Celeste Pérez

Que los más pequeños del hogar tengan un óptimo desarrollo en su aprendizaje escolar no solo depende de sus aptitudes y destrezas. La es también un factor importante para que niños y niñas se desenvuelvan correctamente.

“En la etapa de la niñez y adolescencia las condiciones de la visión más frecuentes son la miopía, que es la dificultad para ver de lejos; la hipermetropía, que dificulta ver a media y corta distancia; y el astigmatismo, que ocasiona que las imágenes se vean borrosas o distorsionadas”, explica sobre el tema José Ventura, optómetra de GMO.

A pesar de que los anteriores son los diagnósticos más frecuentes, el Dr. Óscar Llerena de SANNA Clínica El Golf invita a prestar especial atención a otras patologías. “Esto ocurre porque con el tiempo las conductas y los hábitos han cambiado, y los niños están más expuestos a otras cosas y así también a distintos diagnósticos oftalmológicos”, dice Llerena. “Por ejemplo, puede darse el ‘ojo perezoso’, que es cuando la función de uno de los ojos [debido a un error refractivo u otra causa] induce al paciente a forzar la vista del ojo dominante y no del afectado”, agrega el doctor.

Signos de alerta

Además de las consultas anuales al oftalmólogo, los expertos recomiendan estar al tanto de posibles fastidios o dolores que puedan experimentar los más pequeños del hogar. Por ejemplo, la fatiga ocular y el parpadeo constante no deberían pasarse por alto. Además, si se presentan cefaleas o el menor expresa que no puede ver con claridad las pizarras de la escuela, lo mejor es acudir a un médico. 

CUIDADO CON LAS PANTALLAS

La frecuente —y desde temprana edad— exposición a las pantallas de celulares, tablets y computadoras en niños, también produce efectos en el desarrollo visual. En esta línea, los expertos exhortan a los padres a poner atención al síndrome del ojo seco, que genera fatiga y, como su nombre lo dice, sequedad. Para estos casos, recomiendan asistir a una consulta oftalmológica, controlar el uso racional de los dispositivos electrónicos y complementar la lubricación ocular con lágrimas artificiales.

También es recomendable visitar a un experto cuando aparecen orzuelos o chalaziones (lesiones elevadas al borde de los párpados), ya que requieren tratamiento tópico y en casos más dolorosos incluso cirugía”, concluye Llerena.

PARA APLICAR DESDE HOY

Cuidar de los ojos de los más pequeños del hogar (y también de los propios) es algo que podemos empezar a incluir en la rutina diaria con actividades básicas. Ventura recomienda empezar con pausas activas: “Por cada dos horas de uso de dispositivos digitales, parpadear de 15 a 20 segundos. Esto hará que los ojos se mantengan lubricados y eviten la fatiga”, comenta.

Asimismo, expresa que si el menor ya cuenta con lentes, los padres se aseguren de que su uso sea permanente, para evitar cambios en las medidas y problemas en la visión. “Los lentes de sol tampoco están de más porque la radiación UV está presente en todo momento”, suma el optómetra.

Ya sabe, con un chequeo oftalmológico anual hará que el futuro de sus hijos pinte más brillante. //



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