Es una realidad: sin importar qué tanto haya crecido económicamente el Perú en el último año, las mujeres siguen estando en desventaja. Mientras los hombres se ven beneficiados por los avances económicos en el país, muchas mujeres llegaron al 2024 luchando contra mayores tasas de pobreza, desempleo y trabajo no remunerado. En el Día Internacional de la Mujer, te explicamos lo que revelan estadísticas sobre los desafíos económicos pendientes para lograr la ansiada igualdad de género.
El Perú llega a esta edición del Día de la Mujer con una deuda pendiente con el género femenino: la brecha salarial llegó al 25% en el 2023, según estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE). Es decir, por cada S/1 que gana un trabajador masculino, en promedio, una trabajadora percibe solo S/0,75. Una brecha que, dicho sea de paso, es mayor en regiones como el centro, demostrando que la desigualdad de género en el ámbito económico y laboral continúa siendo un reto difícil de superar hasta el día de hoy.
Una situación que cada vez se vuelve más peligrosa, pues se estima que más del 60% de las mujeres peruanas sienten que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Principalmente, porque se concentran en sectores de baja productividad y empleos informales donde los ingresos suelen ser muy bajos.
Mujeres en pobreza extrema
“Mientras algunas mujeres pueden haber salido de la pobreza extrema, muchas aún luchan por mantenerse por encima de la línea de pobreza”, aseveró Milagros Torres, subdirectora de la facultad de Negocios de Zegel. Una situación que, según la especialista, puede romper su ciclo con el empoderamiento de las mujeres. ¿Cómo? A través de la implementación de políticas que garanticen el acceso equitativo a la educación de calidad para niñas y mujeres; además de programas de capacitación vocacional y técnica que las preparen para ingresar a sectores de alta productividad.
Mujeres con trabajos no remunerados
Si hablamos de proporciones, los datos revelan que el doble de mujeres realizan trabajos no remunerados en comparación con los hombres. Una brecha mucho más amplia si se habla de trabajadoras del hogar, cuya proporción es 20 veces mayor. Así, las mujeres se enfrentan ante un obstáculo que afecta significativamente su participación en la economía.
Mujeres sin empleo
La brecha no se detiene en las actividades no remuneradas, sino que entra en el terreno del desempleo. Más mujeres que hombres llegaron a fines del 2023 sin empleo. Mientras que los hombres alcanzaron una tasa de desempleo del 4.4%, las mujeres los superaron con un 6.1%, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Una brecha que aunque parecía reducirse en el 2022, aumentó en el 2023 a raíz de la reducción del empleo femenino en puestos de trabajo con bajos ingresos. Más de 157 puestos quedaron vacíos, siendo las trabajadoras independientes y del agro las más afectadas por la pérdida debido a la informalidad.
Falta de efectivas políticas sociales
L especialista también recomienda a las empresas implementar prácticas laborales inclusivas y flexibles a la par de campañas de sensibilización en temas de igualdad de género en el lugar de trabajo.
¿Cuál es el fin que persiguen estas medidas? Prevenir y sancionar la discriminación y la violencia de género en todas sus formas. “Esto implica fortalecer las leyes y políticas de protección de los derechos de las mujeres, así como implementar programas de sensibilización y educación para cambiar las actitudes culturales que perpetúan la discriminación y la violencia”, concluyó la especialista.
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