Platón pesa 35 kilos y mide un metro veinte. Ese no es impedimento para que el can de raza alaskan malamute se prive de rodearse de encajes, tules y gasas cada vez que le es posible. Suele hacerlo con más frecuencia en verano, temporada en la que su madre, Angie Schlegel, lo lleva a su atelier miraflorino para que se refresque con el aire acondicionado. Desde hace seis años no hay un solo día en el que Angie no se sienta en paz con él cerca. La llegada de su primer hijo, Vicente (quien acaba de cumplir un año), no ha cambiado en absoluto su rutina. De hecho, es más bien lo contrario. Mientras el pequeño Vicente gatea y juguetea entre vestidos y faldas, Platón se mantiene vigilante. La dupla es parte esencial del día a día de la diseñadora, quien se ha acostumbrado a tenerlos con ella varias veces a la semana. Siempre les consulta a sus clientas, por supuesto, pero quienes la conocen saben que la visita a su taller de alta costura es como una visita a su propia casa. Ahí están todos en familia.
“Los momentos creativos son diferentes ahora”, explica Schlegel sobre la llegada de Vicente. “De hecho trabajo más en las noches, cuando él se duerme. Digamos que tu hijo siempre es una compañía, pero la noche también se vuelve una compañera porque no hay muchos espacios en el día para hacerlo todo”, cuenta. La noche –o más bien las estrellas, astros y constelaciones– es precisamente la inspiración de la nueva colección que Schlegel presentará en la pasarela LIF Week dentro de unas semanas. Vicente nunca ha roto nada, y este trabajo ha sido su gran prueba: ‘Supernova’ es la primera colección de Angie después de su embarazo. De Platón no se puede decir lo mismo (ha sido responsable de algún que otro desperfecto, pero nada grave). “Ha pasado mil veces”, ríe Angie. A ambos, eso sí, hay que esconderles tijeras, agujas y piezas de pedrería.
La maternidad ha sido determinante en la carrera de María Ximena Ramírez como diseñadora. La primera vez que pisó LIF Week, lo hizo con ‘Vida’, un trabajo basado en sus hitos personales antes de dar a luz a Micaela, su hija de 19 meses (al final del desfile, salió con ella en brazos, algo que podría repetir en esta edición). Nunca pensó en ser madre –de hecho, así lo había decidido con su esposo– pero el destino tenía una sorpresa destinada para ella. “Micaela removió muchas cosas en mí”, sostiene Ramírez. “El día que di a luz hubo un atentado en la clínica donde estaba [la bomba en la Ricardo Palma]. Me di cuenta de mi fortaleza y de cuánto podía llegar a querer a esta bebé”, sostiene.
Hoy Micaela es su mejor compañera: sus clientas, sobre todo quienes le encargan vestidos de novia (el trabajo se extiende por meses), la conocen desde la panza. La pequeña se prueba cosas, toca las texturas de chantilly y encajes, y se siente cómoda con el mundo que su madre ha construido para ambas. Tanto, que la entusiasta María Ximena ya le ha lanzado su propia marca, La Heredera. Los vestidos y otros conjuntos que forman parte de su clóset están a la venta y pronto se exportarán a Estados Unidos. Todo pasó casi sin darse cuenta, sin querer queriendo.
TU AMIGO FIEL
El día que contrajo matrimonio con el veterinario Rafael Villarán, Yirko Sivirich entró con sus perros, Brau y Gringo, al recinto donde sería la fiesta. Más adelante, dos versiones en papel y cartulina hechas de ambos canes se usaron para tirar a manera de bouquet. Los perritos estaban presentes incluso como figuras, encima de la torta. Gringo y Brau son la esencia, la luz de Yirko Sivirich. Al primero lo rescató en 2014, cuando lo vio amarrado en la tolva de una camioneta camino a la perrera; sobre el segundo –quien estaba perdido en un parque– le alertaron en redes sociales dos años más tarde.
El diseñador iqueño, con una agenda internacional bastante agitada –ya ha mostrado su trabajo en los Fashion Weeks de Nueva York y Miami–, procura no despegarse demasiado de sus compañeros predilectos. “Siempre están conmigo”, afirma. “Como yo no tengo la carrera de diseñador, hay muchas pautas que no sigo al momento de trabajar. Si viajo y traigo de regreso referencias de colores, trazos y cortes que llamaron mi atención, usualmente aterrizo todo eso en mi cama o echado en la alfombra. Los que están a mi costado durante todo ese proceso son Gringo y Brau”, sostiene. ¿Qué es lo que más agradece? “No muerden nada”, indica Sivirich.
Hace unos cinco años, Yirko presentó en LIF Week una colección inspirada en sus mascotas: ‘G-20’ (‘G’ por Gringo; ‘20’ por Twenty, su primera mascota). “Estaba en pleno camino a armar la colección cuando rescaté a Gringo”, cuenta Sivirich. Esa sensibilidad ha sido siempre su principal carta de presentación. Para la temporada otoño-invierno de LIF Week, Sivirich alista un trabajo inspirado en el amor, en concreto el que siente por su esposo (su enlace tuvo lugar el pasado 14 de febrero). La ha bautizado como ‘Kuyayki’. Significa “te amo”. //
LIF WEEK OTOÑO-INVIERNO 2020
Cuándo: miércoles 25 y jueves 26 de marzo
Dónde: Country Club Lima Hotel
Participan : ONG Dress for Success, Eduardo Arens, Juan Arias, Ricardo Quispe, Mauricio Cabrera, Camille Defago, Yahel Waisman, Angie Schlegel, Claudia Jiménez, Sophia Lerner, Perro Loco, María Ximena Vestidos, José Zafra, Annaiss Yucra y Yirko Sivirich