Nora Sugobono

Llega un punto en la vida —al menos en la vida gastronómica— donde todo empieza a volverse un poco repetitivo. Como versiones de la misma fórmula, servida en distintos envases, experiencias y entornos. Hay que estar verdaderamente atentos para detectar cuando se está delante de un original. Afortunadamente no se necesitan muchos minutos en Ribeyro Casa Sutil —el bar de coctelería de autor más novedoso de la ciudad— para conocer esa extraordinaria sensación en primera persona. Este es un sitio único en su clase.

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Nada de lo que sale de la barra de Ribeyro tiene símil. Sospecho que es la conclusión más honesta a la cual se puede llegar después de probar un coctel con queso Cachicurpa —tradicional de Apurímac— pasado por fat wash (técnica que se usa para aromatizar un destilado con grasa animal o vegetal) y mezclado con Aqará —agave ancashino—, vermut Mancino Bianco, vermut La Fuerza, limón Tahití y tónica. Para entenderlo no queda más alternativa que probarlo. La misma técnica se repite en el coctel Cacciatore, presentado con un trozo del intenso embutido italiano enroscado en la copa. Otro de los cocteles lleva pistachos clarificados: cada sorbo es más untuoso y elegante que el otro.

Alcachofa horneada con mantequilla, limones curados y alcaparras fritas. atrás, coctel cacciatore, a base de aqará reposado, mancino rosso y salchicha cacciatore.
Alcachofa horneada con mantequilla, limones curados y alcaparras fritas. atrás, coctel cacciatore, a base de aqará reposado, mancino rosso y salchicha cacciatore.
/ Heroina Estudio

El de Ribeyro es un universo fascinante, peculiar y, en definitiva, seductor. Hay doce bebidas más en el menú (dibujado a mano, con los tipos de copas de cada una) que continúan con aquella misma línea: mucho producto local con nombre y apellido, licores refinados y exclusivos, y un ambiente donde el pasado se encuentra con el presente y todo parece estar en orden.

Cordero mechado sobre pan pita, tomates horneados, crema agria, pepino y menta.
Cordero mechado sobre pan pita, tomates horneados, crema agria, pepino y menta.
/ Heroina Estudio

El bar ha sido idea de la dupla conformada por el bartender Luis Flores y el chef Pedro Miguel Schiaffino, socios, amigos y aventureros culinarios. La cocina, comandada por Diego Taboada, es un reflejo de lo que vemos en la barra. Bocados para tapear, con mucha mezcla de sabor y otro tanto de técnicas. Desde tostadas coronadas con straciatella, berenjenas asadas, ajo negro y miel de vainilla, hasta un queso maduro de achiote grillado con hongos, aceite de trufa y brioche de camote. A esta casa provoca volver. //

La hora del aperitivo

El espacio donde está ubicado este bar solía ser una de las habitaciones del quinta Miraflores boutique hotel (que sigue en pleno funcionamiento). El espacio opera en una de las casonas que forman parte del complejo de viviendas conocido como quinta leuro, construido a inicios del siglo XX por el arquitecto italiano Lidio Mongilardi. Es un monumento histórico de la ciudad.  

En esta famosa quinta escondida en plena avenida 28 de julio vivió alguna vez el escritor julio ramón ribeyro. el lugar fue la inspiración para su cuento “Tristes Querellas en la Vieja Quinta”. 

El horario de atención de momento es de 5 p.m. a 11:30 p.m. además del salón interior, hay una terraza al aire libre que bordea todo el espacio. Se sugiere reservar.


Además…

Dirección: Av. 28 de Julio 844, Miraflores

904-111240

@ribeyro_casasutil

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