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La 'coach' Vanna Pedraglio nos cuenta cómo lleva su embarazo - 1
María Esther Huaman

Vanna Pedraglio no aparenta cansancio. Son las tres de la tarde de un lunes y ella está en el vestidor de damas de su gimnasio en Miraflores, cambiándose de ropa para una sesión de fotos. Hace unas horas corrió diez kilómetros. A las diez de la mañana tuvo una cita con el médico. A la una y media de la madrugada aterrizó en Lima, después de escalas en México, Los Ángeles y Qatar. Volvía de Nepal, donde estuvo diecisiete días. Pero en ella no hay huellas de jet lag. Después de cambiarse otras tres veces de ropa, de saltar y posar y sonreír para las fotos, irá a casa a desmenuzar algún libro. A primera vista, Pedraglio, la coach deportiva de 37 años tampoco parece una mujer con cinco meses de embarazo. 

La primera vez que conversaste con Viù (2014) nos contaste que no pensabas en ser madre. ¿Qué cambió?
Si me hacías la pregunta hace ocho meses, te volvía a decir que no lo tenía planeado. Pero fui organizando mi vida y mis actividades poco a poco. En el gimnasio fui delegando la parte operativa, todo estaba más encaminado y con mi esposo dijimos “ya, vamos a ver qué pasa”. Dejé de cuidarme y en noviembre salí embarazada. Todo pasó bastante rápido (risas).

¿Ha cambiado tu ritmo de vida?  
La vida de una mujer durante el embarazo cambia muchísimo, pero solo en ciertos aspectos, y no lo digo nada más como una mujer acostumbrada a trabajar, sino como mujer en sí. Llega un momento en el que experimentas un abandono de identidad propia y sientes que ahora tu preocupación y tu prioridad es otra, es esta personita que depende absolutamente de ti en todo. Tienes un ritmo de vida, una rutina durante muchos años y de pronto ya no eres tú.

¿Cómo era esa rutina y cómo es ahora?
Lo que ha cambiado es la intensidad. Antes trabajaba mucho más tiempo, entrenaba dos horas y media al día porque mi cabeza, por lo menos en lo últimos seis años, siempre estaba enfocada en competir –practica fondismo–, y ya no.  Desde que me enteré de mi embarazo el deporte se ha vuelto recreativo, la intensidad ya no es la misma.

Vanna Pedraglio nunca conoció a nadie que se llamara como ella. Eso la hacía sentir especial. Como mamá, dice, quiere transmitirle esa misma identidad a su hijo. Lo llamarán Bastián para dotarlo de personalidad.(Fotografía: Javier García-Rossel).

Es común pasar por cambios de ánimo repentinos ¿Te ha pasado?
Por supuesto, los cambios de humores son muy fuertes, pero el tener el deporte en mi vida ha hecho que pueda manejar mejor mi mal humor, las ganas de llorar o de gritar. Son fluctuaciones muy marcadas, además de experimentar más sueño, cansancio, flojera. El mantener la rutina a través del deporte te ayuda a seguir teniendo esa conciencia de ti como persona. Así también aumentas la generación de endorfinas que te harán sentir más relajada, tranquila.  Mi hambre, mi humor y todo lo demás cambian sin deporte.

Algunas mujeres viven temerosas de las actividades físicas en la gestación. ¿Qué opinas de eso?
Lo que pasa es que la sociedad en la que vivimos, hasta hoy, todavía te sigue tratando como si estuvieras un poco enferma. Te dicen “no hagas esto o el otro”, “estás loca”, “solo piensas en ti”, y no es verdad. 

¿Qué les dices a esas personas cada vez que se les escapa algo así?
Felizmente leo muchísimo. Sé dónde buscar información, conozco cómo funciona el cuerpo humano, porque lo he estudiado gracias a mi carrera de Biología y para mí, entender eso y sentirlo, ha hecho que sea un proceso personal sin miedos. No le he tenido miedo al embarazo en ningún momento y sé que como yo también hay otras mujeres así. 

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