Cinco lecciones silenciosas que aprendimos de nuestras madres
Cinco lecciones silenciosas que aprendimos de nuestras madres
Redacción EC

Desde que somos pequeñas, nuestras mamás se han esforzado por enseñarnos todo lo que necesitamos para sobrevivir en el mundo y ser buenas personas. Desde la forma correcta de sentarse hasta la actitud que debemos tener frente a la vida.

Si bien algunas las hemos asimilado debido a la repetición de órdenes y recomendaciones, otras quedaron grabadas solo con verlas. Sus acciones cotidianas nos marcaron y nos hicieron notar la gran labor que ellas realizan todos los días hasta hoy. Estas son algunas:

1. Busca con intensidad y encontrarás

Mamá lo sabe todo, hasta el lugar donde dejaste esa blusa que no encuentras hace meses. De alguna forma, ella siempre termina por hallar todo eso que dábamos por perdido y que de verdad buscamos sin obtener recompensa. “Es que no has buscado bien pues” nos pueden decir pero en nuestro interior sabemos que pese a nuestro esfuerzo, mamá es como nuestra superhéroe.

2. Una chompa nunca está de más

Es como si nuestras madres tuvieran la capacidad de predecir el clima. Aunque estemos en verano, nunca dejaremos de ser el blanco de sus cuidados y es ahí cuando nos recomienda llevar una chompa. Y efectivamente, justo esa noche fue tan fría que la chompa se hizo necesaria. A ellas no les importa que ya seamos adultas y hasta madres de nuestros propios hijos, siempre están dispuestas a cuidarnos.

3. No existen los no puedo

Dicen que con el ejemplo se aprende mejor y nuestras madres son un claro modelo de que en esta vida no hay límites. ¿Acaso no son ellas capaces de responder el teléfono mientras alimentan al bebé y envían un correo importante? Las mamás son multitasking y eso las hace aún más especiales.

4. La palabra de mamá es la ley

Muchas de nosotras hemos escuchado en nuestro años de juventud, luego de una discusión con mamá, la frase “Es que yo lo digo y punto”. En ese momento nuestros argumentos eran inválidos pues mamá tenía la última palabra. Y casi siempre tenía razón.

5. Amar es compartir

Para una madre, no hay nada más satisfactorio que ver a sus hijos felices. No importa qué tan rico esté eso que están comiendo o bebiendo, siempre te dirán que sí si es que les pides que te inviten. Tampoco les importa qué tan cansadas estén, cada vez que quieras hablar con ellas nunca te lo negarán. Mamá comparte todo con sus hijos y eso la hace feliz.

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