Sin temor a equivocarme, me atrevo a afirmar que no existe ser humano en este planeta -ninguno que no tenga alguna restricción alimenticia que así lo condicione, por supuesto- que pueda afirmar haberse cansado de la pizza. Honestamente, no lo creo. En el universo pizzero y toda la cadena que eso involucra, los comensales siempre estamos dispuestos a probar más. Más masas, más toppings, más salsas, más ingredientes novedosos y más queso (mucho más queso). Siempre queremos y siempre podemos comer más.
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