/ Verónica Calderón
Vanessa Romo

Cierra los ojos por un momento e imagina a Miguel Grau. Haz lo mismo con José Olaya. Ahora hazlo con Teresa González de Fanning. La razón por la que en los dos primeros casos has relacionado los nombres a rostros y en el tercero lo has hecho a un colegio, es una prueba clara de la ausencia de nuestras precursoras en el imaginario peruano. Pocas láminas escolares de figuritas las consideraron cuando estábamos en el colegio y solo algunos pudimos conocerlas en clases especializadas en la universidad. Sin embargo, ellas existieron, tuvieron rostros, dieron la vida por el país y lograron abrir una pequeña grieta en la historia para las mujeres de ahora.

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