Hace poco el diseñador indio afincado en Nueva York, Naeem Khan, estuvo de visita por el Perú a propósito de la feria El Rastrillo. Una de las reflexiones que nos dejó en su paso por aquí fue sobre sostenibilidad: “muchos están trabajando para conseguirlo, pero aún no existe ninguna marca (masiva) en el mundo que pueda ser 100% sostenible”, aseguró. Sigue siendo un concepto difícil de entender y de aplicar, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. Incluso detalles como botones y cierres se deben tomar en cuenta al momento de evaluar una prenda.
Lo que sí existe es un cambio de conciencia, de filosofía. Ha empezado lento, pero las cifras ya no se pueden obviar: el uso de pesticidas y otros químicos en la industria textil la hacen la segunda más contaminante del planeta. Se estima, además, que esta industria es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global. Solo para dar un ejemplo: en la elaboración de un par de jeans se emplean unos 3 mil litros de agua (detrás del cultivo y procesamiento de un kilo de algodón hay otros tantos miles) y una fibra tan usada como el poliéster se demora unos 200 años en descomponerse. Eso sin contar que cada segundo se entierran o queman piezas de ropa equivalentes a un camión de basura. La consigna ahora es comprar menos, pero comprar bien.
Los últimos años han supuesto la configuración de un nuevo modelo de negocio para la moda en nuestro país. Con 17 ediciones encima, LIF Week ha sido testigo de estos cambios: rápidos, pero determinantes. Consumismo y sostenibilidad son dos nociones que conviven –por contradictorio que eso suene– en el mismo universo. “Él Perú ha entrado tarde al mundo de la moda y recién ha empezado a despertar, a acceder al diseño a un rango de precios variado” opina Efraín Salas, director de LIF Week, sobre los efectos del fast fashion.
“En el público masivo aún no existen los conceptos de sostenibilidad y reciclaje. Ese es un proceso que tendrá que darse lentamente”, continúa Salas. ¿Cuál es el futuro del sistema, cuando redes sociales y plataformas web han cambiado las reglas del juego? “Si bien soy un defensor del placer de entrar a una tienda, actualmente hay que trabajar muchísimo en la experiencia de compra para sobrevivir”. Esperemos a ver qué ocurre en la próxima edición de LIF Week. Tal vez en el 2020, usar (y comprar) sostenibilidad esté por fin de moda.