Dicen que las amistades son la familia que uno escoge. Algunas de ellas son pasajeras, pero otras perduran con el tiempo a medida que los lazos se fortalecen y el vínculo se va volviendo cada vez más especial. Sin embargo, como en toda familia, pueden surgir conflictos y desacuerdos difíciles de solucionar si la dinámica se vuelve dañina. Por eso, junto a la psicóloga Andrea Bonilla, te explicamos a detalle todos los pormenores y verdades en torno a las comúnmente denominadas ‘amistades tóxicas’.
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De acuerdo a la psicóloga, es vital saber cuán importante es crear vínculos sanos con los demás, especialmente con las amigas. “Es importante generar y mantener este tipo de vínculos, ya que las relaciones cercanas y verdaderas hacen más feliz a las personas”, afirma. “La felicidad y la salud se relacionan directamente y traen beneficios como el control de estrés, la mejora del sueño, entre otros”, agrega.
Cuidado con las ‘red flags’
Mucho se ha hablado de las banderas rojas o verdes en una relación de amistad. La idea de que ‘si a tu amiga le gusta la exclusividad, ser el único centro de atención o dejar de lado tus emociones ya la convierte automáticamente en una amiga tóxica’ es demasiado radical. El mundo no es blanco o negro, mucho menos cuando se trata de relaciones humanas; pues lejos de tratarse de un manual de señales definitivas, las banderas rojas funcionan como indicadores de que algo anda mal en la relación y solo puede ser solucionado si ambas partes expresan sus preocupaciones y compromiso por mejorar.
Ambas deben estar en sintonía cuando hablamos de valores y formas de ver la vida. ‘Lo que es cuestionable para mí no necesariamente lo es para ella’ es una frase que debes tener en mente siempre, de acuerdo a la psicóloga. Sin embargo, existe una bandera roja universal que puedes -y debes- tomar en cuenta si quieres saber si tu amistad es verdadera: ‘si transgrede tus derechos y te falta el respeto, ahí no es’.
Cómo enfrentar el conflicto (y a tu amiga)
Aguantar y normalizar algún comportamiento negativo que te afecte significativamente es la peor decisión que puedes tomar. No debes dejarte influenciar por los recuerdos del pasado ni dejarte llevar por el miedo a perder la amistad, pues podrías terminar perdiéndote a ti misma. Por más incómodo que pueda resultar, es necesario enfrentar a esa persona de la forma más asertiva posible para evitar malentendidos y rencores, según la psicóloga. “Más que enfocarse en el problema, está el enfocarse en la solución”, afirma.
Resolver el conflicto es algo que les atañe a ambas partes. Según la experta, para que la relación de amistad funcione, ambas partes deben tener el mismo nivel de compromiso (desde el reconocimiento de errores hasta la solución de conflictos), pues una amistad verdadera se basa en el apoyo mutuo, incluso aunque el daño haya sido ocasionado por solo una de las partes.
Segundas oportunidades vs. Aplicar distancia
Independientemente del nivel de gravedad del conflicto, el compromiso siempre será un factor determinante para saber si se puede retomar la amistad o si lo mejor es seguir caminos separados; pues no se trata de un borrón y cuenta nueva, sino de dar vuelta a la página teniendo siempre presente que aún hay temas por resolver. La psicóloga lo aborda con un ejemplo sencillo: si una amiga te mintió y tú quieres darle una segunda oportunidad, la que mintió tiene que trabajar en su sinceridad y la otra persona en volver a confiar. “Si uno decide dar una segunda oportunidad, es importante tener en cuenta que las dos personas tienen que trabajar en recuperar esa relación”, afirma la especialista.
Si tú te sientes dispuesta a trabajar en ella, puedes darle una nueva chance; si no, lo mejor será decir no, poner límites y alejarte por la vía más saludable.
Efectos a nivel mental y emocional
Si el conflicto se mantiene y no pueden llegar a una solución, la psicóloga revela que es normal y totalmente válido que sientas tristeza, frustración, enojo, entre otros sentimientos encontrados. Estás -o acabas- de perder a alguien que tuvo un significado importante en tu vida, por lo que es normal que el sentimentalismo te embargue, pero recuerda que pasará; pues antes que cualquier amistad, primero está tu bienestar y paz mental.
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