Cuando la cusqueña Karina Pacheco se sentó frente a la máquina de escribir que la acompaña en esta foto -recreando uno de los retratos más emblemáticos de la poeta Blanca Varela-, empezó a teclear inconscientemente y a disfrutar del sonido nostálgico que la transportó a su juventud.
En su casa, nunca faltaron las buenas lecturas. Los libros impactaron tanto que no puede olvidar esos primeros encuentros: “Recuerdo que mi madre me dio la biografía de Marie Curie. Me marcó profundamente, sentía el frío que sentía ella, me imaginaba cómo eran las buhardillas que acá no existen, la veía estudiando entre sus libros, esto me provocó una admiración tremenda hacia ella”.
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Durante un fuerte resfrío, a los 13 años, su madre le dio nuevamente un libro que cambiaría su vida: era “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez quien recientemente había recibido el Premio Nobel de Literatura. Su madre había terminado de leerla y se la recomendó. Una vez absorbida por la historia, el malestar y padecimientos desaparecieron. Quedó deslumbrada. Fue ese momento cuando Pacheco tuvo la certeza del poder de las historias, tanto que podían lograr que una niña olvide su propia enfermedad.
Estudió Antropología, viajó a España para continuar con sus especializaciones, pero las ficciones la persiguieron siempre hasta convertirse en una de las principales narradoras peruanas contemporáneas y obtener el Premio Nacional de Literatura 2022, con “El año del viento”.
“Los poetas enseñan el arte de la palabra”
Pacheco es admiradora de la poesía de Blanca Varela (Lima, 1926-2009), voz esencial que abrió camino y se convirtió en referente de generaciones posteriores de mujeres escritoras. “Me parece una escritora inmensa, con una mirada y un lenguaje radicalmente originales y un sentido del humor muy fino. Lees tres líneas de su poesía y te puede estar diciendo veinte cosas a la vez. Siento que es una autora que te hace un guiño y dice ‘explora, trabaja el lenguaje’”, nos revela. “Me parece importante leer poesía porque los poetas no enseñan el arte de la palabra”.
No tiene un referente literario concreto y está descubriendo a autoras como la argentina Angélica Gorodischer quien falleció hace un año con 93 abriles. Clarice Lispector es otra de sus fascinaciones literarias. “Soy fan total de Elena Garro –agrega Pacheco–. Cuando la leí por primera vez quedé boquiabierta”. Claudia Piñeiro, Mariana Enríquez y Samantha Schweblin son escritoras admiradas también.
Aunque inmersa en la ficción, como antropóloga Pacheco es investigadora y de sus viajes nace el insumo para sus próximas ficciones.
Es autora de las novelas El año del viento (2021), ganadora del Premio Nacional de Literatura del Perú; Las orillas del aire (2017); El bosque de tu nombre (2013); Cabeza y orquídeas (2012), ganadora del Premio Nacional de Novela Federico Villarreal 2010; La sangre, el polvo, la nieve (2010); No olvides nuestros nombres (2009), ganadora del Premio Regional de Novela 2008 del Instituto Nacional de Cultura de Cusco; y La voluntad del molle (2006). También ha publicado los libros de cuentos Lluvia (2018); Miradas. Antología de cuentos (2015); El sendero de los rayos (2013), ganador del Premio Luces y Artes de El Comercio a mejor libro de cuentos de 2013; y Alma alga (2010). En 2014 editó la antología de relato iberoamericano Cusco, espejo de cosmografías.
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