Redacción EC

MELVYN ARCE RUIZ ()

“Ya tengo muchas cosas que contarle a mis nietos”, dice Daniel Lazo mientras recuerda lo que ha vivido en las semanas posteriores a su triunfo en . Cuando se le pregunta por el mejor de esos momentos, no lo duda mucho y empieza a narrar cómo fue su recibimiento en Ayacucho, el lugar que lo vio nacer. Tras ganar el sintonizado programa concurso, le entregaron las llaves de la ciudad, lo nombraron hijo ilustre de Huamanga y hasta ofreció un concierto a plaza llena.

“Ese día fueron a mi casa  a recogerme en un taxi y, mientras más me acercaba a la plaza, veía más y más gente. Bajé a una cuadra, justo donde había una rampa para el ingreso al escenario, y escuché cómo empezaban a gritar cuando me vieron. Eran como ocho mil personas las que estaban allí. Fue maravilloso. Demasiado emocionante”, explica Daniel.

Lo curioso es que, pese al reconocimiento, este cantante de 23 años sigue caminando por las calles con el mismo perfil bajo que demostraba cuando le decían: “Tú eres el favorito del programa y de todas formas vas a ganar”.

“Es que si te crees el favorito, ya perdiste. Porque te descuidas y bajas tu nivel. Además, la gente se da cuenta y la imagen que tienen de ti cambia”.

¿Y cómo es ahora tu relación con la gente?
Me paran por todas partes. Hace poco fui a comer a un centro comercial y no pude terminar. Tuve que tomar un taxi por seguridad porque se estaba armando un alboroto. Cuando estoy solo, no sé cómo hacer para poner un poco de calma porque la gente se emociona mucho. Pero es bonito. La gente te detiene y te dice: “Hijito, que bonita voz tienes” o te quieren abrazar. El cariño de la gente es lo mejor que te puede pasar.

¿Y qué más ha cambiado en tu vida después de “La voz Perú”?

De hecho no solo la gente está mucho más pendiente de ti, sino también los medios. Así que todo va bien de momento. Trabajo más que antes. Trabajo el triple de lo que trabaja antes.

¿Y cómo va el tema que estás trabajando con Universal?
Estamos viendo varias posibilidades entre temas que he escrito yo y temas de otros autores. Ya tengo representantes de la disquera, tenemos un plan de marketing incluso para que el tema sea exitoso. Esperamos que así sea.

La diferencia contigo y otros concursantes era esa: que tú tenías canciones propias.
Pero no soy de pelear por una canción que yo haya escrito. Mientras sea bonita y transmita, yo feliz. Aunque, claro, es una ventaja poder componer porque puedes trabajar al 100% tu esencia y queremos que el disco… o por lo menos esta primera canción tenga una esencia muy marcada.

En el último programa de “La voz Perú”, el Puma, tu coach, dijo que los artistas peruanos merecían un disco completo y no solo un single. ¿Cómo es el trato con Universal?
El premio era por una canción y un video. De universal Music depende la ampliación del contrato. Podrías firmar por tres años o más. Por ahora estamos trabajando juntos. Somos un equipo muy unido, nos llevamos  bien y la idea es sacar un producto bueno.

¿Qué has aprendido al trabajar con gente de más experiencia?
Formalidad. Esa es la palabra. Yo no sabía lo que era un booking, por ejemplo. Ahora si hay un concierto, escribo un mail con mi repertorio y  requerimientos, me contestan, analizamos juntos las propuesta y trabajamos. Hay todo un proceso que es parte de un trabajo exitoso, que es a lo que apuntamos. Suena burocrático pero es divertido.

¿Mantienes contacto con el Puma Rodríguez?
Sí, hablamos por teléfono y nos escribimos por correo. Él está muy pendiente de mí. Le cuento todo lo que pasa y se alegra.

¿Hace cuánto tiempo exactamente dejaste Ayacucho para venir a Lima?
Vine cuando tenía 17 años… aunque tenía cara de 15 (risas).

¿Tenías dónde quedarte?
Mi tía estaba acá. Me aloje con ella un par de días, pero luego se fue a Argentina. Me preguntó si tenía dónde quedarme y le tuve que mentir. Le dije que estaría en casa de un amigo. Si le decía que en realidad no tenía a dónde ir, me hubiera mandado de regreso a Ayacucho.

Corriste un gran riesgo.
La vida me agarró a patadas, me ahorcó… pero no me mató porque yo ya sabía que iba a ser difícil. Por eso creo que los padres no deberían darles todo en la boca a los hijos, sino enseñarles a cómo conseguir las cosas, mostrarles el mundo real. Mi papá me lo enseñó. Yo he trabajado en muchas cosas y mi papá nunca me dijo: “Oye, no hagas esto, que tú eres mi hijo y para eso estoy yo”. Una vez, por ejemplo, un amigo estaba construyendo su casa y fuimos con otro amigo más a ofrecernos para cargar cosas o hacer de albañiles y sacar dinero. Así es cómo aprendes a tener valor.

Se te nota muy maduro.
Yo soy bien inmaduro, pero no a la mala. El secreto de la madurez es darte el lujo de ser inmaduro cuando es necesario. Si vas a un parque de juegos, no tengas vergüenza en subirte así tengas 45 años. Soy algo inmaduro en esas y otras cosas, pero sé dónde poner cabeza fría.

¿Un ejemplo? ¿Cuál fue el momento más duro que te tocó vivir aquí?
Primero cuando no tenía dónde quedarme. Pero no me lamenté. Me reí de lo que estaba pasando,  busqué soluciones y las encontré. Pero cuando me robaron… Ese robo fue un baldazo de agua fría.

¿Qué pasó?
Había conseguido ahorros después de trabajar por un año y me dejaron en la calle. Me llevaron a un cajero, me hicieron sacar todo mi dinero y se lo llevaron. Solo atiné a sentarme en la puerta del cajero a reírme. Me causaba gracia no saber qué carajos hacer. Lo único que se me ocurrió fue irme a dormir para poder pensar qué hacer. Entonces se me ocurrió: salir a las calles a cantar, subir a los buses, a los restaurantes… Allí empezó la historia.

¿Por qué no lo hiciste antes? ¿Tenías vergüenza?
¡Sí! Y no sabes cómo temblaba en el primer restaurante. Pero al segundo ya no. Ya sabía cómo enfrentarlo. Además, no hay nada que enfrentar. La gente está sentada, comiendo, no tienen armas ni nada. Tú eres el que está entrando a cantar y a ti te escuchan y el que va a salir ganando eres tú. Si lo pones así es fácil. Claro lo difícil es el esfuerzo físico, porque es difícil cantar en un lugar sin micrófono y es difícil llamar la atención de la gente. Por eso me incline por temas peruanos, baladas…

Llegaste a Lima solo, pero acá hiciste una familia. Tuviste un hijo. ¿Tenías miedo a detener tu carrera por eso?
Tenía miedo a la incertidumbre. A no saber qué iba a pasar. Cuando me dieron la noticia de que venía Nicolás, fue una mezcla de alegría y temor. No te miento. Tenía miedo de lo que iba a pasar, pero sabía que eso no me iba a detener. No tenía mucho que ofrecer, pero siempre supe que eso no me iba a obstaculizar. Nicolás me impulso muchísimo. Es una bendición maravillosa. Te ordena absolutamente todo. Te vuelve mucho más responsable. Tener a cargo a alguien es maravilloso. Te hace crecer muchísimo.

Con todo lo que has pasado, ¿qué le aconsejarías a aquellos que saben que tienen talento pero tienen miedo a correr el riesgo de seguir sus sueños?
Si saben que tienen  talento o  pasión para cualquier cosa: cocinar, bailar, las matemáticas… lo que sea. No hay otra manera de ser feliz y sentirte realizando que haciendo lo que amas. Imagínense lo incompleto que serían haciendo lo que no les gusta. Piensen cómo se sentirán cuando tengan 60 años y vean el desperdicio de tiempo gigantesco que fue todo. Yo me lancé a la piscina porque amo todo esto y me está yendo bien de momento. Y sé que si me esfuerzo, me va a ir mejor. Hagan lo que aman. No dejen que nadie les imponga a hacer cosas que no quieren. Y a los papás: no presionen a sus hijos en cosas que no quieren hacer. Es absurdo. No sé ustedes, pero yo quiero un hijo feliz, no un hijo productivo.

EL DATO
Daniel Lazo tiene previsto lanzar su primer tema a finales de febrero. Por lo pronto, este 25 de enero inicia en Ayacucho la gira con los integrantes de “La voz Perú”.

Contenido sugerido

Contenido GEC