Hay que hacer esfuerzos por cuidar nuestros recursos.  El agua puede ser motivo de guerras futuras. (Foto: Omar Lucas)
Hay que hacer esfuerzos por cuidar nuestros recursos. El agua puede ser motivo de guerras futuras. (Foto: Omar Lucas)
Ana Núñez

No tenemos que remontarnos hasta el próximo siglo para hablar de las graves consecuencias del cambio climático. Como van las cosas, para el año 2050 –ahorita nomás– la temperatura media de la Tierra se incrementaría en cuatro grados centígrados. Se prevé, además, que para el 2060 el nivel del mar Caribe aumente unos 40 centímetros. Y para el 2100, el nivel del mar se incrementaría en 20 metros. Todo esto si queremos proyecciones a futuro. 

Hoy mismo, una de las muestras más claras y tristes de cómo el cambio climático afecta la vida en nuestro planeta la podemos ver en diferentes fotografías y videos que llegan desde el Ártico, donde la agonía de famélicos osos polares ante el deshielo de los glaciares es una realidad. Lo mismo ocurre con otras especies ya en peligro de extinción.  

Uno de los temas que está en investigación y del que aún no se conocen las consecuencias en su real magnitud es el llamado ‘mar de plástico’.

El año pasado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente alertó que más de ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año. Según algunas estimaciones, cada minuto se vierte a los mares el equivalente a un camión de residuos de plástico.  

En los últimos años, distintos esfuerzos se han iniciado para intentar retirar los desechos plásticos del mar, pero diferentes investigadores han coincidido en que la mejor estrategia es evitar que estos lleguen al océano, por ejemplo, interviniendo en los desembocaderos de los grandes ríos.

Metas al 2030
En la ciudad de Toluca (México) se encuentra PetStar, la planta de reciclado de PET (plástico de las botellas) más grande del mundo. Esta es una de las iniciativas que en la empresa privada se hace para combatir el cambio climático y las consecuencias de que el plástico llegue a los mares.

PetStar recicla 3.100 millones de botellas al año –un equivalente a llenar 2,4 veces el Estadio Azteca– y produce en ese mismo tiempo 50 mil toneladas de resina reciclada.

Según Luis Galguera, vicepresidente de Técnica de Coca-Cola México, la compañía más grande de bebidas gaseosas se ha planteado la Meta 2030, que consiste en lograr reciclar la totalidad de sus envases para ese año.  

Coca-Cola ha llamado a esta propuesta World Without Waste (Un Mundo Sin Residuos) y tanto en su centro de Innovación de Ciudad de México como en PetStar se realizan permanentes esfuerzos con ese fin.  

El reciclaje de botellas es un proceso que depende también de los consumidores. Así que la próxima vez que tome agua, refrescos o gaseosas, aplaste su botella, tápela y busque un tacho de plásticos. No es solo por el bien del planeta. Es por su propio bien. 

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