 400 HP. Sin embargo, antes que eso pase nos dimos un pequeño gusto probando la última actualización de este pequeño torpedo.

Los autos de este segmento tienen que transmitirnos algo ni bien lo vemos. Al ver al lo primero que vimos fue a nuestro mejor aliado para poder hacer travesuras en la pista. Lo segundo que nos transmitió fueron escalofríos; al arrancar el auto, no sabemos exactamente cómo, el 2,0 litros emitió un placentero ronroneo que nos hizo olvidar de absolutamente todo lo que nos rodeaba.

La tercera sensación está relacionada directamente con la experiencia de controlar esta pequeña masa de 381 caballos de fuerza. ¿Qué tal nos fue?

Extra de picante

Esta actualización del lleva ciertos elementos que lo hacen tener un carácter mucho más deportivo y que las diferencias con el Clase A de serie sean más marcadas, lo cual está bastante bien.

Para empezar, el frontal ahora sigue el nuevo lenguaje de diseño de , con un leve rediseño de la parrilla y los faros, ahora más afilados. Las entradas de aire también han sido rediseñadas, al igual que el difusor inferior, y se agregan unos pequeños splitters a los laterales del parachoques con el fin de redirigir el aire y así mejorar el coeficiente aerodinámico.

Este ha sido instalado sobre el portón de la maletera, detalle que, además de influir también en la aerodinámica, le da una pinta ultra agresiva al auto. Al alerón le acompañan unos faros que también experimentaron un leve rediseño y en el parachoques también encontraremos un par de canards a los lados. Más abajo, cuatro salidas de escape para cerrar con broche de oro.

Respirando deportividad

Si el exterior refleja deportividad por sus cuatro lados, el interior mantiene esa línea. Los asientos son de tipo butaca, con un soporte lateral sobresaliente, y con ajuste eléctrico con hasta tres memorias para la posición del piloto. La posición de manejo es baja y encontrarla nos tomará un santiamén por todas las regulaciones tanto en butacas como en timón.

A propósito del timón, este ha sido rediseñado y tiene un mejor grip respecto al A45 del 2014, así como la base plana, continuando con la línea deportiva. La calidad sobresale, con plásticos suaves al tacto y otro que simula fibra de carbono. Asimismo, tenemos rojo por todas partes: desde los cinturones de seguridad, hasta las costuras del timón y los asientos, así como en las salidas de aire acondicionado.

A comparación de otros Mercedes, en el AMG A45 la palanca de cambios no se encuentra en el timón, sino que esta ocupa su hábitat, la consola central, y es curiosamente pequeña, con botones para activar el modo manual y otro para poner parking.

Todo lo que necesitamos

En cuanto al equipamiento, sobresale la pantalla central estilo “flotante” que se manipula a través de una perilla en la consola central y que es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, aunque el sistema de infoentretenimiento no es de los más intuitivos.

En tanto, debajo de las salidas de aire acondicionado tenemos un panel con botones con accesos directos para esta pantalla y hasta con un teclado numérico. Creo que pudieron ahorrarse unos cuantos botones y hacer la pantalla táctil; sin embargo, un poco más abajo tenemos otros muy útiles, como el de Start/Stop, sensores de colisión o abrir los tubos de escape.

Del circuito a la calle

El Mercedes-AMG A45 lleva un motor de cuatro cilindros, de dos litros, que eroga nada más y nada menos que 381 HP. Va ligado a una caja de cambios automática de doble embrague de siete marchas, la cual fue optimizada para hacer los cambios más rápidos.

En tanto, la tracción es integral permanente 4Matic y tiene una distribución variable progresiva del par, de modo que es capaz de enviar la potencia solo al eje delantero o 50:50 entre ambos ejes.

Al arrancar el auto, el sonido que produce hace que dudemos de que se trata de un propulsor de cuatro cilindros y 2,0 litros. Al salir del concesionario salimos con el modo más citadino, el Comfort, donde el auto muestra todos sus dotes urbanos sin dejar de lado su característica deportividad, pues el motor sigue ronroneando y si damos un acelerón brusco es como si el auto sintiera que lo retas y te responde con agresividad.

La dirección es muy precisa, pero a la vez confortable para la ciudad. Con la suspensión si hay que tener un poco de cuidado, pues es muy rígida y tiende a golpear en las imperfectas calles limeñas. Esta suspensión, sin embargo, se agradece en caminos sinuosos, ya que el aplomo es excepcional y la conducción se convierte en una adicción.

En el modo Sport +, el auto se convierte en una verdadera bestia, la suspensión se torna más deportiva, la dirección mucho más precisa y la caja siempre buscará los cambios en la zona más alta del tacómetro.

Aquí podemos activar el launch control (control de lanzamiento). Tras seleccionar este modo de conducción, pisamos el pedal de freno con el pie izquierdo, tiramos de las dos levas, para luego accionar una vez más la derecha. Sigo con el pie izquierdo en el freno, pero ahora hundo el pie derecho en el acelerador y suelto el freno. Suena difícil, pero no lo es tanto.

El resultado es que el AMG A45 sale convertido en un demonio y en solo 4,2 segundos alcanza los 100 km/h. Lo adictivo aquí es que al momento de hacer los cambios hay una explosión en los escapes y el sonido es similar al que escuchamos cuando hacemos popcorn en el microondas. Pensándolo bien, no sé si es más adictivo avanzar pasando de marcha o frenar bajando los cambios. La caja hace tan bien su trabajo que nos da la libertad de manipularla a nuestro antojo, siempre y cuando la estemos usando bien, claro.

Si quieres conocer más detalles sobre nuestra prueba al Mercedes-AMG A45, puedes encontrarla en la de Ruedas&Tuercas.

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