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  • Es la época perfecta para una caminata. Hay personas que aman la sensación de la garúa en el rostro mientras caminan por la ciudad. En lugar de refugiarte del frío en un auto, sube tu temperatura corporal caminando y disfrutando de un momento para ti. (Foto: Shutterstock)
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    Es la época perfecta para una caminata. Hay personas que aman la sensación de la garúa en el rostro mientras caminan por la ciudad. En lugar de refugiarte del frío en un auto, sube tu temperatura corporal caminando y disfrutando de un momento para ti. (Foto: Shutterstock)

  • Hora de renovar el clóset. ¡Por fin podrás usar esas botas largas que tanto te gustan! El invierno es una época que te permite jugar con tu estilo, combinando leggings, vestidos, pantalones, chompas, abrigos, chalinas y demás. (Foto: Shutterstock)
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    Hora de renovar el clóset. ¡Por fin podrás usar esas botas largas que tanto te gustan! El invierno es una época que te permite jugar con tu estilo, combinando leggings, vestidos, pantalones, chompas, abrigos, chalinas y demás. (Foto: Shutterstock)

  • Se acabó la pelea con el clima. Lo bueno del invierno es que tendrás más manejo de la temperatura. Si tienes frío, te pones más capas de ropa y problema solucionado. En verano hay límite de ropa que te puedes sacar y, aun así, el calor no disminuye. (Foto: Shutterstock)
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    Se acabó la pelea con el clima. Lo bueno del invierno es que tendrás más manejo de la temperatura. Si tienes frío, te pones más capas de ropa y problema solucionado. En verano hay límite de ropa que te puedes sacar y, aun así, el calor no disminuye. (Foto: Shutterstock)

  • Las bebidas calientes son mejores en invierno. Nada se compara a una taza de chocolate caliente un domingo por la mañana, un cafecito en la mañana o un té bien cargado a media tarde. Ni pensarlo en verano, donde lo único que queríamos era un helado o meternos en una piscina todo el día. (Foto: Shutterstock)
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    Las bebidas calientes son mejores en invierno. Nada se compara a una taza de chocolate caliente un domingo por la mañana, un cafecito en la mañana o un té bien cargado a media tarde. Ni pensarlo en verano, donde lo único que queríamos era un helado o meternos en una piscina todo el día. (Foto: Shutterstock)

  • Entrenar es más fresco. Tal vez tengas un poco más de flojera a la hora de despertarte para salir a correr en una mañana fría, pero mira el lado positivo: en verano, apenas dabas un paso en la calle ya estabas sudando como nunca. El clima frío y el viento del invierno te refrescarán en el camino. (Foto: Shutterstock)
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    Entrenar es más fresco. Tal vez tengas un poco más de flojera a la hora de despertarte para salir a correr en una mañana fría, pero mira el lado positivo: en verano, apenas dabas un paso en la calle ya estabas sudando como nunca. El clima frío y el viento del invierno te refrescarán en el camino. (Foto: Shutterstock)

  • ¡Adiós depilación! No es que nos olvidemos de ella por completo, pero al menos tenemos que preocuparnos un poco menos por las piernas cubiertas, los brazos bajo chompas y nada de bikinis. Las citas con la depiladora serán menos constantes y podremos descansar un poco del sufrimiento. (Foto: Shutterstock)
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    ¡Adiós depilación! No es que nos olvidemos de ella por completo, pero al menos tenemos que preocuparnos un poco menos por las piernas cubiertas, los brazos bajo chompas y nada de bikinis. Las citas con la depiladora serán menos constantes y podremos descansar un poco del sufrimiento. (Foto: Shutterstock)

  • Las noches de sábado en cama. Dejar de salir un sábado por la noche en verano era impensable. Pero en invierno nos podemos dar la licencia de quedarnos en casa, arroparnos con nuestro edredón, prepara canchita y ver nuestra película preferida. ¿La excusa? “Hace mucho frío para salir”. (Foto: Shutterstock)
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    Las noches de sábado en cama. Dejar de salir un sábado por la noche en verano era impensable. Pero en invierno nos podemos dar la licencia de quedarnos en casa, arroparnos con nuestro edredón, prepara canchita y ver nuestra película preferida. ¿La excusa? “Hace mucho frío para salir”. (Foto: Shutterstock)

Cuando llega el invierno, sacamos las chompas, chalinas y botas del ropero, y reemplazamos las sábanas de la cama por frazadas. Le decimos “hasta luego” al sol para darle la bienvenida al típico cielo ‘panza de burro’ de Lima.

Hay a quienes el invierno los entristece, mientras que otros disfrutan de esta época del año. Pese a las mañanas frías que no dan ganas de salir de la cama y las numerosas capas de ropa que debemos usar, es una estación que también tiene su encanto.

Si eres de las que sueña con el retorno del verano, te damos siete motivos para que le des una oportunidad al invierno.

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