Diana Gonzales Obando

Era fines de 1955 y en las alturas de la un suceso marcaba el inicio de lo que hoy llamamos . “Numeroso aficionados al séptimo arte se dieron cita anoche en el auditorio de Radio Cusco invitados por un entusiasta grupo de jóvenes intelectuales y artistas con el objetivo de proceder a la constitución formal del Cine Club Cusco (CCC), el segundo de Perú”, registró el diario El Comercio de Cusco aquella fecha, dando cuenta del entusiasmo del público por este acontecimiento.

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Este cine club proyectaba en salas cusqueñas lo mejor del cine francés, italiano, ruso o mexicano, pero además creaba su propio cine documental. La primera producción del CCC que se mostró al público fue “Corpus del Cusco” (1955), dirigida por un treintañero Manuel Chambi (1924-1987), hijo del fotógrafo celebrado mundialmente Martín Chambi. Junto a su padre, Manuel interiorizó el lenguaje de la imagen, así como el amor por su tierra. Se formó como arquitecto en Argentina donde acudía maravillado a cineclubes y, pudiendo haberse quedado en el país vecino o en Lima, quiso regresar a su Cusco natal para desarrollar una de sus mayores inquietudes: crear una propuesta de un verdadero cine peruano, con identidad y visión local. Y fue así que tomó su Bolex 16mm y con un grupo de apasionados por el séptimo arte como Luis Figueroa, Eulogio Nishiyama, César Villanueva, su hermano Víctor, entre otros, filmaron estampas cusqueñas, sus fiestas y religiosidad, dándole un lugar al campesino.

Manuel Chambi, ‘Ukuku’ o Pablucha, Víctor Chambi (su hermano) y Eulogio Nishiyama durante el rodaje de “Lucero de Nieve”, en 1957.
Manuel Chambi, ‘Ukuku’ o Pablucha, Víctor Chambi (su hermano) y Eulogio Nishiyama durante el rodaje de “Lucero de Nieve”, en 1957.
/ archivo sucesión manuel chambi lópez

Transmitir el legado

Así como Manuel Chambi quiso perennizar la identidad de su país en cada fotograma, su hija, Peruska Chambi, no quiere permitir que su trabajo como cineasta sea olvidado. “La labor de mi papá es sumamente importante porque generó una institución. Hasta ese momento no había esa mirada del mundo andino más que turística. En el centenario de su nacimiento, quiero que se reconozca esta labor que ha sido una escuela aunque él mismo no lo haya reconocido en su momento. Ellos empezaron con el cine en quechua, a colores y blanco y negro, con una temática muy propia. Hoy en día se puede decir que sí fue una escuela”, recalca Peruska en referencia a lo que los críticos llamaron la Escuela de Cine de Cusco. Peruska es investigadora de la obra de su padre, publica artículos y recopila información e imágenes de todo lo concerniente a su obra, pues además de cineasta, hizo guiones y hasta incursionó en la actuación.

El día de la fundación del Cine Club Cusco. al centro de la imagen se ve al fotógrafo Martín Chambi celebrando con la familia y miembros del CCC.
El día de la fundación del Cine Club Cusco. al centro de la imagen se ve al fotógrafo Martín Chambi celebrando con la familia y miembros del CCC.
/ colección archivo chambi

“El cine fue una pasión inconclusa. Era difícil y caro. Fue una pasión que pudo realizar en Cusco, pero al venir a Lima la perdió”, recuerda.

Su esposa, Lucrecia Echegaray viuda de Chambi y madre de sus 6 hijos, tiene 92 años y la memoria intacta. Quiso dar unas palabras en este homenaje escrito: “Su idea y su propósito era filmar las tradiciones populares del Cusco y provincias. El grupo perennizó las festividades”. ¿Participó en alguna de las películas?, le preguntamos: “Participé de mirona y como ayudante, por eso puedo contar lo que he visto, lo que hacían y lo que gastaban”, nos dijo Doña Lucrecia con una carcajada.

Hay que recordar que era un trabajo autofinanciado y con mucha gestión detrás. “Ojalá haya nuevas generaciones que sigan perennizando las costumbres de nuestra patria, no solo de Cusco sino todo el Perú”, agrega con mucha razón.

El cineasta Manuel Chambi durante el rodaje de “El Abigeo” (1971), en Cusco. Este  cortometraje realizado en blanco y negro quedó inconcluso.
El cineasta Manuel Chambi durante el rodaje de “El Abigeo” (1971), en Cusco. Este cortometraje realizado en blanco y negro quedó inconcluso.
/ archivo sucesión manuel chambi lópez

Tareas pendientes

Al día de hoy, Peruska tiene registrada la filmografía de su papá. Se trata de 26 documentales 16 mm y 2 mediometrajes 35 mm en blanco y negro. No todos existen en la actualidad, pero hay algo más sobre las cintas que sí lograron guardar: “Lamentablemente, las películas entraron en descomposición, tengo que decirlo porque es la triste realidad. No existe en nuestro país una cinemateca donde podamos resguardar este material, mucho se ha perdido y está desapareciendo, parte de la historia se está diluyendo”. Actualmente, las películas dirigidas por Manuel Chambi están en custodia en la Filmoteca de Lima donde se mantienen de la mejor manera, pero están buscando financiamiento para restaurarlas.

La comunicadora Peruska Chambi posa con la cámara de su papá, una Bolex 16 mm que atesora en casa.
La comunicadora Peruska Chambi posa con la cámara de su papá, una Bolex 16 mm que atesora en casa.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > HUGO PEREZ

Para el cineasta Francisco Adrianzén al no tener una cinemateca nacional estamos impedidos de ver las películas de Manuel y del Cine Club Cusco: “Las nuevas generaciones no pueden conocer lo que se hizo en el Perú. Reconocerlos es reconocer al cine peruano de esos años. Fueron pioneros, abrieron trocha”, resalta Adrianzén quien fue alumno de Manuel Chambi en la UNI, por los años sesenta, además de un gran amigo: unidos por el cine.

La mejor celebración de este centenario no será solo recordando la influencia de su filmografía y del Cine Club Cusco, sino evidenciando una verdadera propuesta de parte del Estado para conservar y difundir como se merece este valioso tesoro que es nuestro cine peruano. Ver “Corpus del Cusco”, “Carnaval de Kanas”, “Ukuku”, “Lucero de nieve” o “Kukuli” proyectados en los cines peruanos no debería ser solo un sueño. //

¿Cuál fue el impacto internacional del CCC?

Édgar Villafuerte Acuña, historiador y gestor cultural del Ministerio de Cultura de Cusco destaca: “Manuel Chambi logró posicionar al Cusco como una escuela de cinematografía regional, llegando a alcanzar el reconocimiento nacional e internacional”. Fue en gran medida por los premios obtenidos en “Uruguay, Italia, República Checa y Moscú con diversos documentales y largometrajes producidos en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado”.


Además…
Premiadas y reconocidas

A pesar de las dificultades, el cine peruano hecho en regiones está viviendo un buen momento dentro y fuera del país. 

Recientemente, la película cusqueña “Raíz”, segundo largometraje de Franco García Becerra, se estrenó nada menos que en el prestigioso Festival de Cine de Berlín con mucho éxito. 

Antes que ella, “Kinra”, debut del cineasta Marco Patatonic, se llevó el premio principal del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. 

“Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo”, de César Galindo, batió récords de taquilla en el país y fue seleccionada para representarnos en los Premios Goya. La cinta “Retablo”, de Álvaro Delgado-Aparicio, destacó mundialmente como prenominada en los Óscar y Goya en 2020. 

El fallecido Óscar Catacora logró importantes realizaciones como “Yana-Wara” y “Wiñaypacha”. Y muchas más dan cuenta de ese cine regional que anhelaron en los años cincuenta los pioneros cusqueños.

Premiadas y reconocidas

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