¿Te has puesto a recordar cómo era tu vida antes de la llegada de los smartphones? Aunque su aparición haya mejorado la forma de comunicarse, también ha generado una adicción de las personas a los juegos, redes sociales, chats, etc.
Sin embargo, aún existe un grupo de gente que se resiste al cambio y prefiere usar su teléfono para lo básico. Ellos prefieren comunicarse personalmente en vez de por Whastapp, jugar con sus hijos y no con una aplicación o disfrutar de sus vacaciones en vez de tomarse selfies.
¿Pensando en desconectarte un poco de tu celular? Alejarte sentir estas ocho cosas te motivarán más a hacerlo.
1. La angustia de que se te acabe la batería
Que tu celular se apague en el momento menos oportuno es una de las cosas más desesperantes. Sin embargo, las personas que no están pendientes del él todo el día se ahorran el estrés y la angustia que esta situación genera. Sin duda viven más tranquilos que los demás.
2. Estar conectado todo el día con el trabajo
Al llegar a casa lo que único que queremos es quitarnos el chip del trabajo de la cabeza y relajarnos. Eso es más fácil para las personas que dejan su celular lejos porque no sentirán la tentación de responder los correos, revisar documentos o verse obligados a contestar alguna llamada proveniente de la oficina.
3. Desaprovechar la relación con tus hijos
La fiebre del celular no solo nos afecta a nosotras sino también a los pequeños. Ahora los niños están más pendientes de los videojuegos o aplicaciones en las tablets que de salir a jugar con sus amigos o pasar tiempo de calidad en familia. Para los padres, es mejor aprovechar la infancia de sus hijos que compartirla en fotos en redes sociales.
4. El insomnio
Estudios comprueban que el brillo de la pantalla del celular produce insomnio en las personas que lo tienen cerca, una situación que no vivirán aquellos capaces de apagar el teléfono antes de dormir sin ningún remordimiento.
5. Sentir la necesidad de llevarlo a todos lados
Las personas adictas al celular ya no pueden vivir sin él en los bolsillos y llegan a sufrir del llamado Síndrome del Teléfono Fantasma, que es sentir que el teléfono vibra cuando no ha ocurrido. En cambio, quienes no son dependientes de él pueden pasar horas sin recordar que lo tienen cerca.
6. Dejar de conversar en persona
Whatsapp, Facebook Messenger y otras aplicaciones nos permiten estar en contacto pero a la vez disminuyen la interacción física entre las personas. Eso es algo que nunca experimentaran los que aún están acostumbrados a compartir tiempo en una conversación frente a frente dejando el teléfono de lado al hacerlo.
7. Perder la noción del tiempo
¿Cuántas veces te has pasado horas jugando en el celular sin darte cuenta? Las personas que no viven pendientes de él pueden aprovechar ese mismo tiempo en hacer cosas más productivas, además de no descargar aplicaciones que llenan la memoria del dispositivo pues lo usan para lo básico: comunicarse.
8. Olvidarte de disfrutar los buenos momentos
La adicción al celular también implica las ganas de compartir cada momento del día en redes sociales pues está la facilidad de tener siempre una cámara a la mano. A diferencia de ellos, los despreocupados del teléfono prefieren disfrutar de los viajes, conciertos o salidas y guardar los momentos en su memoria, no en la del aparato.