En tiempos de pandemia, si el amor de pareja se fortalece, ahí es. Así lo demuestran Carolina Braedt y Bruno Vega, dos jóvenes enamorados que se comprometieron de la forma más memorable posible: en lo más alto de la imponente ciudad inca, Machu Picchu. A pocos días de San Valentín, la popular influencer de moda recuerda el romántico y gracioso momento en el que el ex Mister Perú le pidió la mano.
¿Cómo fue la pedida de mano de Bruno Vega, el ahora esposo de Carolina Braedt?
Viajamos en el tiempo, pocos meses antes del matrimonio de ensueño a finales del 2021. Carolina y Bruno ya llevaban más de un año viviendo juntos en su nueva casa. Y aunque ya lo habían experimentado antes, este nuevo hogar se sentía diferente. La conexión era tan mágica entre ambos que cuando se presentó la oportunidad de un viaje juntos, Bruno supo que el momento había llegado. Carolina, sin saber nada en ese momento, ahora ata los cabos sueltos al recordar con ternura cómo fue la memorable pedida de mano de su esposo:
Para mí, era un viaje de publicidad al que nos habían invitado los de [la marca] Belmond. Nos estábamos yendo a Cusco, hermoso, sin ninguna intención detrás. La estábamos pasando increíble. De hecho, Bruno estaba un poco extraño los días anteriores, pero en ningún momento lo asocié con algo. Pasamos unos días lindos. Primero en la ciudad y de ahí teníamos la visita a Machu Picchu. Para esta visita, primero nos fuimos al hotel, el que tienen ahí al costado de la entrada de Machu Picchu. Era como para descansar una noche, porque al día siguiente teníamos ya la experiencia en Machu Picchu súper temprano y yo como que “bueno, qué lindo”. Y nada, descansamos, todo tranquilo.
Pero Bruno me decía “hay que coordinar con el guía porque es muy importante” y yo como que “pero, amor, de verdad no entiendo por qué necesitaríamos un guía”, porque ya era como la sexta vez que vamos y ya conocíamos, ¿no? No necesitábamos a nadie que nos guíe por Machu Picchu.
Justo estábamos saliendo de la pandemia. Nosotros la habíamos pasado muy bien a nivel de pareja. Crecimos mucho juntos. Sí, ya vivíamos juntos antes de la pandemia, pero justo el fin de semana antes de que la declaren nos mudamos al depa ya suyo y mío. Vivimos la pandemia con el nuevo departamento y experimentamos mucho como pareja. Como cocinar y llevar una vida juntos de verdad.
Entonces empezamos juntos ese día. Él decía que hay que esperar al guía turístico y yo “ya, okay’”. Lo que lo hizo muy divertido fue que hacía mucho calor y Bruno no quería quitarse la casaca. Él decía “no, por qué me voy a quitar la casaca”, que es súper importante y no sé. Algo había en la casaca. Yo le decía “pero quítatela, para qué la vas a llevar con el calor que hace, no la vas a necesitar”. Y él me decía “no, por si acaso”.
El detalle es que justo en la mañana yo me había puesto un buzo para pasear cómoda por Machu Picchu. Un buzo bonito, pero tampoco era el outfit como que muy muy lindo. Y Bruno normalmente nunca me hace comentarios sobre mi outfit pero esta vez me dijo “ah, ¿así vas a ir?” y fue súper raro. De verdad, nunca comenta eso. Y yo le decía “sí amor, ¿por qué? ¿hay algún problema?” porque mi vestimenta qué tiene que ver, ¿no?. Y además, como en ese entonces no te podías sacar la mascarilla en Machu Picchu y todo estaba muy cerrado yo me dije “no creo que me tomen muchas fotos, máximo algo de espaldas”, porque con la mascarilla no se iba prestar para mucho.
Tampoco me había maquillado mucho ni nada. Literal tenía hasta la uña partida y Bruno nada, ni siquiera “arréglate la uña”. Y bueno, empezamos el recorrido y a los veinte minutos, en una parte desde donde se ve todo Machu Picchu, donde hay una vista preciosa, el guía se puso con “la foto, la foto, la foto”. Y yo “amor, ya tengo como veinte mil fotos en este spot” y él “¡No!”.
Creo que hasta me lo pidió con mascarilla puesta. Él se puso a hablar, todo tierno, mientras decía “bueno, hemos visitado Machu Picchu tantas veces juntos. A veces no ha tocado tormenta, a veces no ha tocado sol, pero así es como nos va a tocar nuestra vida juntos” y como que se empieza a trabar. Pero lo que me quería decir era que sin importar las condiciones, él siempre querrá estar a mi lado.
Era muy chistoso, se reía y yo “¿qué? ¡no! no me jodas”. Le dije “no me jodas” mientras estaban grabando el vídeo. Yo no sabía, porque me habían dicho que nos iban a tomar la foto. Pero, en verdad, todo ya estaba en video. Es que en ese momento estás tan en shock que no entiendes nada, no entiendes el mundo.
Y yo no me lo sospechaba para nada. Obviamente, en ese momento le dije que sí, pero no teníamos señal. Mientras seguíamos en el recorrido yo pensaba “¿cómo le voy a decir a mi mamá? ¿cómo le voy a decir a mi hermano? ¿cómo va a ser mi vida después de todo esto?”.
Estaba pensando mil cosas mientras caminaba en shock. Pero fue algo muy lindo. Creo que hacerlo en Machu Picchu, el que él haya elegido ese viaje, creo que fue demasiado lindo. Tuvimos una noche hermosa, demasiado romántica. Nos prepararon una cena romántica en el hotel. Fue hermoso.
Ya cuando llegó el momento de contarle a mi familia y a todo el mundo, me llego a enterar de muchas cosas. Bruno había estado raro en los últimos meses porque estaba escapando con mi mejor amigo para ver el anillo. A ver dónde comprarlo, cómo lo hacían. Mi mejor amigo lo ayudó un montón porque hemos hablado de ese tipo de cosas. Y por suerte, le pidió ayuda a él. Fue también gracioso porque se equivocaron en la cajita. En vez de ponerle “morsis” le pusieron “morfis”, como de amorfos. Es una anécdota muy graciosa. Cada vez que veo la cajita pienso “ay, qué tierno”.
Es un anillo precioso. Una experiencia demasiado linda. Sí, fue hermoso. Él incluso estaba estresado antes del viaje porque no le llegaba el anillo. Y creo que al final fue a recogerlo a las nueve de la noche, mientras que nuestro vuelo salía al día siguiente en la madrugada. Pero todo salió bien.
Bruno pensó “si hemos superado la pandemia juntos” (tantas parejas que se separaron porque ya no se aguantaban), a nosotros nos unió demasiado. Todo nos fue asegurando que sí, era para siempre.
Y ya, nos casamos a los pocos meses. Fue un matri chiquito como queríamos, justo en la casa de mi mejor amigo. Hicimos algo chiquito, pero súper íntimo. Aproveché un poco para no tener que hacer una fiesta tan grande y estar con los más cercanos.
Relatos de amor es un especial por San Valentín que reúne tres historias de parejas en el plano local.
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