Para Rocío Salas, subteniente de la compañía de Bomberos N° 28 en Miraflores, ser mujer bombera es todo un reto. La pasión que la llevó a ejercer esta noble labor se remonta a la época en la que solo era una universitaria en busca de un lugar donde hacer sus prácticas de medicina. Tras varios años de constancia, dedicación y, sobre todo, mano firme contra los incendios y los estereotipos, logró convertirse en una de las pocas mujeres conductoras de camiones de su compañía. En el Día del Bombero Peruano, te contamos su historia.
Ser bombera es: tener pasión y vocación
Dicen que ser bombero es un acto de valentía. Uno que más allá de entregarse por completo a una causa noble, recae en lograr equilibrar la pasión y la razón en el oficio. Por eso, para Rocío Salas, ser bombera es una pasión que germinó en ella cuando las circunstancias de la vida la llevaron a realizar sus prácticas médicas en la memorable estación N°28 en Miraflores.
“Ser bombera es ayudar a las personas. Ellos están en su momento más vulnerable y somos nosotros, que con las habilidades y capacidades que tenemos, los ayudamos a salir de la emergencia en la que están. Uno siente que sus problemas personales se hacen chiquitos cuando terminas ayudando a alguien más”, revela.
Así, la vocación por el servicio que hasta el momento solo se enfocó en su carrera como tecnóloga de urgencias médicas y desastres, tomó un nuevo rumbo al formar parte del cuerpo de bomberos voluntarios.
Ser bombera es: ser multitarea
Al igual que el resto de sus compañeros y compañeras, Rocío tuvo que pasar por distintas fases hasta convertirse en la bombera que es hoy. Luego de ser calificada como apta a su llegada, llevó el curso de Escuela Básica (EBS) hasta el momento de su graduación. Esta completa capacitación la volvió apta para desempeñarse en cualquiera de las divisiones: contra incendios, rescate, ambulancia, plataforma, auxiliar, puesto comando y materiales peligrosos.
Y si bien Rocío tiene afición por las máquinas médicas, sabe muy bien que ante una emergencia hará todo lo posible por ayudar en las diferentes necesidades que surjan en el momento del accidente. Uno de los casos que más la marcaron se remonta a sus primeros años en la compañía. “Cuando recién llegaba, me tocó atender un bus que había chocado contra una combi chiquita. Llegamos como primera ambulancia y éramos 2 personas ante 40 heridos. Teníamos que hacer triaje y todo”, revela.
Ser bombera (y conductora de camiones) es: tener la fuerza para liderar
Si bien Rocío Salas está capacitada para cualquier tipo de emergencia, hay un campo que se ganó un espacio en su corazón: conducir camiones. Y es que manejar camiones de bomberos es una fuente de adrenalina, pero también una gran responsabilidad. Y más allá de la fuerza física, se trata de la entereza mental. Es tener mano firme para tomar el volante de las imponentes máquinas y guiar a los demás por medio de un viaje rápido y seguro.
“Ser mujer y manejar estas máquinas fue un reto. Alguien me dijo ‘no creo que puedas’ y quise demostrarle lo contrario. Al final, se dio con mucho trabajo y esfuerzo”, señala orgullosa Rocío, cuya afición por manejar la llevó a querer estar a cargo de las máquinas necesarias para atender a los llamados de emergencia.
Ser bombera es: luchar contra los estereotipos
Por décadas, se tuvo la idea de que el acto de valentía ante las más grandes emergencias solo podían ser cosa de hombres. Manejar imponentes máquinas, atender heridos y pensar con la cabeza fría no era la labor propia de una mujer. Con el paso de los años, mujeres como Rocío han ido demostrando lo contrario a base de esfuerzo y dedicación.
“Al inicio era ‘pero quién se va a subir a la ambulancia contigo’, pero yo decía ‘pues el que quiera salir a emergencia, porque sino no van a salir, no les queda de otra’. Después, poco a poco y gracias al apoyo de nuestros jefes, ya se hizo más normal que venga y maneje las máquinas”, revela Rocío. “Al inicio no fue muy aplaudido por todo el mundo. Pero ahora ya se acostumbraron a que yo llegue y me vean como un piloto más”, agrega.
Definitivamente, la brecha ya se está acortando. El cuerpo de bomberos tiene más mujeres que antes. Hay más mujeres en servicio, más mujeres en las guardias, incluso hay más mujeres que llegan a obtener importantes cargos como teniente brigadier o comandante. En palabras de Rocío, se ha trazado toda una línea de ejemplo para todas.
“Las barreras siempre van a existir, pero depende de nosotros que poco a poco se vayan rompiendo y superando. Si en algún momento han pensado en ser bomberas, anímense. Es una experiencia gratificante, es una forma de vida hermosa. Acá encontrarán una gran familia”, finaliza.
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