Fran Drescher, de 62 años, anunció recientemente que está trabajando en una versión para Broadway de la famosa sitcom noventera, de la cual es co-creadora. (Foto: Getty images)
Fran Drescher, de 62 años, anunció recientemente que está trabajando en una versión para Broadway de la famosa sitcom noventera, de la cual es co-creadora. (Foto: Getty images)
Nora Sugobono

La cita era los sábados al terminar la tarde. No recuerdo bien la hora exacta: si a las 6, a las 6:30 o a las 7 p.m.. Pero ahí estaba ella, sin falta. Hasta mi abuelo, que en paz descanse, solía pedirme que prenda la tele solo para verla. Mi primer encuentro con Fran Fine fue a través de un canal de señal abierta y un doblaje al castellano que hoy encuentro de verdad entrañable (más adelante el cable se haría masivo y podríamos seguir la historia casi en tiempo real). Frecuencia Latina había empezado a transmitir hacia mediados del noventa una serie basada en las aventuras de una niñera que actuaba como ninguna otra: era extravagante, fabulosa y tenía una chispa natural, de barrio, que la convertía en un personaje único en su clase.

La señorita Fine (Miss Fine) tenía veintipicos o treintaypocos (nunca se supo con certeza); se las arreglaba para vestir siempre ropa de diseñador (tampoco se supo cómo lo hacía, pero no importaba); llevaba el pelo batido tan alto como los químicos se lo permitían; era fanática acérrima de Barbra Streisand, su líder espiritual; siempre tenía anécdotas sobre sus años de preparatoria que podían aplicarse a cualquier circunstancia; y recorría su natal Nueva York de punta a punta trepada en taco aguja. Podría decirse que -junto con la segunda versión de Mi Pobre Angelito- toda una generación aprendió cómo era La Gran Manzana gracias ella. O al menos la versión que Hollywood quería vender. Nadie puede moverse de Queens a Manhattan con esa inmediatez sin duda; pero, por otro lado, nadie es Fran Fine.

La serie se transmitió originalmente en la cadena CBS. Duró 6 años: de 1993 a 1999.
La serie se transmitió originalmente en la cadena CBS. Duró 6 años: de 1993 a 1999.

Fran es una mujer fascinante, cuyo impacto en millones de jóvenes (y no tan jóvenes) la ha convertido hoy en una figura de culto. Nos enseñó a reírnos de nosotros mismos; a perderle el miedo a hacer el ridículo; a reponernos de los golpes con dignidad (y/o usando un vestido despampanante); y a tener paciencia porque el amor siempre te encuentra. Estas son sus lecciones de vida y un homenaje a nuestra niñera favorita de todos los tiempos.

1. Nunca te pelees con tu mejor amiga (y si lo haces, amístense rápido)

Fran y Val están juntas desde el colegio y, si bien la segunda ha metido la pata en numerosas ocasiones, su relación nos recuerda lo importante que es tener amigas que nos acompañen en el camino. No importa cuántas cosas cambien: hay que esforzarse por mantener y cultivar nuestra amistad con aquellas personas que nos han visto en todas nuestras facetas.

2. Una vez al año mereces salir de compras hasta que no puedas caminar

¿Cuál es la gran lección que Fran Fine NO nos enseñó? A comprar con prudencia. Tomando en cuenta su ejemplo, y buscando un equilibrio entre tendencias, uso de tarjetas de crédito y la necesidad de llenar algún vacío (a todos nos pasa, no juzguen), es posible que sea saludable regalarnos una jornada anual de compras maratónicas que satisfagan todos nuestros deseos. Recomendamos elaborar una lista, eso sí. Y llevar zapatos cómodos.

3. Nadie en el mundo te comprenderá como tu madre y tus abuelas

Llevas más de ellas de lo que imaginas. Pasar tiempo con nuestras madres y abuelas es fundamental, y un hábito que beneficia a todos. Si no puedes ir a visitarlas, busca momentos en los cuales puedan encontrarse. No en vano Sylvia y Yetta iban tantas veces a visitar a Fran (aunque puede haber sido por la comida). Ambas siempre tuvieron consejos acertados basados en su experiencia. ¿Qué más se puede pedir?

4. No subestimes el poder de una sonrisa

Se puede llegar lejos con una sonrisa y a la Nana Fine pocas veces se le vio con una cara triste. Más allá de un tema estético: cuidar nuestra dentadura y asistir al dentista cuando corresponde no solo trae beneficios para la salud, sino también para el bolsillo. ¿Tienes una muela picada? Arréglala hoy y no esperes al 2021.

5. El animal print siempre causa una impresión

Hay quienes le temen. Quienes piensan que es demasiado. O quienes lo encuentran anticuado. Nada más lejos de la realidad. Cualquier fan de la Nana Fine sabría que el animal print (todo falso, por supuesto) es su atuendo statement. Puede usarse en cualquier estación y para cualquier ocasión (quizá un velorio sería inadecuado; tenlo en cuenta);. La buena noticia es que, casi 30 años después, sigue estando muy de moda.

6. La comida todo lo cura

Sea un balde de helado, un pastel recién horneado (nunca hecho por ella; esos antojos llegaban gracias a Niles el mayordomo); un poco de pollo frito o una galleta oreo atiborrada de relleno: Fran Fine nos enseñó del valor emocional de la comida y esa es una lección que nunca se olvida. Sí, es cierto que a veces caía en el cliché de mujer-que-come-dulce-para-salir-de-la-tristeza pero ¿quién puede culparla? En su época no existía Netflix.

7. No hay ningún color como el rojo

El color de la pasión, de la sangre, del amor y... del pecado. Es prácticamente imposible (bueno no, pero sí es difícil y lo dejaremos para otra lista) contar cuántas veces usó algún vestido o conjunto en rojo. Podemos confirmar, sin embargo, que todas fueron memorables. Puede ser por su pelo oscuro, por sus ojos grandes, por la confianza en sí misma o por una combinación de todo lo anterior: lo cierto es que Fran Fine lo lucía como ninguna.

8. Ten a tus enemigos cerca

Terrible tener enemigos. Mejor no tenerlos en absoluto. Pero, si esto escapa a nuestras manos y algún envidioso o envidiosa se ha planteado complicarnos la existencia (con stalkeos en Instagram pasando por chismes, hasta eventuales problemas en el trabajo) lo mejor que podemos hacer es, tal y como nos enseñó la buena Fran, no pisar el palito. Así de sencillo. Lo sentimos por ti, C.C. Babcock.

9. Lo que es para ti, aunque te quites (lo que no, aunque te pongas)

Viudo, tres hijos, sin ninguna intención de comprometerse con nadie. Maxwell Sheffield era encantador y millonario, pero definitivamente no era un hombre fácil. Con todas las probabilidades en contra, nuestra Fran supo darse su lugar y poner por delante lo que quería. ¿Podemos reprocharle algunas actitudes, digamos, algo desesperadas? Pues sí. Pero como bien dice el dicho: en el amor y la guerra todo se vale.

10. Puedes ser una drama queen y que nadie te diga lo contrario

“No exageres” “No hagas show” “No hagas bulla” POR-FA-VOR. Si quieres poner en práctica alguna de las anteriores, sea cual fuera el motivo, estás en todo tu derecho. Ponerle una cuota fashionista al momento de quiebre nunca está de más y, de hecho, hasta puede aumentar la cuota de drama. Un abrigo peludo para hacer una salida triunfal no solo es recomendable, sino también necesario (nunca se sabe si va a hacer frío). Antes muerta que sencilla, Fran Fine.

11. Domina el arte del maquillaje express

En los noventa los tutoriales de Youtube estaban lejos de existir, así que la mayoría de mujeres debía ingeniárselas para aprender a sacarle el máximo provecho a su maquillaje. Si alguien sabía usar un espejo para retocar labios, ojos o pómulos, era ella: Fran lucía perfecta todo el tiempo. Vamos a imaginar por un segundo que la magia de la televisión nada tenía que ver con eso, y que era su propia destreza la que le permitía tal hazaña 24 horas al día. En cualquier caso, sea lo que fuera que hiciera, sabíamos que lo hacía rápido.

12. No pierdas tu capacidad de indignación

Sí, las redes sociales están llenas de fotos y mensajes. Desde perritos abandonados hasta peleas familiares, pasando por fake news y movimientos que podemos o no compartir. Lo importante aquí es que no dejemos de creer, luchar o preocuparnos cuando vemos que algo está mal o con lo que no estamos de acuerdo. Y esto va más allá de dar likes o caritas tristes. La Nana Fine tomaría acción.

13. Llama, por favor

Vivimos en la era del Whatsapp y sin lugar a dudas habría sido divertidísimo ver de qué manera encajaba esto en la trama de La Nana (una de dos: o la salvaba de un aprieto o la metía en alguno). Lo cierto es que nos estamos olvidando de aquella costumbre de levantar el teléfono para escuchar la voz de alguien cercano. Fran podía pasarse horas conversando y, si bien no pedimos que repliquemos su ejemplo, sí podríamos poner en práctica el realizar una llamada de vez en cuando. Sobre todo si hay algo importante que contar.

14. No bebas (tan rápido)

Si te vas a servir una copa, especialmente si se trata de un buen vino o un espumante fresquito, tómate tu tiempo para disfrutarlo de verdad y con moderación. Hace tiempo que debió quedar atrás el ‘seco y volteado’ (alguna que otra vez se pueden hacer excepciones, pero shhhh) para que aumente el hábito de saborear productos de calidad. En una ciudad como Lima, donde la gastronomía invita a probar y brindar, esta filosofía resulta bastante útil. Además, ¿qué diría la Nana Fine de todas esas calorías en el alcohol que se consumen sin ninguna utilidad?

15. Arriésgate por un nuevo corte

Una de las decisiones más frecuentes cuando se empieza un nuevo año (o se termina una relación). Instagram está repleto de referencias que podemos aterrizar y acomodar según nuestras facciones y tipo de cabellera. Por supuesto que un pelo voluminoso y largo -como el de Fran- siempre estará de moda, pero de vez en cuando conviene apostar por algo nuevo que traiga otros aires -y aventuras- a nuestras vidas.

16. La familia es la que uno elige

Uno de los mensajes más bonitos de la serie a lo largo de todas las temporadas. El hogar se forma con aquellas personas que nos aportan cariño, sabiduría y nos brindan su apoyo. Aunque algunas de ellas nos generen algún que otro problema, la clave está en rodearse de quienes nos quieren y nos ayudan a crecer.

17. Quiérete -mucho- a ti misma

Da igual lo que hayas hecho, dicho o pensado: no te pelees contigo misma ni te reproches viejas actitudes. Trabajar en la relación que tenemos con nosotros mismos va más allá de cómo lucimos o qué usamos. También involucra el cómo actuamos. No importaba la situación: Fran siempre sabía cuidarse y reconocer sus logros, grandes o pequeños.

18. Si te portas mal, ¿para qué dejar pruebas?

En la era de las historias de Instagram y el compartir cada pensamiento, foto o video que hacemos día a día, conviene reservarnos algunas cosas para nosotros mismos, sobre todo si nos encontramos en situaciones que pueden ser entretenidas pero comprometedoras. La memoria suele ser buena guardiana: usémosla en exclusiva para esos episodios. Y si no nos funciona, apliquemos el viejo dicho: si no lo recuerdas, pues no pasó.

19. Descansa cuando lo necesites (y también cuando no)

Fran Fine diría que no hay mejor secreto de belleza que dormir 8 horas. Quizá por eso es que despertaba tan radiante, jovial y hambrienta (el desayuno sigue siendo la comida más importante del día; si lo tomas en una bata felpuda incluso mejor). Descansar como es debido -en lugar de quedarnos toda la noche mirando el celular- es garantía de una existencia más placentera.

20. El mundo es tuyo

Si algo nos enseñó Fran Fine es que todo es posible: independientemente de dónde vengas, qué hayas estudiado o cuáles sean tus sueños. El destino es caprichoso y a veces conviene dejarnos en sus manos para ver qué sorpresas nos tiene deparadas. Sea aquí, allá, o más allá: si quieres llegar lejos, solo hay que dar un primer paso.

Que sea en tacos, para no defraudar a nuestra heroína.












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