MDN
Paolo Guerrero
Miguel Villegas

Cojeando. Triste. Pese a que Internacional de Porto Alegre -su equipo- gana 1-0 a Alianza Lima. No fue así la última vez: era octubre del 2017 y un gol suyo de tiro libre -bueno, las manos del colombiano Ospina- le dieron a Perú al chance de jugar el repechaje, que luego terminaría con la selección en el Mundial, 36 años después.

En estas imágenes te lo contamos. ¿Sabías que el primer equipo al que pudo ir fue uno de Bélgica? ¿O que tiene un libro dedicado a él? ¿Siempre fue el Depredador o antes tuvo otro sobrenombre? Descubre eso también aquí.

Paolo estaba en Alianza, soñaba con ir a Bayern Múnich, pero un representante lo había colocado en el Gent de Bélgica. Lo malo es que el club que hoy dirige Michel Preud’homme no estaba enterado. Un chibolazo Guerrero le contó esto a El Comercio en el 2001: “Se me acercó Guillermo Cuéllar y me hizo firmar papeles que no tenían valor, pues era menor de edad. Luego me entero de que había firmado contrato con el Gent belga, que estaba inclusive con la firma de mis padres (que resultaron ser fraguadas)”. El entonces agente del delantero resolvió el problema. La historia es conocida.

Guerrero le faltará plantar un árbol, pero ya tiene hijo y libro. En el 2008, Estruendomudo publicó “Pequeñas infidencias” y allí, Beto Ortiz, su autor, se lo dedicó: “A Paolo Guerrero, el Depredador”. Así se convirtió en el único futbolista peruano a quien le dedicaron un libro. Y quien sabe, del mundo.

La web Delgol.com -hoy, fuera de línea- explica cómo le fue a Paolo en sus primeros días en Múnich. Dice que sorprendió a sus técnicos, y en especial a Gerd Müller, el héroe germano de los setenta. Sí, el del saltito. Quizá fue excesivo. “Me puso Teófilo Cubillas porque él lo conocía”. A los 18, Paolo también fue el “Nene”. Mucho antes de ser el “Depredador” o el “Krieger”.

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