Soledad Valenzuela es una peruana de 31 años con buen gusto por la moda que se ganó un lugar en el mundo del internet a mediados del año 2010. De hecho, ella fue una de las primeras ‘fashion bloggers’ que irrumpieron en la capital, mucho antes que Instagram se convirtiera en el furor del lifestyle y más jóvenes se animaran a compartir su día a día en redes sociales. Hoy, con más de 69 mil seguidores en Instagram y más de 16 mil suscriptores en Youtube, la influencer a decidido abrir camino por el lado del cuidado de la piel y el maquillaje, tema que enlaza con el diagnóstico que la ha acompañado por casi 20 años, el Vitiligo.
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Más fuerte que nunca e inspirada en compartir su testimonio con más jóvenes como ella, conversó en exclusiva acerca de su experiencia con esta enfermedad, las claves que la llevaron a amistarse con ella y el día a día de su autoaceptación. “No todas las pieles son iguales y eso incluye a las chicas que tenemos vitíligo. Esta diferencia es lo que nos hace ser más lindas”.
¿A qué edad te diagnosticaron esta enfermedad?
Me diagnosticaron cuando aún estaba en el colegio, entre los 12 y 13 años. Recuerdo que era adolescente, y empezó con una manchita en el rostro, a la altura de la barbilla. Algo muy chiquito, que ni siquiera yo noté. Fue mi mamá quien lo hizo. Ella me llevó al dermatólogo y me hicieron estas pruebas que son luces ultravioletas y me diagnosticaron. Yo honestamente no sabía qué era. Sí recuerdo que mi mamá no lo tomó muy bien, cuando la vi en ese estado fue que me empecé a preocupar. Pensé ¿qué me está pasando? ¿qué es esta enfermedad?
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¿Cómo fueron los primeros meses lidiando con ella?
Bueno, con el tiempo se fue expandiendo, y yo me sentí un poco más presionada. Eran otras épocas, no había tanto este concepto de aceptación. En ese entonces yo vivía en Piura y estaba en el colegio. Como te digo, se me expandió por todo el rostro, y de un tiempo a esta parte (y ya ahora a mis 31 años), lo tengo en las manos, el rostro y en otras zonas del cuerpo también.
Imagino que en la etapa del colegio debió ser difícil, ¿cómo te enfrentaste a ello?
Mira, yo tuve la suerte que felizmente en mi colegio todas las chicas de mi promoción fueron muy comprensivas y eran súper cuidadosas conmigo, en el sentido que si veían que algún chico me miraba mal o algo, ellas me protegían. Yo estoy muy agradecida de haber contado con ese súper apoyo de mis compañeras de colegio, que son mis amigas hasta hoy. Cuando vine a Lima para estudiar en la universidad ahí si fue un poco complicado para mí, porque pues nunca faltan los comentarios malintencionados o desubicados. Pero creo que poco a poco una empieza a desarrollar un sentido de autoprotección. Al inicio esos comentarios si duelen, y bajas la cabeza porque te da vergüenza, pero, para mí, la solución fue rodearme de mis amigas, de mi familia, y ya lo que solidificó esta fortaleza fue el crear una plataforma que me permitió mostrarme como soy, con vitíligo.
Ahora cuando me pasa y la gente me mira yo de frente les digo tengo vitíligo, no es nada del otro mundo. Por eso quiero que quien esté leyendo esto, sepa que si bien me ha tomado mucho trabajo, y estoy segura que no es fácil para nadie, no es imposible llegar a un momento de tu vida en el que dices bueno si, esto es lo que soy y me amo.
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En el 2010 creaste el blog de moda “El diario de Pink Chick”. ¿Cuándo y por qué decidiste compartir tu testimonio personal en la plataforma?
Empecé con Pink Chick, cuando era aún fashion blogger, en el 2010. No lo conté sino hasta un año después que empecé con eso, porque no era algo que me habían preguntado. Lo conté porque decidí ser sincera con mis seguidoras, ya que ya había construido una comunidad súper linda. La verdad, es que el blog y tener esta presencia en redes me ha ayudado muchísimo a aceptarme, a mi autoestima, y sobre todo a forjar la posición que tengo hoy día. Lo compartí a modo de, bueno, “yo tengo esto, mi piel no es perfecta” y hoy en día es por eso que me dedico más a crear contenido sobre skincare y belleza, teniendo como principal mensaje que no todas las pieles son iguales, y eso incluye a las chicas que tenemos vitíligo y que yo tenga esto no me hace distinta a nadie.
¿Y cómo sentiste la acogida por parte de tus seguidores?
La acogida fue muy linda, muy buena. La verdad es que nunca he tenido un comentario negativo respecto al vitíligo de parte de ellos, creo que me sorprendió mucho contar con el apoyo de mi comunidad, de las ‘chickers’ como yo les digo. Otra cosa muy positiva es que muchas personas han llegado a mi comunidad porque tienen vitíligo y recurren a mí, no solo para pedirme tips o consejos sobre cómo llevar esto a modo personal, sino también para saber cómo ha sido mi propia experiencia, el tema sentimental (porque lamentablemente –y esto me parece terrible – hay chicas me dicen que tienen miedo que sus enamorados las dejen por tener esta enfermedad), como también hay otras que me dicen que quieren aprender a maquillarse. Por eso gran parte de mi contenido también se centra en eso ¿no? En darles tips, enseñarles cómo me maquillo, pero siempre haciendo hincapié en que el maquillaje no es la solución, es más bien un aliado. Tienes que ir a un dermatólogo para seguir un tratamiento, y también está la parte del apoyo emocional. Es todo un conjunto.
Me encanta tener una plataforma en la que chicas que también tienen este tipo de condición en la piel, o cualquier otra como el acné o la rosácea, puedan ver que dentro de todo este maravilloso mundo que puede parecer por momentos el mundo de los influencers, existe alguien que a pesar de tener esta condición, no se siente limitada en ningún sentido. El vitiligo es algo que tenemos pero que no nos imposibilita de nada.
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¿Cómo llevar el mensaje de que el maquillaje es un aliado? En lugar de una especie de caparazón...
Creo que antes de pensar en que el maquillaje es lo que te va a hacer más linda, tienes que pensar que lo que te va a hacer más linda es el cuidado de tu piel (skincare). La piel es el órgano más extenso que tenemos y si lo mantenemos saludable y estamos bien por dentro, vamos a vernos bien por fuera. Esto se da con pequeñas acciones como lavarnos el rostro, desmaquillarnos, aplicarnos cremas hidratantes, bloqueador, etc.
El maquillaje es un aliado, un complemento. Es algo que a algunas personas, y me incluyo, nos hace sentir muy bien, sobre todo en estos días de cuarentena, que estamos en casa y queremos sentirnos un poco más animadas arreglarnos un poquito, basta con un poco de máscara de pestañas, un labial. Yo lo tomo por ese lado. El tema del cuidado de la piel va mucho más allá de simplemente querer verse joven.
¿Qué opinas de visibilizar este tipo de realidades y diversidades en la piel en un mundo en el que aún existen múltiples etiquetas como lo es el de la belleza y la moda?
Lamentablemente hemos sido bombardeados de mucha información por años, con la que obviamente no todo el mundo se siente identificado. Yo siempre he sido muy abierta en mis redes sociales mencionando de que por lo menos en la publicidad de moda no hay referentes que se parezcan a mí. El mundo del maquillaje quizás sea un “poquito” más inclusivo, pero si es importante tener en cuenta que todo cambia también por parte del consumidor. Si el consumidor busca referentes fuera de lo que ofrecen las marcas o de lo que ofrece la publicidad directa y busca creadoras de contenido, celebridades o figuras con las que se sienta más identificado y pueda relacionarse, las cosas empezarán a cambiar. Las mujeres también tenemos canas, acné y pestañas caídas. No todo es tanto como lo muestran las redes sociales. Hay que cambiar ese mensaje y no poner en un pedestal ni volver en aspiraciones el tipo de etiquetas irreales. Los consumidores ahora buscan cosas con las que se identifiquen. No es necesario maquillar tanto algo para poder venderlo.
Finalmente ¿qué le dirías a las personas que tienen Vitiligo y han vivido momentos complicados como tú?
Lo primero que les diría es que esta es una enfermedad básicamente estética. No nos imposibilita de nada. Hay enfermedades que de verdad no le permiten a una persona salir a trabajar, levantarse de la cama y más. Nosotros sí podemos hacerlo, esto es algo que sí, nos afecta, juega mucho con nuestra autoestima, nos hace sentir mal, pero es algo que pasa. Tienes que tener paciencia y no ofuscarte por ello. Y lo digo por experiencia propia. Yo antes tenía todo el rostro cubierto, ahora solo la zona de la boca y barbilla, y las manos. Poco a poco tomé la posición de aceptarme y decir oye, yo soy así y no tengo control sobre ello, lo único que puedo hacer es tomarlo de la manera más calmada posible, cuidarme y amarme.
Lo importante es desarrollar tu sentido de aceptación y quererte a ti mismo como eres. También es esencial buscar ayuda profesional y apoyo emocional, de parte de tu familia y amigos. Rodéate de personas que te hagan sentir única.