La cocina de su casa es el set de grabaciones. Esta mañana de octubre, alrededor de una mesa contigua, están sentados Gonzalo Torres, Jesús Alzamora, Daniela Fernández y Franco Cabrera. Son los invitados de Sandra Plevisani, chef, empresaria y conductora desde hace quince años del programa ‘Dulce Secretos’. Precisamente, estamos en la grabación del programa de aniversario. Para esta ocasión ha preparado huevos a la nieve, un postre ideal para cualquier celebración, nos dice. Se apagan las cámaras y se reparten generosas porciones entre el equipo técnico y de producción. Por un momento, todos descansan de su trabajo, ríen y se les ve distendidos. Un dulce siempre pone de buen ánimo a la gente.
Y eso es algo que Sandra sabe bien. “Dos veces por semana doy clases de cocina acá en mi casa a las señoras que me siguen. Conversamos de todo, preparamos recetas y nos reímos. Me alegra mucho cuando me dicen que las sesiones les sirvieron para un emprendimiento o negocio propio. Es lo mejor que me pueden contar”, dice Sandra, ahora sentada en su sala, con sus dos pequeños perros a sus pies, Homero y Ulises. “Espero que mi vida siga siendo así de entretenida, con mi trabajo. Me encanta y llena la vida”, añade, con la satisfacción de alguien que hace lo que gusta.
-¿Cómo empezó la aventura del programa de televisión?
- Yo había estado un año en Estados Unidos porque tenía a mi hija con cáncer. Después de que Camila falleció, cuando regreso a Lima, justo había un proceso de buscar nuevos conductores en el canal, para temas relacionados a la gastronomía. Entonces le pidieron a Ugo, que cocina y había hecho tv toda su vida, que hiciera un programa. Pero dijo que no. Entonces, me dijeron que les había llegado un recetario mío y me propusieron hacer un piloto. Preparé un chifón de vainilla con chispitas de chocolate y les gustó.
- ¿Te costó adaptarte a ese cambio?
- A principio dije: bueno, lo tomaré como terapia. La acción de amasar me parece relajante. Gracias al programa, además, empecé a tener más ocupada mi cabeza. Era un momento extraño en mi vida.
-¿Qué ha sido lo más difícil?
- Cuando veo los programas antiguos me doy cuenta que ahora estoy mucho más suelta. El primero me salió horrible. Pensaba que era muy fácil, pero me vino un pánico escénico tremendo. La productora me dijo no hay escapatoria, o lo haces o lo haces. En todo este tiempo he perdido muchos miedos y entendí que debía seguir siendo la misma Sandra. Que no les iba a gustar a todos. Ha sido un aprendizaje en muchos sentidos.
- ¿La exposición te afectó?
-No porque de alguna manera estoy acostumbrada a tratar con la gente. Antes del programa, ya tenía ‘La Trattoria di Mambrino’, donde me encargaba de los postres. Soy una persona extrovertida, generosa, sociable y mamá de cuatro. Mis hijas siempre han traído a sus amigas a la casa. Me gusta estar rodeada de personas.
-¿Te piden recetas en la calle?
-Sí, siempre. Cuando me piden recetas les doy mi teléfono y luego se las paso por WhatsApp. Me siento bendecida que la gente quiera saber algo que yo les pueda decir. No lo siento como una carga. Ni como algo malo. Los siento como un halago. Que me digan hice tal postre y me salió espectacular.
-¿Cómo te conviertes en una dulcera?
-Yo de chiquita era gordita y mi mamá no quería que coma postres. Pero mi hermana Mónica me enseñó a hacer las trufas y brownies que yo vendía en el colegio. Mi papá, como buen genovés, era tacaño y no me daba propinas. Así que para poder ir a larquear con mis amigas, empecé a preparar postres y venderlos con más frecuencia.
- ¿Cómo lograr el postre perfecto?
- Cuando hay el perfecto equilibrio entre los ingredientes y el azúcar. La fruta, además, tiene que estar en su estado ideal. ¡Ah! y nunca cocinar cuando estás estresada, nerviosa o de mal humor, porque se suele estropear las cosas.
-¿Le dedicas mucho tiempo a la cocina?
-Todos los días cocino, hago experimentos. Si no lo hago es porque estoy de viaje. En las reuniones a veces una amiga me dice por ahí cocínate algo, y lo hago, no me molesta. Veo qué hay y me pongo a cocinar.
-¿Es posible ser dulcero y llevar una vida saludable?
-Por supuesto, me acabo de hacer todos mis análisis y pruebas de esfuerzo y estoy muy bien. Soy súper deportista, como sano, no tengo sobrepeso y como dulces todos los días. La gente dice cómo puede ser. Lo que creo es que todo en exceso es malo.
-¿Qué es la repostería para ti?
-Mi vida. Por ejemplo, hay días que de repente tengo mucho tiempo libre y pienso en alguien a quien le he prometido un postre y comienzo amasar. Me gusta hacer feliz a la gente. Nunca te dicen que pesada por llevar un postre, siempre cae bien. //