Los incendios forestales en Bolivia no dan tregua. Al igual que en el 2019, la Chiquitanía y el Chaco boliviano son los ecosistemas que más han sido afectados por el fuego. La ministra del Medio Ambiente y Agua, María Elva Pinckert, informó que hasta el momento son un millón 393 mil hectáreas perdidas en todo el país.
Pinckert detalló que actualmente existen 57 incendios forestales activos en Bolivia: 43 en Santa Cruz, 11 en Chuquisaca y 3 en El Beni. Asimismo, la titular del sector dijo que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) ha iniciado 452 procesos administrativos a personas acusadas de ocasionar quemas y de ellos 20 son denuncias penales. “Actualmente hay cinco personas detenidas y dos con sentencia. Nunca en la historia de Bolivia hubo sentenciados por quemas”, dijo Pinckert.
En agosto de este año, ABT suspendió la entrega de autorizaciones para las quemas controladas en los departamentos de Santa Cruz y El Beni, decisión que se amplió para todo el país desde el 5 de octubre. El incumplimiento de la norma será sancionado con cárcel.
Este contexto de crisis ha obligado a dos gobernaciones a declararse en situación de desastre. El viernes 2 de octubre lo hizo la gobernación de Santa Cruz y el sábado 3 de octubre el departamento de Chuquisaca. Además, el Territorio Autónomo Indígena de Charagua evalúa tomar la misma decisión.
Solo en Santa Cruz se calcula que las pérdidas por los incendios forestales superan las 830 mil hectáreas; mientras que en Chuquisaca el fuego ha arrasado 30 mil hectáreas y avanza hacia las áreas protegidas de Iñao y Aguaragüe.
“Desde el observatorio creemos que son muchas más las hectáreas quemadas”, comenta Oswaldo Maillard, coordinador del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC). “Nuestra mayor preocupación son en las áreas naturales protegidas porque tiene zonas inaccesibles”, agregó Maillard.
Las comunidades indígenas y campesinas también están padeciendo por el avance del fuego. “Hay mucha desesperación de la gente, son varios días combatiendo el fuego”, dice Yenny Noguera, de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap).
El fuego avanza sobre las áreas protegidas
En Santa Cruz, la mayor cantidad de focos de calor han sido detectados en los municipios de San Matías, San Ignacio, Concepción, Urubichá, San Rafael, Ascensión de Guarayos, Cabezas, Vallegrande y San José, según la ABT.
El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, indicó que el avance del fuego alcanza hasta a 19 municipios, pero son cinco los más afectados. “Se ha tomado esta decisión para proteger la vida y la integridad de las personas, el patrimonio natural de los recursos naturales, la biodiversidad, la salud y la seguridad alimenticia y económica de Santa Cruz”, dijo Costas tras la declaratoria de emergencia.
Maillard, de la FCBC, muestra su preocupación por el Área Natural de Manejo de Integrado (ANMI) San Matías, pues el municipio del mismo nombre es una de los lugares más afectados por el fuego en Santa Cruz. “Según el observatorio, en el [AMNI] San Matías hay cicatrices de los incendios de 116 mil hectáreas y en Copaibo más de 40 mil hectáreas, cifras hasta el 1 de octubre”. Señala Maillard.
Según el último reporte de ABT, en la semana del 28 al 4 de octubre se detectaron 4205 focos de calor en este municipio. El 15.49 % de todos los puntos de calor observados en Bolivia.
Pero no solo el ANMI San Matías está padeciendo los estragos del fuego. Maillard señala que de acuerdo con el Observatorio del Bosque Seco Chiquitano, el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, la Reserva Municipal Copaibo y la Reserva de Vida Silvestre Ríos Blanco y Negro continúan afectadas por los incendios. “Hubo una lluvia sobre Copaibo que mitigó el fuego, pero nuevamente se reactivó. Y en Ríos Blanco y Negro surgió un incendio que fue creciendo en una zona muy distante de cualquier acceso y población”.
Por ahora no hay pronóstico de lluvias en los próximos días –dice Maillard– mientras continúa una intensa sequía. “En una evaluación que va desde 1980 hasta el 2019, observamos que estadísticamente había una tendencia al incremento de la sequía cada año. La mayor parte del departamento de Santa Cruz tendrá sequía con esta intensidad en el futuro. No se trata solo de este año”, advierte Maillard.
En Chuquisaca, los incendios forestales han afectado por lo menos cinco municipios. “Las comunidades son las primeras afectadas, por el impacto al agua, a sus animales y a ellos mismos. Al interior del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Aguaragüe el fuego avanza a pasos gigantes, se expande de un lado a otro”, dice Yenny Noguera de Contiocap.
Noguera comenta que los incendios se están extendiendo a la frontera con el departamento de Tarija. “Se han hecho brechas para detener el fuego. Hay muchos voluntarios combatiendo el fuego”.
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Una sequía que no da tregua
“A la pandemia y la economía debilitada en las comunidades se suma ahora la sequía que agudiza los incendios y agrava nuestra situación”, dice Ademar Flores, miembro de la comisión de Gestión Territorial y Recursos Naturales del Gobierno Autónomo Guaraní Charagua Iyambae. “Las familias no han cosechado nada este año”, agrega.
Las familias dependen de la producción del maíz, frijol, yuca –dice Flores– además de la crianza de animales. “Ahora, no saben qué hacer. Todo está demasiado seco”, comenta Flores quien asegura que el Territorio Autónomo Indígena de Charagua también declarará situación de desastre.
Flores, quien también es legislador del gobierno Charagua, menciona que la mayor cantidad de incendios se ha presentado en la Chiquitanía, pero que la sequía prolongada en el Chaco mantiene en riesgo a las comunidades guaraníes.
“La declaratoria de emergencia permite paliar los efectos que dejan los incendios. Sin embargo, la falta de agua está asfixiando a las comunidades. Avanza el tiempo sin agua, los recursos son escasos y aumentan las necesidades. Hay familias que lo han perdido todo”, dice Flores.
Según el líder indígena guaraní, por lo menos 5000 familias de la etnia guaraní han resultado afectadas en Charagua por los incendios y la sequía. “Casi 2000 están en condición de damnificados por la sequía, pues no hay sembríos y el ganado empieza a morir por falta de alimentos y agua. Lo único que nos salvaría serían las lluvias”, dice Flores.
Rubén Darío Arias Ortiz, miembro de Contiocap y director del Comité de Gestión de Áreas Protegidas Silvestres de Tucabaca teme que la situación se agudice. “Aquí en mi municipio [Tucabaca] la temperatura promedio es de 38 grados centígrados, pero en estos días superamos los 42 grados”.
Arias teme que los incendios de este año superen niveles del 2019. “Como el Chaco no es un bosque, sino arbustos pequeños, el gobierno minimiza las pérdidas señalando que se trata solo de pampas. Pero se trata de una afectación terrible, de zonas sin agua permanentemente”, dice Arias.
El representante de Contiocap también se refiere a las elecciones que se realizarán el 18 de octubre y critica la ausencia de propuestas que aborden el tema ambiental. En un reportaje publicado en agosto, Mongabay Latam analizó los planes de gobierno de los candidatos que iban primeros en las encuestas y constató que el tema ambiental no ocupa un lugar importante entre sus propuestas. “Ninguno de los candidatos tiene una propuesta de gestión ambiental. Deben repensar su plan de gobierno”.
El artículo original fue publicado por Yvette Sierra Praeli en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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