Hace ya algunos años, cuando la limeña Adriana Seminario ejercía el oficio de blogger de moda, un comentario en Facebook cambió su perspectiva sobre el mundo al cual pertenecía. “Tu piel negra con tu cara típica andina, no creo que sea acertado combinarlas con [tonos de ropa] negros”, escribía un seguidor sobre una foto publicitaria donde aparecía ella modelando. “Solo tienes que ver al chico que te acompaña [rubio]. Qué luz tiene, y mira cómo apareces, totalmente oscurecida”. Adriana decidió no borrarlo, sino dejarlo como registro. Aquella decisión cambiaría el curso de su vida.
Seminario (31) es egresada de Comunicación y Periodismo de la UPC; ex modelo; autora del libro Modelos peruanas (que se ven peruanas) (Penguin Random House, 2017); y actual generadora de contenidos para las redes sociales de la ex supermodelo rusa Natalia Vodianova (”después del confinamiento estricto en Francia comencé a trabajar en consultoría digital con Natalia”, cuenta). Lo dejó todo en Lima para buscar un nuevo camino en la Ciudad de la Luz, y es ahí donde vuelve a brillar por méritos propios.
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Para muchos, la vida actual de Adriana es un misterio. Conversamos con ella desde París, donde se encuentra trabajando en su segundo libro (”esta vez es ficción”) y arma un ambicioso plan para acercar las fibras peruanas a las marcas de lujo. ¿Qué pasará con el rubro después de la pandemia? Aún es pronto para saberlo, insiste. Mientras tanto, Instagram y Youtube se han convertido en sus centros de operaciones. Nunca es tarde para volver a empezar.
- Te hiciste conocida con el nombre de The Androgyny (La Andrógina) con un blog peruano en 2010. ¿Qué queda de esa parte de ti?
The Androgyny como blog sigue existiendo, pero publico con menos frecuencia. En Instagram es la misma cuenta de siempre, solo que ahora lleva mi nombre: Adriana Seminario. Yo empecé con ese proyecto en otro contexto, mientras vivía en el Perú, con todas las experiencias que eso conlleva. The Androgyny buscaba ser muy transgresor, porque era una mirada propia de una juventud más rebelde. Cuando sales fuera cambias de cultura, de idioma, todo. En París me encontré a mí misma de otra manera.
- Te fuiste a Francia en el momento más álgido de tu popularidad, meses después de publicar tu primer libro (2017). ¿Tenías pensado quedarte allá para empezar de cero?
En un principio no, pero tampoco iba totalmente cerrada a la idea. Quería ver cómo me recibía la ciudad, cómo me encontraba yo ahí. Mis seguidores eran netamente peruanos, latinoamericanos. Así que de alguna manera sí era como empezar de cero. Fue ahí que empecé mi canal de Youtube como Adriana en Paris.
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- Los últimos años han significado (para bien o para mal) el boom de los influencers en el mundo entero. Tú no llegaste a vivir eso en el Perú.
Exactamente. Me fui porque estaba muy saturada por esta escena que se venía venir de influencers. ¿Qué es lo que están diciendo? ¿Cuál es su propuesta de valor? Todas esas cosas se tienen que tomar en cuenta. Sentía que estaba harta, y no es que Lima sea una ciudad aburrida; más bien creo que se ha convertido en una ciudad de lo más interesante. La que estaba aburrida era yo.
- Hace unos meses la serie Emily in Paris despertó un interés tremendo por la vida en la capital francesa; principalmente el mundo inaccesible de las marcas y los eventos. ¿Cómo hiciste para entrar?
Uno de los videos más populares de mi canal de Youtube justamente es mi review sobre la serie. En mi caso tuve una gran ventaja, y era que viví mi primer año con Sergio Corbacho (maquillador peruano de fama mundial) a quien conocía por el mundo del modelaje. Él me mostró todos los matices que podía tener la ciudad y me ayudó con varios contactos en el mundo de la moda. Por otro lado, el Instituto Marangoni (donde estudié) tiene una bolsa de trabajo para estudiantes. Fue ahí que entré a Christian Dior.
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- ¿Cómo es trabajar en las grandes casas de moda parisinas?
Llegué a Dior Couture con un puesto de asistente. Luego me volvieron a llamar para ser la coordinadora de todo el showroom (donde se presenta la colección a los compradores mundiales), y estuve ahí casi todo el 2019. Fue súper interesante. Un día llegó Anna Wintour y yo casi me voy de bruces con ella. La mujer siempre está zen; lo ha visto todo, no se perturba con nada. Luego entré como asistente para retail de Hermès. Eso fue muy breve porque cayó la pandemia. Es una casa familiar que tiene las carteras más codiciadas del mundo (la Kelly, la Birkin) y mi trabajo era supervisar la llegada de las nuevas colecciones, entre otras cosas. Pasa una cosa muy parisina con Hermès: no puedes llegar a la tienda a comprar una cartera. Tienes que sacar una cita.
- En paralelo a todo esto, ¿qué pasó con tus redes sociales? Finalmente, tú naciste en el mundo digital. Es tu lenguaje.
Mi objetivo era descentralizar mis redes sociales del Perú, tener un público más internacional y europeo. Para ese momento ya sabía que me iba a quedar aquí, así que le puse más fuerza al canal de Youtube, y empecé a postear en Instagram en inglés y en español. Ahora me siguen muchos más hispanohablantes de Europa. La mirada es más libre, no tengo que promocionar nada: publico lo que yo quiero.
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- ¿Son muchas las influencers peruanas que hacen contenido desde el extranjero?
Está Katy Esquivel que viaja por el mundo (@whatthechic) y Luana Pérez-Garreaud en Nueva York (@luanna), que son famosísimas. Yo soy una influencer a mucha menor escala, recién estoy comenzando en Francia. Es un terreno casi inexplorado: el Perú suena mucho menos de lo que nos gustaría creer.
- Han pasado casi 4 años desde que sacaste el libro Modelos peruanas (que se ven peruanas). Ahora que lo ves con una distancia, ¿crees que las cosas están cambiando en nuestro país?
No sé si han cambiado, pero se han evidenciado más y la gente se está dando cuenta que a estas alturas hay comportamientos que son ridículos e inaceptables. Lo que pasó hace poco con Jaime Cilloniz en el ascensor denigrando a Danna Ben Haim, por ejemplo. Esas actitudes déspotas y prejuiciosas. El Perú es un país muy fracturado y eso se nota aún más en tiempos de crisis.
- Aun así: ¿tienes planes de volver, o de hacer algo más vinculado al Perú en el futuro?
Me gustaría, a largo plazo, crear un proyecto que tenga que ver con fibras peruanas. No hay un marketing adecuado en París para lo que son las fibras peruanas como tal. Aquí todo el mundo sabe que es el cashmere, por ejemplo, pero realmente no conocen la alpaca o la baby alpaca. Mi plan es enfocarme en la comercialización de la aplaca peruana en Europa para marcas de lujo. Solo estoy esperando que el momento sea propicio.
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