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Bohemian Rhapsody, la historia de Freddie Mercury, película de estreno
Pedro Suárez Vértiz

Queen es una de esas bandas que el tiempo no difumina. Es un ejemplo comúnmente utilizado por aquellos que consideran que la música de antes era la mejor. El conjunto ha cautivado más que nunca este mes con el estreno de la película biográfica de su líder, Freddie Mercury, llamada Bohemian Rhapsody, como su famosa canción de 1975.

Esta producción angloamericana fue dirigida por Bryan Singer, quien fue luego reemplazado por Dexter Fletcher. Como la ley estadounidense no permite que figuren dos directores, en los créditos Singer se mantiene como director y Fletcher, como productor ejecutivo. El filme se estrenó el 24 de octubre en el Reino Unido y llegó a las pantallas peruanas el 1 de noviembre y es, sin duda, una excelente herramienta introductoria de la música de Queen para las nuevas generaciones. En principio muestra sorprendentes detalles, como la famosa melodía inicial que acompaña la aparición del logotipo de 20th Century Fox tocada en guitarra por Brian May. También la cuidadosa posición de los vasos de Pepsi sobre el piano de Mercury en la escena de la presentación de Queen en el concierto Live Aid.

El actor que interpretó al mítico músico fue el estadounidense de descendencia egipcia Rami Malek. Según se supo, Mercury iba a ser encarnado en el 2011 por el británico Sacha Baron Cohen –célebre por su personaje de Borat–, pero el proyecto nunca se concretó. Este contaría luego que no le agradó la idea de que Mercury muriera a la mitad de la película y que la parte que quedara se tratase de cómo la banda, ya sin él, había salido adelante. May desmintió que la idea haya sido esa y se mostró aliviado de que Cohen quedara fuera del juego.

En el 2013 se retomó el plan de hacer la cinta y la interrogante de quién sería Mercury causó furor en la redes. Se rumoreó sobre Daniel Radcliffe, famoso por su papel de Harry Potter, pero este no tardó en negarlo. Se consideró entonces a Dominic Cooper y luego a Ben Whishaw, pero finalmente Malek fue el elegido.

Luego de tantos intentos, anuncios y cambios durante ocho años, la expectativa se sobredimensionó y hubo críticas negativas, pues contrapesó la calidad del filme con la larga espera. En The New York Post se comentó: “Bohemian Rhapsody tiene un guion poco profundo, presentaciones de gran tamaño, pero parece que se filmó en un sauna”. The Independent acotó: “Bohemian Rhapsody intentó hacer la historia de la banda y al mismo tiempo servir como una película biográfica satisfactoria de Mercury”. Finalmente, el semanario estadounidense Variety esgrimió que la película “trata la temeraria vida sexual de Freddie con guantes, lo cual complica la correcta representación de la historia real”.

Aun así, la película ha sido todo un éxito. La interpretación de Rami Malek como Mercury ha recibido innumerables elogios, las canciones de Queen han arrasado en las plataformas de música y ya es la segunda película biográfica musical más exitosa de la historia. De hecho, ha acumulado más de 380 millones de dólares en el mundo a solo tres semanas de su estreno, superando a Walk the Line, el filme biográfico de Johnny Cash.

En mi opinión, es excelente como pieza fílmica. Pero para los que conocemos bien a Queen, hay algunos ruidos. Es desconcertante ver, por ejemplo, tan alterada la cronología histórica de la banda en pro del guion: Mercury confesando a sus compañeros su enfermedad justo antes de salir a tocar en Live Aid en 1985, cuando en realidad recién se enteró en 1988. Eso burla groseramente la veracidad del hecho más dramático en la historia de Queen. También se obvia por completo la relación de dos años que él tuvo con la actriz austriaca Barbara Valentin, que hasta aparece en el videoclip de It’s a Hard Life (1984). Esto sin contar que en la película Freddie conoce a sus futuros compañeros viéndolos tocar bajo el nombre de Smile, cuando en realidad los ve por primera vez comprando ropa en un mercadillo. Y, bueno, ver a Mercury tirándose de espaldas sobre la multitud, algo que jamás hizo, es como observar a Dylan cantando heavy metal. Quitando todo eso, Bohemian Rhapsody es un peliculón. Lo digo en serio. //

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