Joaquín Lavado ‘Quino’ nos ha dejado, pero Mafalda vivirá por siempre. Lo hace a través de sus mensajes eternos y universales, que han pasado de generación en generación por más de cinco décadas. Quino, el humorista gráfico más traducido del idioma español, falleció el pasado miércoles 30 de setiembre a los 88 años. Incontables muestras de afecto y agradecimiento inundaron las redes sociales desde que se supo la noticia. Cada uno a su manera quería despedirse del hombre que supo decir lo que pocos se atrevían.
“Adiós Quino. También un poco mi papá”, escribió Gonzalo Torres en su cuenta de Twitter. No era para menos: su obra lo ha acompañado prácticamente toda su vida. El primer libro que Torres se compró alguna vez, juntando sus propinas, tenía como protagonista a quien se convertiría en su heroína eterna: Mafalda. Eran ediciones de tamaño bolsillo que el actor y conductor empezó a coleccionar a los 14 años. Aún las conserva y atesora.
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“Mi papá hablaba a través de Quino. Fue él quien me enseñó el mundo de Mafalda y de todos sus otros dibujos. Y a través de ese regalo me dijo todo lo que debía saber sobre el mundo: que las cosas nunca son como parecen ser, que nunca hay que dar por sentado nada, que el humor es una experiencia muy corrosiva contra el poder y la censura”, nos cuenta Torres.
“Hay más verdad en los silencios de sus viñetas, en las expresiones de sus personajes silentes, en las frases cortadas y los pensamientos que emanan como globos que en cualquier discurso de algún político. Fui a veces Mafalda, muchas Felipe, a veces Susanita, tantas veces Guille y otras me sentí como Libertad o Manolito. Y en cada una de esas instancias tenía un referente gráfico de qué es lo que estaba pasando. Como un espejo”, continúa.
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“No recuerdo un regalo de mi padre tan duradero y tan revelador como este, un regalo que ha marcado mi visión acerca de la realidad de las cosas. Adiós don Joaquín, te cuidamos a Mafalda un rato más”, finaliza el actor y conductor. El suyo es un sentimiento al que muchos nos unimos.