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Infopesa
Oscar García

Como si fuese el pulgar decidor de un emperador romano, las bandas del sello Infopesa sabían que su éxito discográfico dependía del pie de su productor, Alberto Maraví. Si este se movía al compás de las canciones que le presentaban, habían pasado la prueba y eran grabadas. Si permanecía quieto, había que seguir probando. Si abandonaba la sala, el peor de los escenarios, no había más que hacer. Durante dos décadas, Maraví, el dueño de la famosa disquera de la etiqueta naranja, afinó el arte del cazatalentos. Los fines de semana armaba maletas y viajaba a parajes lejanos buscando sonidos emocionantes. En una ocasión, sus pesquisas lo llevaron a Pucallpa. Luego de llegar y preguntar por la banda de moda, fue a verla a una discoteca de lugar. Lo que vio lo impresionó: hasta entonces nunca había visto salir vapor de los cuerpos de los danzantes. El sitio parecía envuelto en una niebla que flotaba sobre las cabezas. El líder del combo cuya música producía ese efecto se llamaba Juan Wong. De cariño le decían ‘Juaneco’. Antes de un año los firmaba para un lanzamiento nacional.

Maraví, un ingeniero que dejó los estudios universitarios por la música, primero como disc jockey en Argentina, luego como corresponsal de la revista Billboard, le apasionaba la parte creativa del negocio musical, no solo la labor de gerente. Fundó Infopesa (Industrias Fonográficas del Perú) en 1971 y con ella impulsó el movimiento de la cumbia amazónica, con Juaneco y su Combo; Los Mirlos, de Moyobamba; Sonido 2000, de Tarapoto; Los Dexter, de Uchiza, y a clásicos de otras zonas del país, como Agua Marina y Armonía 10. También hizo popular al conjunto de pop Los Pasteles Verdes, cuyo hit Hipocresía trepó alto en las listas internacionales.

Todo el legado de Infopesa, las cintas master de más de 500 longplays, quedaron archivadas desde 1989 en un almacén de Jesús María, cuando la empresa se vio obligada a cerrar. La crisis del gobierno aprista y una bomba misteriosa que estalló cerca de su fábrica de vinilos en el Rímac dieron por terminada la aventura del sello. “Yo crecí rodeado de discos de vinilo de Infopesa, que en mi casa los lanzaba como si fueran frisbis. No sabía qué cosas eran. Yo soy de la época del CD”, recuerda Juan Ricardo Maraví (29), hijo de don Alberto, que nació en 1986 y no vivió la época dorada del sello de su progenitor. Entre ellos hay una diferencia de edad de 56 años.

Un nuevo amanecer
Juan Ricardo enfermó de cáncer cuando tenía 24 años y las secuelas que la enfermedad dejó en su estado de ánimo lo obligaron a pensar en la urgencia de un legado, uno que además saque lustre al trabajo de su padre, del cual se siente orgulloso. Ya curado les dijo a todos que quería relanzar Infopesa, reeditar sus joyas guardadas e imprimirle además un toque contemporáneo a través del diseño de nuevas portadas. No lo tomaron muy en serio. Así hasta la mañana del 2010 que fue al almacén de Jesús María y, como si fuera un arqueólogo, empezó a abrir cajas que acumulaban 21 años de polvo.

Ahí estaban todas las cintas masters. Un año después aparecía en el mercado Cumbias chichadélicas, la primera referencia del nuevo Infopesa, con un prólogo de Alex Kapranos, cantante de la banda escocesa de rock Franz Ferdinand, que en su concierto en Lima tocó un fragmento de Ya se ha muerto mi abuelo, de Juaneco y su Combo, que no todos sus fans reconocieron, pero que ayuda a entender que el mercado de la cumbia clásica peruana tiene un inmenso público fuera de nuestras fronteras. “Me conseguí su correo y le escribí para contarle el proyecto de relanzar el sello y me preguntó si podía apoyar de alguna forma”, recuerda Maraví hijo.

Fiebre de reediciones
A Enrique Delgado se le considera el padre de la cumbia peruana por Los Destellos, un conjunto del Rímac que en 1968 publicó su primer LP, que algunos llaman una partida de nacimiento. Ahí se hizo manifiesto, además del virtuosismo de Delgado, que había estudiado en el Conservatorio, una fusión nueva de cumbia, rock, guajira y otras yerbas que hicieron escuela en el país. Fue la música de Los Destellos la que inició al coleccionista de vinilos Víctor Zela (33), de la web La Cumbia de mis Viejos, en el romance con el ritmo tropical, una pasión sonora que algunas veces ha atentado contra su economía. “Lo más que he pagado por un disco del género fue 400 dólares por el LP Fiesta en oriente, de Los Orientales de Paramonga. Es un disco muy raro porque su tiraje fue muy limitado, pero pegó fuerte en Estados Unidos, México y parte de Europa, en donde es cotizado”, cuenta.

Los discos suben de precio en la medida que ya no se encuentran en el mercado y ahí las reediciones podrían jugar un papel para terminar o moderar la burbuja especulativa. Infopesa reeditó este año en CD y plataformas de streaming un compilado de Los Orientales de Paramonga, un conjunto fundado por el desaparecido Maximiliano Chávez, quien alternaba su faceta como guitarrista con un trabajo como mecánico en la recordada papelera Paramonga de ese lugar. Desde la reedición, Los Orientales están siendo redescubiertos por más oídos. Fueron parte vital de la banda sonora de la película Rosa Chumbe y una canción suya, El dragón/La molienda, ha sido licenciada este mes para que aparezca en la serie Narcos, de Netflix, que regresa este 1 de setiembre. Pero Infopesa no es el único que ha ingresado a la procesión de reediciones. El año pasado, el sello IEMPSA lanzó una compilación, Los Destellos Psicodélicos, y este año la disquera Horóscopo, que lanzó a la fama a Los Shapis, ha ingresado con fuerza en el negocio de traer a la vida aquellos tesoros que se creían perdidos entre discos ‘rippeados’ (copiados de antiguos vinilos en mal estado) y MP3 de mala calidad.

Mirar hacia adelante
El coleccionista Zela piensa que, en la época de los años 70, la industria discográfica nacional se preocupó mucho por encontrar talentos en todo el Perú. “En esos años era usual que a Lima llegara música de Ucayali, Sechura, Pucallpa, Iquitos, Trujillo, Junín, Arequipa. El consumo musical nunca estuvo más descentralizado que en esos años”, anota. Esta nueva ola de rescate del pasado estaría, a su juicio, poniendo en valor piezas culturales importantes de una época que se fue y que merece ser conocida por nuevos públicos. “Horóscopo tomó un poco la posta de Infopesa en los años 80, en lo que era lanzar bandas novedosas, en su caso de la cumbia tropical andina o chicha”.

Un conjunto de Horóscopo reeditado este año ha sido Chacalón y la Nueva Crema, cuyo LP fue lanzado en Europa en una reedición de lujo en vinilo. Desde Los Angeles, EE.UU., el veterano guitarrista de La Nueva Crema, José Luis Carballo, afirma, sin dudarlo un segundo, que buena cumbia, sobrino, era la de sus tiempos. “Los mejores éxitos musicales de esa época son los que se siguen escuchando en el extranjero. Los autores y compositores sentíamos en carne el desprecio hacia nuestra cultura musical, desprestigiándonos con la palabrita ‘chicheros’. Muchos tiraron la toalla y se volvieron salseros. Los que sentíamos verdadera pasión por nuestras creaciones seguimos y el tiempo nos dio la razón”. 

En la vereda de Infopesa se ha anunciado esta semana el lanzamiento en CD y streaming (Spotify, Apple Music) de nuevas reediciones: un compilado de Manzanita y su Conjunto, una banda liderada por el guitarrista Berardo Hernández, otro de los pioneros de la cumbia junto con Enrique Delgado. También han relanzado a los Hermanos Castro, una agrupación de bolero. Y para fines de año se vienen las esperadas reediciones en vinilo, muy pedidas en estos días. Pero también hay planes a futuro: el estudio de grabación del sello ha sido resucitado por el hijo de Maraví. Su sueño ahora es grabar bandas, como lo hacía su padre, no necesariamente de cumbia. La etapa de recordar el pasado está terminando, dice. Lo que toca ahora es mirar hacia adelante. 

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