La Bella y la Bestia era feminista mucho antes de Emma Watson
La Bella y la Bestia era feminista mucho antes de Emma Watson
Redacción EC

Independiente, letrada y adelantada a su época. Así se mostraba Bella mucho antes de que Emma Watson la interprete. Este personaje de Disney siempre se distinguió de varias de las demás princesas al presentarse como un espíritu libre que jamás esperó que ningún príncipe la rescate y que siempre tomó sus propias decisiones de acuerdo a sus deseos y valores. Sin embargo, en algún momento el cuento fue, literalmente, una parábola de empoderamiento femenino.

A mediados del siglo XVIII, mucho tiempo atrás de que se asumiera a Emma Watson como una princesa feminista, Jeanne-Marie Leprince de Beaumont publicó una versión de La Bella y la Bestia con el objetivo de criticar la situación de las mujeres que vivían en esa época. Esta interpretación es la más conocida, aunque en un inicio la gente entendía el cuento como “una guía para casarse adecuadamente”.

De acuerdo con los especialistas, la escritora francesa critica la posición de la mujer de su época en la conclusión del cuento, convirtiendo a La Bella y la Bestia en un manifiesto feminista. Hacia el final de la lectura, cuando Bella convierte a la Bestia, una hechicera la recompensa al preferir la virtud y la inteligencia antes que la belleza. A sus malvadas hermanas, en cambio, las convierte en dos estatuas para que sean testigos de su felicidad.

Dicho desenlance se interpreta de la siguiente manera: las estatuas simbolizan la inercia de las mujeres de la época de Beaumont, quienes preferían vivir bajo las sombras de sus esposos, sin tener voz ni capacidad para actuar por ellas mismas. Además, la recompensa que recibe Bella es una forma de valorar el hecho de tomar decisiones, en una época donde las mujeres vivían prácticamente subyugadas.

Los finales felices en las publicaciones del siglo XVIII tampoco eran una tendencia, por lo que la versión de La Bella y la Bestia de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, en cierta forma, se adelanta a su tiempo. Lo usual hubiera sido un final que concluía en matrimonio, pero pensado en favorecer a la mujer.

Como vemos, los matices feministas de la película La Bella y la Bestia no son de este tiempo, pero Emma Watson he hecho muy bien en revalorarlos. 

 

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